lunes, 1 de septiembre de 2008

Los hombres parecen imposibles de complacer, la mayoría de ellos son niños grandes, por eso es justo alejar algunos deseos.


Pero de las mujeres, hay que admitirlo, los hombres se quejan todo el tiempo. Ellos dicen que algo se ha perdido en el dormitorio. Que ya no es lo mismo, que lloriquean o que no les interesa nada más. Que desean que sus esposas quieran tener sexo otra vez. Es comprensible que muchos hombres aún quieran llevar a cabo sus imposibles fantasías adolescentes, pero antes de que tu hombre te llame su novia una de estas noches, date un momento para pensar en algunas cuestiones. Y no te preocupes, habrá algunas palabras para decirle a los hombres también. Pero primero, este problema común tiene algunos caminos comunes. El más simple es el tiempo. Después de un tiempo, el sexo se vuelve rutinario. Lo disfrutamos, pero también disfrutamos viendo una reposición de una vieja serie en televisión. A menudo la pasiva actividad le gana a la pasión. Entonces, por supuesto, las mujeres tienen que tratar con otros cambios –los chicos, la menopausia-. Todos esos acontecimientos producen una disminución de la libido a las mujeres. No es su culpa, ya no están tan interesadas. La rutina y la pérdida del apetito sexual pueden ser combatidas a través de un retorno a lo simple. ¿Qué es lo que su hombre quiere? ¿Qué es lo que disfruta en el dormitorio? Cuando comenzaste a hacer el amor ¿qué fue lo que hiciste que lo volvió loco? Las desigualdades se deben a que las cosas han cambiado, pero en el tiempo que ha transcurrido entre los primeros encuentros sexuales y los últimos, hemos olvidado cómo disfrutar.Hacer el amor supone una decisión. Tenemos que entrar al dormitorio queriendo complacer a nuestros compañeros. Los hombres no quieren una mujer simplemente tendida en la cama hasta que ellos lo decidan. Los hombres quieren una ejecución. Los hombres quieren sentirse queridos y deseados mucho más que las mujeres, y el camino para mostrarle eso a un hombre es tu participación en la cama. El tiempo en la cama no es para dormir, es para ejecutar. Sin embargo, los hombres, no piensan que su compañera es la única que necesita dar forma a su compromiso en hacer el amor. Una vez que su pareja mujer ha perdido interés por alguna razón, ellos a menudo pierden el mismo deliberado acercamiento sexual. Esto se vuelve más que una pulsión al orgasmo para ellos. Las mujeres saben cuando un hombre está solamente enfocado en su orgasmo y no en brindarles placer. Sean deliberados. Vayan al dormitorio habiendo hecho la elección de complacerlas. Recuerden que ellas suelen amar y hacerlo. Si ambos se deslizan entre las sábanas listos para seducir y complacer al otro, seguramente la mujer encontrará que su deseo retorna. A medida que crecemos, los cambios de la vida aparecen y la cantidad de responsabilidades crece, y el sexo se convierte en una rutina que nos lo mata a sí mismo. Necesitamos recordar cómo podemos sentirnos y que podemos sentirnos mejor sólo si prestamos atención. Si olvidamos cómo complacer al otro, entonces, ambos miembros de la pareja deberán decidirse a enseñárselo al otro nuevamente. Esto puede resultar muy divertido. Mujeres, el sexo no es complacer a su pareja con la presencia antes del orgasmo. Eso hará crecer el resentimiento. Y, caballeros, si notan esta actitud en su compañera, hagan algo al respecto. Ambos necesitan tener la responsabilidad del placer del otro. El sexo nunca debe ser pasivo. El sexo es una actividad. Conlleva atención. Al darlo, ambos se encontrarán a sí mismos en un final de placer recibido. 31 de agosto de 2008 (Mujer·Com)