lunes, 4 de agosto de 2008

Expectativa por el Encuentro Nacional de Mujeres


Tendrá lugar en Neuquén los días 16, 17 y 18 de agosto

Todos los años, desde hace más de dos décadas, se realiza en la Argentina un encuentro amplio a nivel nacional, dedicado a debatir y desarrollar políticas hacia la mujer. Este año la encargada de recibir y albergar a las 20.000 mujeres es la ciudad de Neuquén. Allí se desarrollarán durante los días 16, 17 y 18 de agosto las distintas actividades y talleres que preparan compañeras de diversas organizaciones políticas, estudiantiles, de derechos humanos, etc.

A pesar de la tradición y el prestigio con el que cuenta este particular encuentro nacional de mujeres, este año las cuerdas se tensan con más rigurosidad que ningún otro desde hace varias semanas.

Los motivos, son dos: es el primer encuentro que se realiza bajo la presidencia de una mujer y, además, se realiza en Neuquén, ciudad de Fasinpat (Ex - Zanón), bastión y emblema de la lucha de los trabajadores y trabajadoras.

Toda mujer sabe que preparar el debate para llevarlo a este terreno no es empresa poco ambiciosa. Hay que enfrentarse en el debate ideológico y político a un fortalecido aparato peronista, que en nombre del kirchnerismo, irá a dar una dura pelea por defender las políticas de Cristina Kirchner, pretendida referente de las mujeres que, en todo caso, nada tiene que ver con la mujer trabajadora y pobre, a pesar del insistente discurso.

Por otro lado, para aquellas mujeres que no acuerdan con las posturas de Zanón, el terreno se complica doblemente porque difícilmente puedan desprestigiar los avances de la cooperativa que las recibe. Avances que están a la vista y por ello es imposible descalificar a las mujeres zanonistas.

Otras mujeres (como la organización Pan y Rosas) llevarán al encuentro el debate por los derechos de las mujeres trabajadoras y pobres. Tendrán el desafío de enfrentarse no solo a las "cristinistas" sino también a aquellas que proponen políticas disociadas del contexto social y que plantean, en última instancia, la cuestión de género como un problema de TODAS las mujeres, olvidando que son las mujeres pobres quienes sufren las doble opresión frente a un estado que no les reconoce derechos y frente al mercado laboral que, cuando no las consume para explotarlas por salarios mucho menores a los de los hombre, las rechaza por falta de educación o por tener hijos.

En un tiempo en que nos enteramos diariamente sobre la trata de mujeres y niñas pobres para ser explotadas sexualmente o en talleres laborales clandestinos, con una presidenta que hace la vista gorda y que no tiene nada en común con mujeres oprimidas, pobres, con empresarios cada vez más dispuestos a sacar ganancias pagando la mitad del sueldo a las mujeres trabajadoras, a explotarlas, y con medios de comunicación que prentenden naturalizar la violencia de género aportando falsos estereotipos femeninos, un sector de mujeres que sufren diariamente estos vejámenes se plantea el debate abierto en Neuquén.

Pero siempre concientes de que cuentan a su favor con la experiencia de Fasinpat, que dejará en claro a todas que para la emancipación definitiva de la mujer es necesario luchar no sólo por derechos básicos sino por el cambio de raíz en la sociedad.