martes, 30 de septiembre de 2008

Siempre hay tiempo para hacer el amor

El trabajo, los niños, la casa, la falta de sueño ¿Te levantas de un salto por la mañana y regresas por la noche derrotada y con ganas de meterte en la cama exclusivamente para dormir? ¡Cuidado! Privar a tu pareja y a ti misma del sexo no hará sino aumentar tu malestar y el suyo.

Si eres capaz de organizarte para hacer mil cosas diarias, también puedes encontrar un rato para hacer algo realmente placentero: sexo.

Después de un día agotador seguramente no estarás muy receptiva para hacer el amor. ¡Es una pena¡ Una sesión de caricias y mimos y un buen orgasmo son realmente eficaces para relajarte y olvidarte de cualquier preocupación. El sexo es una de las mejores terapias contra el estrés, incluso te hará dormir mejor. Aunque no consumes el acto, un rato a solas con tu pareja te ayudará a cargarte de energía y te predispondrá a hacer el amor, aunque sea al día siguiente.

Lo primero, relájate
Por mucho que tengas que hacer, no te olvides de dedicarte unos minutos exclusivamente para ti. Una vez a la semana llena la bañera, echa aceites relajantes, cierra con llave, olvídate del mundo y relájate; si no tienes quien lo haga, tú misma puedes regalarte unas cuantas caricias... Un paréntesis puede ayudarte a despertar tu apetito sexual.

No te olvides tampoco de mimar tu cuerpo. Come bien y procura hacer algo de ejercicio, aunque sea caminar. Intenta estar siempre depilada y con la piel hidratada: si estás a gusto con tu cuerpo estarás más receptiva a la hora de hacer el amor, sobre todo frente a un encuentro inesperado.

Busca momentos y lugares
No se trata de convertir el sexo en una tarea más de tu agenda semanal, el componente de espontaneidad es esencial. Pero tampoco está de más que “fuerces un pelín” las cosas: busca todos los momentos libres que tengas durante la semana y procura dedicar una buena parte al sexo y a tu pareja. En lugar de irte de compras con una amiga, sorpréndele con una tarde de siesta y sexo.

Tampoco te vendría nada mal cambiar el escenario o estar abierta a probar nuevas cosas para no desperdiciar ocasiones. Aunque lo más cómodo sea una cama, hacerlo de vez en cuando en el coche también tiene su encanto. ¿Has probado en el ascensor, en el garaje o en un parque por la noche? No necesitas mucho tiempo, ninguna planificación y seguramente todos se preguntarán por qué llegas al trabajo tan sonriente.

¿Por qué no quedar a comer en casa durante la semana? Podéis olvidaros de la comida y hacer el amor. Luego puedes tomarte un tentempié en el trabajo, seguro que te sabrá a gloria. ¿E ir a tomar algo después del trabajo? Llegaréis a casa mucho más distendidos y con ganas de jugar.

Sin duda, el fin de semana es tu gran aliado. Por muy sucia que esté la casa deja la limpieza general para otro momento y pásate la mañana del sábado en la cama retozando con tu chico.

Si tienes niños, y aunque estés ansiosa de que termine la semana para disfrutar de ellos, no te olvides de tu vida en pareja. No pasa nada porque llames una noche a una canguro o los lleves unas horas con los abuelos y aprovechéis para daros un “homenaje sexual”.


29 de setiembre de 2008 (Mujer•Com)