domingo, 24 de agosto de 2008

ADICTAS a los ex

Muchas mujeres no saben o no pueden terminar con su pareja anterior y reinciden en encuentros esporádicos. Esto no les permite avanzar y las deja ancladas en el pasado. Sepa qué hacer.

En la ficción ya hemos conocido historias de mujeres que no pueden cortar con sus ex parejas. En “Sex and the city”, Carrie Bradshaw (interpretada por la carismática Sarah Jessica Parker) a los 40 y pico, sexy y soltera, a pesar de que tiene relaciones con algunos hombres, siempre termina cediendo ante la tentación y vuelve a los brazos de su ex, el misterioso señor Big. En “Socias”, Mía Pontevedra, el personaje de Andrea Pietra, tampoco puede terminar la historia con su ex marido (un delicioso Federico D’Elia) y ni siquiera divorciarse, siendo como es, abogada.
En este tema, la vida cotidiana imita a la ficción y no son pocas las mujeres que al igual que estos personajes van y vuelven en una especie de relación adictiva con sus ex. Si no hay hijos de por medio, caen en la trampa del sexo o de una dificultosa amistad y, cuando hay hijos, se convierten en la excusa perfecta para seguir frecuentándose más allá del diálogo.
Al parecer, el problema está en que las mujeres son más sensibles que los hombres y les cuesta más tiempo y esfuerzo desengancharse emocionalmente de una historia sentimental fuerte, especialmente si fue extensa en el tiempo. En cambio, ellos suelen tapar más rápido su dolor y angustia volviendo a viejas actividades, recuperando fútbol y amigos o iniciando una nueva relación.

El eterno retorno
Para la psicóloga Graciela Fernández, terapeuta de pareja y familia, cuando son ellas las que toman la decisión de terminar con la relación, casi no se dan casos de reincidencia o búsqueda de la pareja anterior. En cambio, las que parecen no poder cortar los lazos son aquellas que tuvieron que escuchar el final del amor de boca de sus parejas.
“La razón de volver a estar con el ex puede ser la ilusión de que la pareja se vuelva a recomponer. Se fantasea con que si él acepta esto es porque todavía quiere tener algo, todavía ella le importa y aun, si está en otra relación, no será algo importante”, grafica Fernández. Y agrega: “Es como seguir teniendo algo de él, como que no está todo perdido. A veces pasa que el hombre se fue con otra y se establece, sin darse cuenta, una competencia para ver quién se queda con él”.
Celina (34) estuvo de novia siete años con Walter, con quien convivió desde la mitad de la relación. Sin embargo, ella sintió que el romance no la terminaba de convencer y decidió cortar. “Al poco tiempo, conocí a otro hombre y pensaba que me había enamorado, pero me di cuenta de que seguía muy enganchada con mi ex – confiesa – Actualmente, él está en pareja, nos seguimos buscando y yo sigo sin poder enamorarme. Tengo gente que me ama, pero soy yo la que no me decido. Siento que siempre lo voy a amar a él”.

Trampas entre sábanas
Muchas de estas mujeres son tentadas por sus parejas anteriores y por sus propios deseos e impulsos para mantener relaciones esporádicas, pero, en la mayoría de los casos, estos efímeros encuentros íntimos suelen tener su dolorosa contrapartida en la abstinencia que genera la ausencia de ese otro que supo ser tan importante en la vida.
“El peligro de los reencuentros con los ex es que la sensación de soledad posterior suele ser más intensa. La mujer puede sentir que dejó entrar a su cuerpo y a su vida a alguien que, en definitiva, se está yendo. Obviamente estos encuentros generan cierta adrenalina, en algunas mujeres de manera adictiva”, afirma la periodista Valeria Schapira, autora del libro “Monólogo de una mina sola".
Por lo general, estos reencuentros – a diferencia del romance entre Carry y el señor Big- no llegan a buen puerto y sólo demoran el corte de una relación que no va hacia delante y hasta evitan nuevas parejas que pueden ser mucho más ricas y promisorias.
Cuando Valeria (26) tenía 21 años, estuvo de novia durantes dos con Miguel, un chico que formaba parte de su grupo de amigos. Luego se pelearon, pero cada tanto compartían momentos placenteros con la premisa de pasarla bien y recordar tiempos pasados. “La primera vez yo lo dejé, me arrepentí porque nunca tomé la decisión segura y lo volví a buscar, hace un año y medio. Le dije que lo extrañaba, que quería estar con él, que no me hacía bien el histeriqueo de uno o del otro” -recuerda Valeria- En ese momento me dijo que no quería estar de novio y, cuando le pedí que me mirara a los ojos y me respondiera si no me quería, él argumentó que no me podía decir eso y nos seguimos viendo un tiempo más”.
La trampa más nueva la tiende internet y sus encuentros en los sitios de chateo. “Conectarse y encontrar a alguien que compartía tu cama con vos produce una tentación muy fuerte de hacer contacto. El chat y los mensajes de texto fomentan las relaciones adictivas y demoran el duelo y el adiós definitivo de una relación que, si se terminó, era porque no estaba prosperando”, sostiene Schapira.

Mejor conocido que por conocer
Uno de los orígenes de esta adicción a la ex pareja parece estar en la inseguridad y se saca del freezer el pasado justo en el momento en que se está conociendo a otra persona para, inconscientemente, boicoteando una nueva oportunidad de ser feliz.
El ex ocupa, entonces, el lugar de lo “malo conocido” por el temor que genera lo bueno para conocer. “No hay que tener miedo de comenzar a salir con otra persona y de abrirse al mundo con un panorama más amplio. Las comparaciones son inevitables, pero no hay que quedarse en eso. Es preciso darse otras oportunidades, probar. Ponerse filtros para observar al nuevo es volver a mirar al ex como idealizado, como si no hubiera ninguno como él”, enfatiza Fernández.
Después de varias idas y vueltas con Miguel, Valeria reconoce que lentamente está logrando sacárselo de su cabeza: “Antes, ningún chico me venía bien, recién ahora estoy más madura para permitirme comenzar una nueva relación”, asegura.

Dudosa amistad
Erika (26) estuvo de novia casi tres años con Gabriel. Ella decidió terminar la relación hace dos, está embarazada de su actual pareja, pero cada tanto chatea o se mandan mensajes de texto con su ex. “Es difícil no saber nada de alguien con quien compartiste tanto tiempo de tu vida. De vez en cuando nos encontramos via internet y sé cómo está, qué es de su vida o nos escribimos mensajitos, pero sin ninguna doble intención”.

El caso de Erika no es una excepción ya que a muchas mujeres les cuesta –aunque ya no haya sexo de por medio- dejar de tener contacto con una pareja anterior. ¿Es posible esta amistad?
“Supongo que es posible retomar una relación cordial (amistad es una palabra demasiado profunda) cuando se desvanece el rencor, el dolor o algún otro sentimiento fuerte.” - explica Schapira - Por lo general, esto se da si las dos partes tienen nueva pareja y no ponen expectativa en estos encuentros. Y, en el caso de la mujer, si el sexo ya es historia, porque las mujeres solemos poner un plus emocional al mero encuentro sexual”.
Alejandro Gorenstein