jueves, 6 de noviembre de 2008

¿El amor tiene fecha de caducidad?

Las encuestas y los psicólogos dicen que la gran crisis de pareja aparece siempre a los siete años… siempre y cuando se llegue, claro.

Sin embargo, no todos están de acuerdo. Un estudio reciente limita el amor a cuatro años.

Un estudio elaborado por el Instituto italiano de Estadística (Istat) reveló que los italianos cada vez se casan menos.

No nos extraña, según dijeron especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que analizaron las implicaciones neurológicas del amor, este sentimiento dura máximo cuatro años y se caracteriza por ser un "estado demencial temporal".

La estadística señala que el llamado "divorcio exprés", al que las parejas pueden recurrir desde hace dos años para romper su matrimonio en tiempo récord, reforzó la tendencia al alza en el número de disoluciones matrimoniales en España.

Esta conclusión se desprende de los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) español sobre nulidades, separaciones y divorcios en 2006, años en el que se produjeron un total de 145.919 disoluciones matrimoniales, un 6,5% más que en 2005.

El amor no es sinónimo de sexo

El amor debe distinguirse del apego y del atractivo sexual, porque el enamoramiento activa sustancias químicas en el cerebro que ocupan todas las neuronas y no se puede sino pensar en el ser amado, afirmó en un comunicado Georgina Montemayor Flores, de la Facultad de Medicina de la UNAM, la mayor universidad de Latinoamérica.

Montemayor, que dirige un grupo de investigación sobre el tema, explicó que cuando un individuo se enamora "se accionan las zonas que controlan emociones, como el tálamo, la amígdala, el hipotálamo, el hipocampo, el giro singulado y las partes del sistema límbico".

Este estado físico químico también acaba, aseguró la especialista. "Suele durar un máximo de cuatro años o hasta que aparece otro ser que despierta esa pasión romántica, y sólo pervive el apego o la compañía hacia una persona", afirmó.

Trastorno obsesivo

En la medida en que piensa recurrentemente en la misma persona, la condición sicológica del enamorado puede ser comparable "con un estado obsesivo compulsivo", sostuvo.

Ello lleva a Montemayor a concluir categóricamente que "solo se puede estar enamorado de una persona a la vez", al contrario del apego o del deseo sexual.

En sus inicios, el amor deviene en una obsesión de tales dimensiones "que las personas dejan de ser productivas (...) de hecho las grandes obras de arte nunca se crearon cuando los autores estaban apasionados, sino después, en el proceso del desamor".

La especialista en anatomía precisó que las personas entran y salen de ese estado de enamoramiento porque el cerebro no podría resistir tanto desgaste si se mantuviera así constantemente.

Liberar sustancias

"Lo asombroso es que el encéfalo se acostumbra a las sustancias liberadas, por lo que en su caso, está a la espera de que otra persona inicie este proceso", puntualizó.

"Aunque ello no tiene sustento moral, le sucede a todos los humanos", apuntó. Sin embargo, advirtió que el amor romántico "es tan fuerte como el impulso de ingerir alimentos o tener sed, se puede controlar en las primeras etapas, pero una vez activado es imposible detenerlo inmediatamente, aunque es temporal".

En cambio, desenamorarse de una persona, según la investigadora mexicana, se explica en que el cerebro aumenta los niveles de oxitocina, la llamada hormona del apego, "incompatible con la pasión romántica, que se convierte en el cariño familiar", dijo.

Para la experta "el amor tiene un precio. Por principio, se pierde la libertad y también se vuelve dependiente de otra persona, por ello, se debe recordar que el desamor libera".