jueves, 4 de septiembre de 2008

Las claves para bajar el contenido calórico de cualquier receta


Lo poco sabrosas de muchas comidas propias de un plan de adelgazamiento es, sin dudas, una de las causas que llevan al abandono de la dieta. Las claves para disminuir el consumo de grasas sin resignar sabor. Las "tentaciones" suelen ser letales a la hora de cumplir una rigurosa dieta. Por más fuerza de voluntad que se ponga, suele ocurrir que las calorías de lo que se desea comer son directamente proporcionales a la "prohibición" que ese alimento posea.Así y todo, parece ser posible bajarle las calorías una receta tentadora para convertirla en un plato saludable.El sitio En Plenitud publicó una serie de tips a tener en cuenta.


1. Identifique todos los elementos ricos en calorías en la receta original.


2. Haga una lista de productos de bajas calorías que puedan ser candidatos a reemplazarlos. Para hacer esto empiece de a poco. Comience por sustituir una porción de los productos originales por aquellos bajos en calorías, y vaya comprobando cuánto afecta al sabor y la consistencia del plato original.


3. A veces conviene dejar una mínima porción de grasas para que el plato no pierda identidad. Además, recuerde que eliminar por completo las grasas tampoco es saludable. Si se cocina al horno, especialmente, una pequeña cantidad de grasa es imprescindible para dar cuerpo al plato.


4. Si su receta lleva huevos, reemplácelos con algún sustituto. Un huevo tiene cuatro veces más calorías que sus sustitutos más comunes, como por ejemplo el tofu.


5. En aquellos platos dulces que se hacen al horno (comúnmente tortas), reemplace los aceites, mantecas o margarinas por puré de frutas o compota de manzanas.


6. Use leche descremada o baja en calorías en lugar de leche entera.


7. Use mayonesa descremada o crema baja en calorías en vez de la normal. El yogur (descremado y sin sabor) también es un buen candidato para el reemplazo en estos casos.


8. Sáquele la piel a las aves de corral, ya sea antes de cocinarlas o después. El pollo, por ejemplo, se secará si se lo cocina sin piel, así que lo más aconsejable es quitarla después de cocido.


9. Si bien el aceite de oliva agrega mucho sabor a sus comidas, también muchas calorías. Pruebe reemplazarlo con margarina baja en calorías y si no es suficiente a los efectos deseados, controle la cocción y agregue agua periódicamente si la comida se pega.


10. Aprenda dónde la grasa puede marcar una diferencia de calidad en el sabor y dónde se puede prescindir sin mayores problemas de ella. Esto lo da la experiencia (o sea, la cantidad de horas que pase en la cocina) y también la experimentación. Recuerde ir probando las sustituciones de productos de a poco, para poder ver mejor los resultados.


11. Balancee la reducción de ingredientes ricos en grasas con aderezos. Esto quizás modifique el sabor original del plato, pero rara vez lo convertirá en una comida insulsa y sin personalidad.


12. Aprenda a encontrarle el gusto a las comidas bajas en calorías. Hasta a la más insulsa receta light se le puede encontrar un giro gourmet.


13. Recurra a ingredientes vegetarianos. Los vegetarianos (o los veganos, su versión más extrema, quienes no comen por cuestión de principios ningún derivado de la vaca) son expertos en encontrar reemplazantes naturales para cada elemento con una cuenta de calorías elevada.


14. No se olvide del caldo. Un poco de caldo saborizado puede ser un excelente sustituto para la manteca o el aceite.


15. Si no puede resistirse a esos aderezos altos en calorías, pruebe mezclándolos con crema baja en calorías o yogur, de acuerdo a su gusto personal. El resultado lo sorprenderá.


16. La leche en polvo es su amiga. La leche condensada y baja en calorías le agrega mucha consistencia a un plato, además de eliminar grasas. El dato es ideal cuando se piensa en un postre sabroso y no se quiere poner en riesgo la dieta.


17. Si no puede dejar el pan, al menos abandone a sus acompañantes. Si el pan es ineludible en su dieta, por cuestión de costumbre o de simple gusto, nada de manteca ni mermelada. Disfrute del sabor singular del pan fresco, y si es tostado mejor.