viernes, 25 de julio de 2008

TARSTORNO DE LA ANGUSTIA

El trastorno de angustia es una entidad frecuente, discapacitante y costosa tanto para el individuo como para la sociedad. Se vincula con morbilidad funcional grave y deterioro de la calidad de vida del paciente. Esta información la suministra la Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC), a raíz de un informe que sobre el trastorno elaboró la Universidad de Washington.Reconoce esta investigación que si bien la medicina en un principio vinculó a la angustia con el estrés postraumático, actualmente la percibe como el trastorno de ansiedad, tanto por la piscología como la neurobiología, y se abandonó la concepción de hace 25 años de asociarla a problemas triviales que no necesitan tratamiento definitivo.El diagnóstico reúne la presencia de ataques de pánico recurrentes junto con una de las siguientes características: preocupación por la posibilidad de nuevas crisis de angustia, evitación fóbica o cualquier cambio conductual relacionado con las crisis de angustia. Las crisis son repentinas e inesperadas y se acompañan de síntomas físicos. Afectan el desempeño del individuo y pueden ser progresivas y discapacitantes, especialmente si se complican con agorafobia (miedo irracional a los espacios abiertos y concurridos).Un tercio de los sujetos que sufren trastorno de angustia presenta agorafobia, aunque ésta no siempre es consecuencia del trastorno. No todas las crisis indican que se está frente a un trastorno de angustia, aunque se presente la misma sintomatología. Se dan fobias específicas, al exponerse a un estímulo temido; o fobia social, ante situaciones en las cuales quien las experimenta es conciente de las causas de las sensaciones que le producen. En cambio, los pacientes con trastorno de angustia no pueden explicarse ni las sensaciones ni los motivos que las provocan. Por otra parte, en los individuos con trastorno de estrés pos traumático, el recuerdo del suceso traumático puede suscitar la aparición de crisis de angustia. Además, las crisis de angustia pueden deberse al hipertiroidismo, al consumo de cafeína y estimulantes o a la presencia de un feocromocitoma (un tumor único o múltiples que generalmente se desarrolla en la médula), entre otras causas. Prevalencia y tendencia hereditariaLa prevalencia estimada del trastorno de angustia es del 2.7% anual y de 4.7% a lo largo de la vida. Se demostró que el trastorno de angustia afecta con mayor frecuencia a mujeres, comienza en la adolescencia tardía o adultez temprana y se asocia frecuentemente con la presencia de agorafobia y depresión mayor. Debido a la baja prevalencia entre los ancianos, se ha sugerido que el trastorno se tornaría subclínico con la edad, posiblemente debido a la aparición de cambios en regiones cerebrales mediadoras de la ansiedad. La ausencia de comorbilidad con otras psicopatologías es rara. En niños y adolescentes, el trastorno de angustia tiende a ser crónico y con frecuencia coexiste con otros trastornos de ansiedad, del estado de ánimo y rupturas bruscas. El pánico infantil y la inhibición conductual son más frecuentes en los hijos de padres con trastorno de angustia. También hay una fuerte asociación entre el trastorno de angustia y la ideación suicida, lo que debe ser tenido en cuenta en el tratamiento de pacientes con este trastorno.En cuanto a los factores de riesgo, la tendencia hereditaria sería del 40%. Entre los factores involucrados está el medio ambiente. Asimismo, el antecedente de trauma durante las primeras etapas de la vida y el temperamento ansioso son factores de riesgo importantes. Los episodios estresantes contribuirían al inicio y mantenimiento. El tabaquismo y la dependencia de nicotina durante la adolescencia también serían factores de riesgo para el trastorno de angustia de inicio tardío.Causas y cambios patológicosLa vulnerabilidad para el trastorno de angustia estaría dada por múltiples genes. La angustia existiría en diferentes formas, cada una de las cuales se relaciona con un determinado grupo de genes. También se postula la existencia de una única forma relacionada con una gran cantidad de genes diferentes, lo cual refleja la extensa vulnerabilidad a la angustia y la ansiedad. Por ejemplo, se observó la asociación entre un tipo específico de trastorno de angustia asociado con trastornos vesicales y el cromosoma 13. También habría un subtipo de trastorno bipolar con crisis de angustia relacionado con el cromosoma 18.Estos pacientes presentan cambios en los circuitos neurales
Procesos psicopatológicosLos factores que aumentan la trascendencia de las sensaciones corporales son centrales en el inicio de esta enfermedad. Uno de los factores es la sensibilidad a la ansiedad y la creencia de que ésta puede tener consecuencias físicas, sociales y psicológicas negativas más allá del malestar experimentado durante la crisis de angustia. No obstante, en general, el neuroticismo o la predisposición a experimentar emociones negativas son factores más importantes. La sensibilidad a la ansiedad se adquiere de modo insidioso por experiencias aversivas, observación vicaria, transmisión de información o refuerzo de la atención hacia los síntomas somáticos y reacciones negativas de los padres ante las sensaciones corporales. Por último, las crisis de angustia aumentan por sí mismas la sensibilidad a la ansiedad.Mantenimiento de la angustia. El temor agudo que se observa luego de la aparición de una crisis de angustia puede deberse a dos factores. En primer lugar, los cambios leves de las funciones corporales pueden generar miedo condicionado y angustia por su asociación previa con estas situaciones. El segundo factor consiste en la valoración catastrófica de las sensaciones corporales, tanto subconscientes como conscientes. La corteza insular mediaría el aumento de la sensibilidad a la ansiedad, dado que su activación aumenta la conciencia sobre las sensaciones corporales. Psicoterapia conductual
La terapia cognitivo conductual (TCC) individual o grupal es la estrategia más estudiada y validada para los pacientes con trastorno de angustia. También es efectiva ante la presencia de comorbilidades. La estrategia se basa en asignar principal importancia a la psicoeducación sobre la angustia para corregir las interpretaciones erróneas de la sintomatología. Identificar y corregir las distorsiones del pensamiento y la autoexposición es útil para enfrentar las sensaciones corporales temidas. Asimismo, la exposición in vivo ante las situaciones temidas sirve para obtener información correctiva y controlar la respuesta al miedo.Desafíos para la
administración del tratamiento La mayoría de los pacientes con trastorno de angustia son atendidos en el ámbito de la atención primaria, generalmente debido a que consultan a causa de síntomas físicos. Esto se asocia con un diagnóstico erróneo. El trastorno de angustia produce discapacidad grave si no es tratado correctamente. La prevención debe aplicarse en el momento de inicio del trastorno de angustia; es decir, durante la adolescencia tardía o antes de ésta.