martes, 3 de enero de 2012

Después del amor…

Cuando el amor se acaba y se pone fin a una relación comienza el momento más difícil: aprender a estar sola.
"El tiempo que dura el duelo y la recuperación depende del tipo de vínculo y de si se cuenta con una red de apoyo como la familia y amigos que puedan acompañar esta etapa”, señala la médica psiquiátra Gil Lemus. Parece difícil volver a sonreír. Se siente la soledad y la falta del otro. Pero no es imposible superar una ruptura de pareja. Por eso, la médica psiquiatra de Fundación Foro, Laura Marcela Gil Lemus, habló con Para Ti Online y explicó las sensaciones que invaden cuando el amor se termina y cómo salir adelante.
Que “lo extraño”, que “no puedo seguir sin él”, que “no hice lo suficiente” son algunas de las típicas frases cuando una relación se termina. Cuando esto se produce, muchos sentimientos atraviesan nuestra mente y, sobre todo, el corazón pero, ¿de qué se tratan? Según la psicóloga, estos varían a lo largo del proceso de separación:

*La tristeza. Es una emoción frecuente cuando la persona siente que las cosas no tomaron el rumbo que deseaba, este es el caso de quienes tienen expectativas de formalizar, de casarse o de mantener un vínculo por largo tiempo. La sensación de ser rechazado o no valorado también conlleva a la tristeza.

*El enojo. Es común cuando se siente que un objetivo importante fue bloqueado y no se obtuvo el resultado esperado o porque la pareja se terminó por criticas constantes o engaño.

*El miedo. Se produce cuando la ruptura amenaza el bienestar y aparece el temor a no poder seguir adelante o a no encontrar una compañía amorosa en el futuro.

*La culpa. Se siente que no se hizo las cosas de acuerdo a los valores personales, que se lastimó al otro o se recuerdan errores pasados. Es común preguntarse si haber hecho algo distinto hubiera cambiado el rumbo o hubiera hecho que las cosas fueran distintas. Este último sentimiento puede entorpecer la recuperación si se mantiene a través del tiempo. Por este motivo es importante aceptar lo sucedido y perdonarse los errores que se hayan podido cometer.

CUANDO NO SOMOS SÓLO DOS… Si se enfrenta una ruptura y se tiene hijos, la situación parece desbordar. Para la profesional, lo que debe prevalecer es la honestidad: “Lo principal es poder hablar con los hijos respecto a las dificultades de la pareja y dejarles claro que la separación no se relaciona con nada que ellos hayan hecho o dejado de hacer y transmitirles la tranquilidad de que, pase lo que pase, contarán con sus padres siempre”.

SEGUIR… “El tiempo que dura el duelo y la recuperación depende del tipo de vínculo y de si se cuenta con una red de apoyo como la familia y amigos que puedan acompañar esta etapa”, señala Gil Lemus. Para salir adelante, añade: “Hay que ser conciente de que después de romper un vínculo vienen cambios emocionales que requieren un tiempo para solucionarse. No es adecuado apresurarse a tomar decisiones o hacer cambios drásticos en esta etapa y es recomendable tomarse un tiempo mientras se atraviesa el proceso”.

Por otro lado, como la soledad es una sensación siempre presente, la profesional explica: “Una estrategia que puede resultar útil es realizar actividades placenteras sola o con amigos y familia. Tener mucho tiempo libre puede aumentar el malestar, por eso es importante vincularse con actividades deportivas o culturales que, progresivamente, aumenten la percepción de bienestar”.


Para Ti
Por Celeste Lattanzio.