lunes, 20 de octubre de 2008

Un nuevo uso del bótox: ayuda a transpirar menos

Los especialistas aseguran que la aplicación de la toxina botulínica es una de las soluciones para las personas que sufren de hiperhidrosis o excesiva sudoración


La hiperhidrosis es una patología poco conocida y que genera vergüenza a quien la padece, ya que se caracteriza por la excesiva sudoración en algunas zonas del cuerpo desde edad temprana. Esta situación interfiere en el ámbito laboral, social, familiar e incluso en la intimidad de la pareja. De acuerdo a un estudio alemán, el 73% de los afectados de hiperhidrosis se siente emocionalmente perjudicado y socialmente afectado.

Hugo Spillman, médico dermatólogo, señaló que "estas personas sufren de manera silenciosa día a día, ya que evitan el contacto social o dar la mano para no mojar al otro".

La investigación asegura que un 67,5% de las personas analizadas manifestó sentirse obstaculizado al conocer a personas por primera vez, un 55,1% limitado para desarrollar relaciones con otras personas y alrededor de 50% se siente incómodo al dar la mano y estar en lugares públicos.

En el ámbito laboral, los pacientes estudiados expresaron experimentar una disminución en el rendimiento, ver en la enfermedad un obstáculo para el desarrollo profesional y afirmaron que su trabajo "es desprolijo".

La hiperhidrosis se manifiesta, en un 60% de los casos, en la zona axilar, generando una sensación antihigiénica y llevando a que los que lo sufren se cambien de ropa varias veces al día. También se presenta en las plantas de los pies y en las palmas de las manos.

El tratamiento más moderno
El especialista explicó que, entre las salidas más novedosas para la hiperhidrosis, está la aplicación de toxina botulínica, que "ya cuenta con la aprobación de organismos regulatorios como la FDA (EEUU)y la ANMAT (Argentina)".

Según explicó Spillman, se administra una serie de pequeñas inyecciones locales intradérmicas en la zona a tratar, sin que se necesite anestesia. Es mínimamente molesto y los resultados se ven entre los tres y los diez días de comenzado el tratamiento.

El procedimiento debe realizarse dos veces al año, aunque en algunos pacientes puede reducirse a una sola aplicación en 12 meses.

Otros tratamientos
Si bien el bótox es la opción más novedosa, existen otras posibilidades, con mayor o menor éxito, para combatir la hiperhidrosis. Entre ellos están los anticolinérgicos, comprimidos orales que disminuyen la sudoración. No obstante, para Spillman no resuelven el problema: "Es un método en desuso debido a que produce efectos colaterales como sequedad en zona de la boca, ojos, nariz, etcétera".

Por otra parte, están los desodorantes y antitranspirantes, que se utilizan para eliminar o atenuar el olor de la transpiración y también inhibir la proliferación bacteriana. Las contras radican en que, en los casos más severos, pueden no tener los efectos deseados o causar irritaciones.

También se aplican sales de aluminio a través de una solución líquida 2 a 3 veces por semana en la zona afectada. El especialista explicó que, si bien es bueno este tratamiento, alrededor del 40% de los pacientes no lo tolera, ya que suele producir irritaciones o dermatitis. No obstante, las sales de aluminio que se aplican actualmente son complejas y no dan una acidez demasiado alta.