viernes, 4 de julio de 2008

ELLOS TAMBIEN MIRAN NUESTRO CELULAR


  • El dato surge de un estudio sobre el uso de la telefonía móvil que reveló un 46,3% de los encuestados admitió leer los mensajes de su novia frente a un 44,8% de las mujeres.
  • Entre las razones destacan la desconfianza y la creencia de que terceras personas se entrometen en las relaciones amorosas.


La infidelidad, todo un tema. Los métodos y rebusques para buscar una relación paralela son varios. Pero el último grito de la moda para estos casos son los SMS, mensajes de texto. Por desconfianza, aburrimiento, o por intentar tener todo bajo control, ellos son más chusmas que ellas. Al menos para “ojear” los mensajes de su pareja y ver que no ande en algo “raro”.

Un estudio sobre el uso de la telefonía móvil revela que un 45,5% de los usuarios miran y chequean asiduamente los mensajes de su pareja. Entre las razones destacan la desconfianza y la creencia de que terceras personas se entrometen en las relaciones amorosas, aunque después no sea así.

La encuesta realizada por la cadena europea The Phone House, a partir de 1.224 entrevistas personales, deja a los hombres en peor lugar que las mujeres.

Un 46,3% de los encuestados dice ojear los SMS de su pareja frente a un 44,8% de las mujeres. Asimismo, más de la mitad de los varones piensa que su chica ojea sus mensajes, una creencia que disminuye entre ellas al 42,4%, según informo el portal Consumer.es

La telefonía móvil también se convirtió en el soporte más indiscreto para iniciar una relación amorosa: un 44,6% de los usuarios utiliza el celular para estos fines. Sin duda, los hombres son más proclives a utilizar este soporte que las mujeres.

Para ello confían más en transmitir su deseo por SMS que a través de las llamadas o el Bluetooth, sistema de transmisión de datos.

Esta confianza en los mensajes se explica por su perfecta indiscreción y la convicción de que éstos dejan menos rastro que las llamadas. Por eso, muchos infieles prefieren utilizar la táctica de tener un móvil alternativo. Algo similar sucede con los mails y las direcciones de correo electrónico paralelas. Otro método para buscar la “trampa”.