jueves, 31 de marzo de 2011

El sexo es divino

Ksawery Knotz. Nacido en Polonia (como el Papa Juan Pablo II), a los 45 años este cura franciscano es considerado gurú de la sexualidad desde que su libro Sexo como Dios manda –un manual para matrimonios– se convirtió en best-seller. La prensa internacional lo presenta como “el apóstol del Kamasutra católico”, y su intención está clara: “remover las estanterías” y “cambiar los hábitos” de la pareja católica tipo. Una entrevista exclusiva y sus “mandamientos” que más dan que hablar.
Quién dijo que el sexo en el matrimonio debe ser aburrido? Luego de años de impartir educación sexual a parejas católicas y con esta pregunta en la cabeza, el cura capuchino Ksawery Knotz (45) decidió salir del anonimato del monasterio Stalowa Wola, ubicado en el sur de Polonia, para dar un mensaje al mundo: “Dios también está interesado en que las parejas lleven una vida sexual feliz y por eso les ha dado ese don, para que puedan así expresarse su amor”, afirma en su libro Sexo como Dios manda, que ya es un best seller en todo el mundo y que en la Argentina fue publicado por Editorial Lumen.

A lo largo de 250 páginas, el libro desmiente que el sexo sea considerado un pecado mortal por la Iglesia y ahonda en la práctica sexual conyugal con el fin de aumentar el placer de la vida íntima. Eso le valió en el mundo el apodo de “apóstol del Kamasutra católico”, algo que –asegura– es parte del marketing y no le molesta. “Para mí, ayudar a las parejas a mejorar sus relaciones íntimas supone también una forma de trabajar para Dios”, afirma Knotz en diálogo con Para Ti, y explicó que decidió escribir el libro porque no estaba conforme con la manera en que se hablaba sobre este tema. “A los católicos les interesa mucho la vida sexual, así que necesitan que esté presentada en el contexto de Dios, del matrimonio y la moralidad. Yo no estaba contento con el modo en que se escribía sobre este tema, entonces decidí dar mi opinión”.

¿Por qué la Iglesia no habla sobre el placer del sexo? La Iglesia habla pero demasiado poco. Y algunos lo plantean como problema, pero el placer en el sexo no es un problema... En todo caso, lo serían los valores según los cuales vive la gente que se ama. Es decir, hay que vivir el placer lo mejor posible, pero en el entorno del amor, el matrimonio, la responsabilidad mutua y la estima hacia el cuerpo y su fisiología.

¿Ha tenido apoyo de la Iglesia Católica para este mensaje? Hoy en día, sólo las personas alienadas piensan que este tema no es importante o que es innecesario. No tengo ningún problema con la Iglesia por esto. Al contrario, tengo imprimátur, es decir, la confirmación del obispo de que el contenido de mis libros no es contradictorio con la fe y la moralidad.

¿Cuáles son las pautas para que una pareja tenga una vida sexual plena y “como Dios manda”? Lo más importante siempre es el vínculo, la relación. Sin vínculo el sexo no tiene sabor, se va aburriendo y se hace improductivo. Entonces, primero hay que construir el vínculo matrimonial y segundo, cuidarlo. Pienso que hay que apreciar más la espiritualidad. Si queremos gozar profundamente de la vida sexual, es necesario pensar más sobre la relación, el encuentro de dos personas durante el sexo. La religión y el sexo siempre despiertan mucha emoción, por eso imagínense qué influencia positiva pueden generar si en lugar de ponerlas como opuestas muestran su apoyo mutuo. HAZ LO QUE YO DIGO... Célibe él, Knotz dice que la autoridad para poder hablar sobre este tema proviene del testimonio directo de las más de mil parejas que han participado de sus retiros y que lo han provisto de experiencias. “Por supuesto que hay parejas que se sorprenden con que un sacerdote les hable de estos temas, pero luego son muchas las que deciden poner en práctica mis enseñanzas para mejorar su vida sexual”, explica. Y cuenta que su inspiración surgió en parte del carácter abierto sobre este tema de su propia familia y, también, del papa Juan Pablo II, quien abordó por primera vez el tema de la sexualidad en la década del ‘60.

Así es como, con un poco de audacia y otro poco de marketing, ha logrado traspasar las paredes de su monasterio para instalarse en las vitrinas de las principales librerías del mundo de la mano de afirmaciones tales como “Dios está en el orgasmo”, una de sus máximas. Y para los que aún no se convencen, responde: “¿Qué tiene que ver Dios con el sexo? ¿Y qué tiene que ver Dios con tu salud, dinero, trabajo, descanso, amor, muerte? Si no tiene nada que ver, ¡eso significa que no eres cristiano!”

Además, el libro se ocupa de desmitificar ciertas ideas y prejuicios construidos en los fieles católicos en torno al sexo: “Cuando oyen hablar de la santidad del acto conyugal, de inmediato imaginan que el sexo debe estar privado de alegría, jueguitos frívolos, fantasías y posiciones agradables para los esposos. ¡O que tiene que ser tan triste como las canciones sacras tradicionales!” Para el fraile capuchino es exactamente al revés: la alegría, la fantasía, la lencería, las velas y los juegos, son elementos válidos y morales en el marco de una relación sexual conyugal. Y remarca que “tratar el placer sexual como manifestación de una naturaleza pecadora no tiene nada que ver con el catolicismo”.

Sin embargo, y tal como la institución a la que pertenece lo aconseja y aprueba, Knotz defiende “el amor natural”, es decir, sin preservativos ni píldoras anticonceptivas. Para el religioso, si bien el sexo no es sólo para tener hijos, tampoco es para no tenerlos: “La decisión de utilizar medios anticonceptivos pone al descubierto una mala predisposición, al mismo tiempo que la crea. Significa que ha sido roto el diálogo real de los esposos entre sí y con Dios. Permite prever que a un plazo más largo también puede quedar rota la unidad del matrimonio”, afirma en uno de los pasajes más polémicos del libro. Y concluye: “Si los esposos no atentan contra su cuerpo, su sexualidad y su fertilidad, entonces de un modo natural llevan en sus corazones la convicción humana de que aceptarán cada hijo que sea concebido”. Lo que sí pueden hacer los esposos, y deben hacerlo según el padre Knotz, es conocer cabalmente el ciclo de fertilidad de la mujer para decidir y planificar “incorporando a la vida las indicaciones de la Iglesia”.

Lo cierto es que tras el gran éxito de ventas de este primer libro, tanto en Polonia como en todo el mundo católico, Knotz acaba de editar el segundo, El sexo que no conoces: para parejas casadas que aman a Dios, que también va camino al best-seller. En tanto, su agenda de citas con parejas que quieren ser parte de sus retiros y reuniones, ya está ocupada por varios meses. Lo que se dice, un éxito como Dios manda.

BUSCAR LAS FORMAS DE EXPRESION DEL AMOR. El acto sexual puede ser comparado con la danza. Cada pareja, de a poco, descubre sus reacciones, sus condicionamientos biológicos y psicológicos individuales. Unas parejas se sienten magníficamente bailando un vals, otras aman el rock and roll y otras el fogoso samba. Algo similar ocurre en el lecho conyugal: cada pareja tiene su propia danza, única en su especie, parecida a otras sólo en apariencia. Por eso es tan importante que los esposos, ante todo, se escuchen a sí mismos (sus deseos y necesidades, las reacciones de sus cuerpos) y juntos busquen las formas de expresión de su amor, las que los ayuden a consolidar el lazo conyugal, las más adecuadas, cómodas, las que les ofrezcan la mayor riqueza de vivencias sexuales y que mejor se adapten a las expectativas de ambos.

CARICIAS Y ALGO MAS... El comienzo de la celebración del encuentro conyugal incluye expresiones de ternura, besos, masajes, caricias sexuales, que actúan sobre la armonía emocional de los esposos y la conciencia del vínculo erótico. El fin inmediato de esas conductas no es despertar rápidamente la excitación, sino reforzar el sentimiento de amor a través de la creación de una atmósfera de intimidad, confianza y calor emocional que ayude a vencer la vergüenza, el temor y la inseguridad. En el hombre, la eyaculación es acompañada por un placer “automático”. Por eso, por naturaleza, quiere mantener relaciones lo más frecuentemente posible. En la mujer, asumir la convivencia sexual y el riesgo asociado a un posible embarazo en muchos casos no resulta “automáticamente” premiado por la naturaleza con una fuerte vivencia de placer. En muchas ocasiones, se decide a mantener una relación sexual más por amor a su esposo que por propia necesidad. Por eso es importante que, durante la relación, el marido trate de agradecer a su mujer la entrega, el esfuerzo y el riesgo. Cuando los esposos comienzan a acariciarse con la intención de llevar a cabo un acto sexual pleno, cada conducta (clases de caricias, posiciones sexuales) que tiene como fin la excitación, está permitida y es grata a Dios. El magisterio de la Iglesia no se pronuncia acerca de cuestiones tan específicas como el límite de las caricias durante el juego previo. En esas situaciones, cuando no hay un pronunciamiento vinculante del magisterio, las opiniones morales dependen en gran parte de la sensibilidad personal, el saber, las percepciones estéticas, la educación.

A menudo los esposos católicos se preguntan si el sexo oral (del latín oralis; os, oris: labios) durante el juego previo es moralmente admisible. Lasdudas con frecuencia se originan en que tal forma de caricias está propagada por la pornografía, que de este modo trata de atraer a la clientela. En ese contexto aparece como una clase de sexo rebuscado, carente de amor, y del cual los esposos toman distancia. Pero el clima de una página pornográfica no es el clima del amor conyugal. No se pueden equiparar estas dos realidades ni mezclarlas en base a asociaciones directas. Los varones experimentan un gran placer cuando son excitados en forma oral por las mujeres. Aprecian el compromiso de sus esposas. Tampoco tienen resistencias para excitar de ese modo a las mujeres, a menudo incluso lo desean. Las reacciones de las mujeres son más diversas. Hay mujeres a las que no les gusta para nada excitar así a los varones. Algunas sienten repugnancia, otras se sienten humilladas. Muchas mujeres aceptan de buena gana tales caricias de su esposo y las disfrutan.

EL ORGASMO NO LO ES TODO. La cultura consumista promueve el orgasmo como la culminación del acto sexual. Mirando el acto sexual desde el ángulo del placer, considera que el orgasmo es el momento más importante del intercambio sexual. Es un punto de vista erróneo. El momento más significativo y culminante es el momento de la penetración en la vagina de la mujer. Es el momento de la unión, de ser “una sola carne”, no sólo en el sentido de la mayor proximidad física, sino también de la unidad psicológica y espiritual. Es importante que los esposos sean conscientes del peso de ese momento y quieran permanecer el mayor tiempo posible en dicha unión. En el cuerpo de la mujer, el varón encuentra una especie de hogar, se sumerge en un lugar cálido y acogedor. La mujer, recibiendo al varón, abrigándolo como sólo ella puede hacerlo, se siente plena.

Precisamente así se crea la unidad. Una excesiva concentración sobre el aspecto fisiológico de la convivencia sexual empequeñece sus elementos más importantes. El orgasmo es una experiencia que acompaña al encuentro, lo completa, se enraíza en el cuerpo, da fuerza expresiva a una experiencia más profunda y total, como es la unión de los corazones. Con el fin de despertar los sentidos durante el período infértil, vale la pena crear un ambiente propicio. Puede ser de ayuda una cena más formal, un baño de a dos, música, un par de velas, flores, perfumes, prendas íntimas diferentes, un masaje corporal, caricias, aceites aromáticos. Esos elementos de la cultura hacen más atractivo el encuentro íntimo. No sólo ayudan a que el juego amoroso sea más sutil y crean un clima de apertura y confianza; también tienen un fin pragmático: ayudan a los esposos a asumir la convivencia sexual durante el período infértil. La música no sólo sirve para crear un clima romántico; también funciona como relajante. A los varones les agradan los “juguetes” eróticos, como unas braguitas de encaje, que pueden servir a la esposa para vencer el temor a mostrarse desnuda. El juego de luces y sombras en el dormitorio matrimonial no sólo crea un clima misterioso, también ayuda a vencer el pudor ante una mayor proximidad.

PASION MAS ESPIRITU. A menudo confundimos el concepto “pasión” con el concepto “deseo carnal”. Corrientemente los dos conceptos se usan de forma indistinta. Pero en la Iglesia, desde los tiempos de San Agustín, se entiende que el deseo carnal está relacionado con el pecado original. Por eso, en el terreno de la Iglesia hay que tener cuidado de no utilizar los dos conceptos como sinónimos. El placer sexual acompaña el encuentro de los esposos que se aman. Dios, que creó el placer sexual, acepta plenamente esa sensación humana, permite que se goce durante el acto conyugal. La búsqueda del placer no es sólo un deseo de intensidad cada vez mayor, sino también de un amor más profundo, del cumplimiento último, la búsqueda oculta cuyo límite es el infinito. Bajo el influjo de la gracia de Dios, la pasión se convierte en el hálito carnal del alma que abarca el nivel corporal del ser humano. En el lenguaje teológico, el concepto “deseo carnal” describe un estado del corazón, de las más profundas esferas espirituales del ser humano. Se manifiesta exteriormente también a través del cuerpo como expresiones de soberbia, avaricia, envidia, lujuria. El deseo carnal es fuente de pecados que destruyen la unidad, el amor, la armonía entre las personas. Tratar el placer sexual como manifestación de una naturaleza pecadora, confundir las decisiones humanas, de las que hay que hacerse cargo, con las reacciones del cuerpo humano no tiene nada que ver con el catolicismo. La pasión en el lecho conyugal no puede ser entendida negativamente como un brutal deseo carnal que embota el entendimiento, anula la capacidad del hombre para elegir el bien y degrada el acto sexual al nivel de una reacción puramente biológica, que nada tiene en común con los asuntos del espíritu.

EL CIELO ES EL LIMITE. El amor entre los esposos, que se expresa en el acto sexual, hace que la corporalidad del ser humano sea elevada hacia el cielo. El éxtasis asociado con la alegría de la convivencia sexual puede compararse con la felicidad de la vida eterna. Los esposos cristianos, gracias a la espiritualidad que los aproxima entre sí, pueden gozar de mayor alegría en su vida sexual que el resto de la población. Durante la convivencia sexual, el varón experimenta muy fácilmente el orgasmo. En cambio, la mujer puede descubrir el placer sexual lentamente. Las sensaciones sexuales en ella se despiertan y crecen de a poco. Cuando la mujer ya está excitada desea experimentar, tal como el varón, un placer total. La sensación de insatisfacción sexual de una mujer excitada es un gran sufrimiento físico y psicológico. La mujer que no ha tenido tiempo de llegar al orgasmo a causa de una relación demasiado breve para ella “puede permitir que el marido la satisfaga de cualquier otro modo”. Sólo después de experimentar un orgasmo la mujer se siente plenamente satisfecha. El amor del marido por su esposa lo obliga a que después de su propia satisfacción acaricie la vulva y el clítoris hasta que ella alcance el orgasmo. El marido perjudica a su esposa si la deja insatisfecha. La experiencia del acto sexual humano no está totalmente descrita si no se contempla su dimensión espiritual. La promesa del Evangelio respecto a la vida sexual abre anchos horizontes para el amor humano. Reafirma que la energía sexual es una fuerza realmente buena, magnífica y bella que permite vivir tanto el placer y la satisfacción, como la unión espiritual con la persona amada, la alegría de recibirla y entregarse a ella. Las vivencias experimentadas en el cuerpo son dones del Creador. Dios se manifiesta a los esposos a través del Cuerpo de Cristo, en el que reencuentran el sentido del misterio de “ser una sola carne”.

REZAR, COMER, AMAR... Una dieta bien compuesta puede cumplir su rol en el mejoramiento de la vida sexual. Para cuidar la salud, los esposos deberían limitar los productos ricos en grasas animales porque engordan, pero sobre todo influyen en el aparato circulatorio y la economía hormonal. A los varones les bajan el nivel de testosterona y a las mujeres el de estrógeno, lo que empeora la práctica sexual. En cambio, en el menú diario no deberían faltar los ácidos grasos insaturados, que se encuentran en los aceites vegetales y en los pescados. Influyen positivamente sobre el metabolismo, el sistema circulatorio y cerebrovascular. Por lo tanto, también sobre la vida íntima. Vale la pena comer verduras tales como apio, puerro, berenjena, perejil, lechuga, pimientos, calabaza, tomate, zanahoria, espárragos, que pueden ser ligeramente afrodisíacos. Una propiedad similar tienen los hongos, sobre todo la morchella y la mitrophora.Entre las frutas es necesario mencionar: melón, ananá, palta, granada, mango, damasco, durazno y frutilla. No hay que olvidar las hierbas y especias: albahaca, chiles, rábano picante, canela, ajo, nuez moscada, mostazas, coriandro, raíz de levístico, pimienta negra, romero, vainilla, ginseng y jengibre. También tienen efecto afrodisíaco pequeñas cantidades de vino o champaña. Pero hay que recordar que el exceso de alcohol, en vez de excitar, debilita el impulso y la efectividad: en el varón produce problemas con la erección, en las mujeres problemas con la lubricación vaginal. La cerveza ocasiona pesadez. Uno de los enemigos declarados de la vida sexual es el cigarrillo. Para que se produzca la erección, la sangre debe llegar a los órganos sexuales. Dado que el tabaco es vasoconstrictor, dificulta la circulación, lo que se comprueba en el dormitorio.

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Textos: Paula Bistagnino. Fotos: Gentileza K. Knotz.

Hidrolipo

La llaman la lipoescultura del futuro o hidrolipoclasia. Es lo último en tratamientos no invasivos y garantiza una solución segura, rápida y efectiva, con resultados inmediatos y reales: se reducen de 1 a 4 cm después de cada aplicación, e incluso en algunos casos se bajan hasta dos talles luego de la segunda sesión. Es ideal para tratar adiposidades localizadas y celulitis.

La llaman la lipoescultura del futuro o hidrolipoclasia. Es lo último en tratamientos no invasivos y garantiza una solución segura, rápida y efectiva, con resultados inmediatos y reales: se reducen de 1 a 4 cm después de cada aplicación, e incluso en algunos casos se bajan hasta dos talles luego de la segunda sesión. Es ideal para tratar adiposidades localizadas y celulitis.
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El tratamiento ofrece resultados seguros e inmediatos: se reducen de 1 a 4 cm en la primera sesión.
Gracias a las innovaciones tecnológicas y a las últimas investigaciones médicas, ya no es necesario recurrir al bisturí para lograr el cuerpo perfecto. La anestesia general es, desde siempre, un componente inquietante y son muchas las mujeres que por miedo se rehúsan a someterse a operaciones estéticas. Por eso los tratamientos no invasivos están ganando terreno a pasos agigantados, y además, cuentan con la ventaja de ser procedimientos prácticos, sencillos y seguros. Hoy, a la lista de estos tratamientos se suma la hidrolipoclasia, considerada la lipoescultura del futuro. Hace un tiempo se viene aplicando en todo el mundo, pero en la rgentina es toda una novedad y son pocos los centros de estética que ya la aplican.

LO MAS NUEVO EN NUESTRO PAIS. Sin dolor, sin pérdida de sangre y sin postoperatorio, la hidrolipoclasia propone resultados inigualables. El término proviene de las palabras hidro –que significa agua–, lipo –grasa–, y clasia –romper–.
Es un tratamiento terapéutico muy poco conocido en nuestro país, y está indicado especialmente para adiposidades localizadas, aunque también se utiliza en tratamientos contra la celulitis, con excelentes resultados. Esto la convierte en un método preferible a las cirugías quirúrgicas tradicionales para perder peso. El Dr. Julio Ferreira, a cargo de la clínica homónima, asegura que “la hidrolipoclasia es un método novedoso y tiene la ventaja de ofrecer resultados en el momento, ya que se miden los pacientes antes y después de cada aplicación y el descenso es entre 1 a 4 cm. Además no es doloroso y el paciente continúa con sus actividades normales en forma inmediata”. Y explica que “consiste en la introducción, por intermedio de pequeñas agujas, de solución fisiológica y enzimas lipolíticas que actúan en forma conjunta con el uso de ultrasonidos externos. La propagación de estos ultrasonidos en los tejidos produce un micromasaje celular intenso de altísima energía, que da origen a compresiones y descompresiones en las células adiposas que determinan la disminución del volumen de las adiposidades localizadas y mejora en el proceso celulítico”. Su proceso es muy simple. Se inyecta un líquido compuesto por solución fisiológica, bicarbonato y xilocaína en el tejido, justo después de anestesiar la porción de piel a tratar. Esto provoca que las membranas celulares de los adipositos (o células grasas) se debiliten por la hinchazón del tejido. Con un aparato de ultrasonido de 3 Mhz se masajea la zona en forma lenta y suave por aproximadamente veinte minutos. Gracias a que el ultrasonido posee la capacidad de llegar hasta el tejido graso, genera un aumento de la temperatura en él. El proceso se conoce como termogénesis.

El calor provoca la rápida ruptura del adiposito, producto del choque entre la solución inyectada y las células grasas. Además, rompe y quema la fibrosis, el principal componente de la piel de naranja. Los lípidos liberados (glicerol) circulan por vía sanguínea y linfática y, más tarde, son liberados por medio de la orina y la materia fecal. Las sesiones son cortas y la duración de las mismas depende de la zona a tratar, pero en los casos más severos el tratamiento lleva entre hora y hora y media.

Se recomienda que las sesiones se realicen una vez por semana, o cada diez días. Los cambios, a pesar de ser inmediatos y visibles, varían según las personas. En algunas mujeres se nota una reducción de hasta dos talles en sólo dos sesiones, mientras que algunas tardan un poco más. “Es un método no doloroso ya que el tejido adiposo no posee abundantes terminaciones nerviosas. Al empezar, es posible que el paciente perciba un sutil cosquilleo cuando se inyecta la solución”, explica la doctora Alejandra Lepore, médica dermatóloga que realiza la técnica. Y agrega que “es recomendable que se ingiera líquido inmediatamente después de haber realizado el tratamiento, para estimular el efecto lipolítico (que es la ruptura de las células grasas) y colocarse una faja elástica de 24 a 48 horas para evitar algún hematoma que pueda aparecer”. Los hematomas pueden aparecer debido a la solución inyectada. Pero, sin ninguna otra molestia, tienden a desaparecer entre los 8 a 10 días. También, dicen los especialistas, habría un aumento en la producción de orina, facilitando la eliminación de las toxinas disueltas de la grasa. Si bien la hidrolipoclasia no necesita intervención quirúrgica, el paciente deberá someterse a un estudio médico previo. Esto se debe a que el tratamiento no es recomendable para pacientes con colesterol alto, hipotiroidismo, diabetes descompensada, epilepsia o distintas cardiopatías.“Por esta razón es esencial que al tratamiento lo realice un médico que conozca la técnica. El paciente debe ser estudiado y además se debe indicar la aplicación de la vacuna antitetánica o su correspondiente refuerzo”, advierte Lepore, sabiendo de la existencia de centros estéticos donde al tratamiento no lo realiza un médico sino un esteticista. Los médicos cirujanos serían los más capacitados para realizar este tipo de procedimientos que apuntan a mejorar el contorno corporal; sin embargo, el problema está en que la mayoría de ellos no quieren capacitarse en tratamientos de este tipo. “Los cirujanos plásticos se resisten a entrenarse en procedimientos no quirúrgicos, por eso son esteticistas y dermatólogos los que terminan teniendo más experiencia en este tipo de métodos, sin tener todas las credenciales exigibles para realizar prácticas mínimamente invasivas”, admite el doctor Alberto Rancati, cirujano plástico.

DIFERENTE A LA LIPOSUCCION. La hidrolipoclasia puede realizarse en consultorios, mientras que la liposucción se hace con intervención quirúrgica de por medio, y requiere entonces hacerse dentro del quirófano. Esta es la primera gran diferencia entre una y otra; sin embargo, Rancati aclara que siempre es mejor realizar este procedimiento en el ámbito del quirófano que en el consultorio. “Creo que este elemento es fundamental para el paciente a la hora de elegir dónde hacerse el procedimiento. Siempre es mejor hacerlo en el quirófano, aunque no se trate de una cirugía”, detalla.

En la hidrolipoclasia no existe el postoperatorio y, por lo tanto, la paciente puede retomar normalmente sus actividades diarias al salir del centro donde se haya tratado. En cambio, el tiempo de recuperación que demanda la liposucción tradicional no es una opción, por ejemplo, para la mujer que trabaja, ya que requiere como mínimo 24 horas de reposo y varios días de poca actividad. Sin embargo, los especialistas aseguran que para lipodistrofias severas, la hidrolipoclasia no puede competir con la liposucción, que además de destruir las células grasas, las extrae. Pero para casos más leves o localizados es posible que los resultados sean, inclusive, mejores que los obtenidos con la liposucción. Según un cuadro comparativo realizado por Allergan en el Encuentro Latinoamericano de Actualización Científica 2010, tratamientos como la hidrolipoclasia tienen poca durabilidad frente al paso del tiempo. No obstante, la deformidad e hinchazón que causan las cirugías estéticas son notablemente más altas en comparación a procedimientos no quirúrgicos, y las complicaciones y el costo de servicio también suelen ser menores que aquellas técnicas que necesitan internación hospitalaria.

También es conveniente aclarar que con la hidrolipoclasia bastarán al menos seis sesiones para llegar a los mismos resultados que con cirugía estética y para conseguir mayor duración en el tiempo. Comúnmente el método recuerda a distintas técnicas de remodelación corporal ya conocidas, como es el caso de la cavitación o la mesoterapia, pero pueden destacarse diferencias importantes. Para realizar la cavitación es necesario un aparato que aspira al vacío y, contrario a la hidrolipoclasia, no se inyecta ninguna solución.

Con respecto a la mesoterapia, aunque también se aplica una solución en el cuerpo, el masaje no se realiza con elementos de ultrasonido, sino que es completamente tradicional y en forma manual.

El punto en común de las tres técnicas es que combaten contra las adiposidades. Y, de hecho, los médicos sugieren acompañar la hidrolipoclasia con otros métodos.

Un procedimiento no quirúrgico como la hidrolipoclasia es ideal para pacientes que desean mejorar su imagen corporal de forma sutil y sin grandes cambios, por miedo a que se note demasiado o a llamar la atención; también es perfecto para aquellos que no pueden frenar su actividad laboral o que tienen miedo a la cirugía. Por otra parte, es un recurso más económico que cualquier cirugía: en la Clínica Ferreira, la sesión dura entre 20 y 40 minutos –dependiendo del área a cubrir y las características del tejido tratado–, y el costo es de $600 por sesión; en el consultorio de la Dra. Alejandra Lepore, las sesiones duran entre 1 hora y 1 hora y media, y cuestan entre $ 300 y $ 350.

Ventajas
No requiere de postoperatorio y el paciente puede retomar su actividad de inmediato.

No hay dolor, ni pérdida de sangre.

Ofrece resultados seguros e inmediatos: se reducen de 1 a 4 cm en la primera sesión.

En algunas mujeres se nota una reducción de hasta dos talles en sólo dos sesiones.

Es ideal para pacientes que desean mejorar su imagen corporal de forma sutil y sin grandes cambios por miedo a que se note demasiado o llamar la atención; también para aquellos que no pueden frenar su actividad laboral o que tienen miedo a la cirugía. Por otra parte, es un recurso más económico que cualquier cirugía.
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jueves, 10 de marzo de 2011

¿Se puede tener sexo toda la vida con la misma persona?

Si es verdad que la risa es el mejor remedio para curar enfermedades, no te podés perder este unipersonal que ya acumular cinco años de éxito. Mónica Salvador, creadora de la desopilante Annette Poche, una sexóloga recién llegada de Europa que nos introduce en la vida erótica de las parejas, con sus vicisitudes y altibajos, dando remedios insólitos para superar las diferentes crisis, escribió para Entremujeres.

Para algunos, es una utopía... Para otros, un deseo... Y, para varios, un imposible... ¿Se puede tener sexo toda la vida con la misma persona? Yo, contesto ¡¡¡SÍ!!!


Sin dudas, toda pareja cuando inicia una relación "seria" o casamiento, promete fidelidad. Sin embargo, con el correr de los años las relaciones suelen caer en lugares comunes de aburrimiento, rutina, falta de comunicación y, sobre todo, disminuye el deseo.

¿Qué hacer para revertir esta situación? Un seminario de humor y verdad te da soluciones y ejercicios para que el erotismo no disminuya en la pareja.


Aunque parezca increible, darle placer al otro también es UN TRABAJO, hay que dedicarle TIEMPO al placer y un lugar donde la pareja tenga PRIVACIDAD para realizar el ejercicio que corresponda para cada etapa, o para cada semana, o bien para cada mes.


La CREATIVIDAD es un condimento infaltable dentro de la convivencia sexual, y cuando digo sexo me refiero a todo lo que tenga que ver con placer y no sólo lo reducido a la... "colocadita", como diría Anette Poshé, que es la sexóloga que da los seminarios.


Hay ejercicios que sólo tienen que ver con acariciar al otro durante un tiempo, que no sea menor de 15 minutos y no supere los 45 minutos; solos en una habitación cerrada y con luz tenue.


Otra variante puede ser experimentar ejercicios anulando un sentido para desarrollar los otros, por ejemplo. El mismo ejercicio otro día, en otro lugar, pero con los ojos tapados. Y así variando o combinando los 5 sentidos: gusto, tacto, vista, olfato y oído.


Parecen simples. Sin embargo, hay muchas parejas que conviven durente muchos años y no pueden despegar de una sexualidad RUTINARIA, lo que Anette llama comer todos los días "sopa, pastel de papas y flan". Es muy rico, muy nutritivo, pero después de cinco años llega un sábado a la noche y te comerías una pizza o unas empanaditas...


Estos temas y otros tratamos en "Cómo tener sexo toda tu vida con la misma persona", una obra de mi creación, que tiene, a la vez, todos los condimentos de la sexología y la psicología. En cada función, la sala termina funcionando como una gran terapia de grupo aturdida por las carcajadas.


Infinidad de propuestas sencillas, divertidas y que dejan abierta las puertas del juego erótico en las parejas es el secreto de este espectáculo que lleva 4 años ininterrumpidos en cartel y que fue nominado al Estrella de Mar en Mar del Plata.


Como siempre digo: todos los espectáculos tienen buen final, pero el mío ¡ES EL QUE MEJOR ACABA!

entre mujeres

Erotismo en el trabajo: ¿Infidelidad o histeriqueo?

Adriana Arias, psicóloga, sexóloga y especialista en erótica femenina, reflexiona sobre una situación casi cotidiana, que inquieta a la mayoría: el despliegue del deseo en el "laburo". Por qué ocurre y cómo devolver esos fuegos a la pareja.

Es habitual encontrarnos con la pregunta sobre las causas del despliegue erótico en el territorio laboral o profesional. ¿Por qué las trampas son frecuentes en el trabajo?, nos preguntamos. Estemos de un lado (¿víctimas?) o del otro (¿infieles?), el tema siempre inquieta... El asunto de los "ratones" alrededor del tema es un hecho innegable, ya se trate de "él", nuestro varón (y las múltiples fantasías, celos y paranoias que nos dispara su comportamiento en el laburo), o se trate de nosotras y nuestros deslices culposos con nuestros cómplices cotidianos.

Algunas referencias "eruditas" al respecto:

* El erotismo tiene como característica esencial la inclinación hacia el misterio, lo no anticipable, lo no esperable, lo incierto. Se lleva pésimo con la rutina, lo estable, lo seguro. Adora la complicidad y el misterio. Se engolosina cuando le permitimos jugar con la imaginación, la creatividad, lo lúdico. Se lleva bárbaro con la transgresión y la ruptura de mandatos y normas. Aborrece lo estructurado y lo sistemático. Su mística se mueve a sus anchas en toda situación donde el cortejo y la seducción lo habite.

* En nuestro día a día, el espacio de lo laboral cuenta con muchas de estas posibilidades, agregando además que permite asegurar el resguardo de la intimidad, el sentido de lo propio. No nos exige exposición, no requiere que ocupemos más tiempo en la búsqueda de intensidades y nos da la confianza de estar entre pares, iguales, amigos.

Lo llamativo es que todo aquello que desarrollamos en esta zona lo retiramos del área de lo privado. De hecho, nos arreglamos para ir a trabajar, nos maquillamos y perfumamos y ensanchamos nuestros mejores recursos, mientras que en casa nos aburguesamos, nos desatendemos, nos desalineamos y nos abandonamos.

El espacio de lo privado, de este modo, se torna rutinario y aburrido. Llegamos a casa, más o menos todos los días ocurre lo mismo, no hay sorpresas, no hay misterio.

En nuestra pareja tenemos seguridad, estructura, solidez, amor anticipado, tenemos el aval de la sociedad que nos sostiene en el formato adecuado, lo correcto, lo que está bien. Ocurre entonces que, en un giro argumentativo, usamos estas razones para explicar nuestra necesidad de "poner afuera" nuestras mejores cosas.

Vale entonces ampliar el interrogante:

¿Cómo insertar los valores del erotismo en el espacio elegido, en la pareja de amor?

¿Cómo incluir la transgresión, la ruptura de lo establecido en nuestro sólido matrimonio?

¿Cómo abrirle las puertas a nuestra abandonada seducción en un vínculo que se supone y se sabe y se espera cierto y eterno?

La respuesta no es sencilla. Se hace difícil aceptar que cuando logramos la comodidad del amor confirmado y deseamos un proyecto de vida junto al otro, la amenaza de la disociación entre el amor y el erotismo se haga presente y se instale en el vínculo. Nos resistimos, una vez que nos habíamos relajado, a volver a "arremangarnos" para laburar en la pareja.

Sin embargo de eso se trata. El erotismo no es lineal. No camina paso a paso hacia un final feliz. El erotismo necesita inquietarse, saberse en búsqueda, estar para no permanecer. ¡Qué complicación! ¿No? Sí, no es fácil. Pero, por lo pronto, algunos consejos:

* Aceptemos que el erotismo le pertenece a cada sujeto. Siempre es, ante todo, autoerótico, y no es propiedad de la pareja.

* No nos apoltronemos en la certeza de la pareja elegida. Toleremos la duda, juguemos con ella para atrapar la confianza cada día, cada vez.

* Descartemos al máximo los pudores y represiones que puedan haberse instalado en el vínculo. Esto es más simple de lo que pensamos. Con sólo hacer un espejo de lo que sí podemos permitirnos en el afuera y trasladarlo a nuestra intimidad le abriremos el camino al erotismo reprimido.

* Y, por último, imaginemos a nuestro partenaire como aquel otro que puede ser deseado y estimulado eróticamente del mismo modo que nosotros lo hacemos con otros u otros lo hacen con nosotros.

Somos los mismos. Los mismos que al entrar en la oficina recibimos las miradas deseantes de otros. Otros que como nosotros retiraron esa mirada de su pareja. Pareja que puede ser, perfectamente, ese o esa que ahora estamos mirando con deseo.

Por Adriana Arias, psicóloga y sexóloga . Entre Mujeres