domingo, 18 de enero de 2009

Conocé el músculo para una estimulación sexual diferente

Se trata del pubo-coccígeo, ubicado alrededor de la vagina y que permite una contracción vaginal sobre el cuerpo del hombre que causa la "excitación ideal".

Para ser más exactos, su ubicación arranca en el hueso púbico y se extiende hasta el coxis, rodeando la vagina.

Es así: cuando una persona lo contrae, se reduce la circulación sanguínea de la zona hasta que se relaja para producirse luego un aumento del flujo sanguíneo hacia la zona genital, lo cual prolonga la erección del hombre y mejora la lubricación de la mujer.

Quiénes manejen bien este movimiento, podrán disfrutar de una sensación plena y diferente, hasta llegar a un punto de excitación superior.

El descubridor de este ejercicio sexual fue Arnold Kegel, durante una investigación hecha en la década del '40. Es por eso que se los llaman Ejercicios de Kegel.

En un comienzo, estaban destinados a las mujeres con control débil de la vejiga o incontinencia, pero después, empezó a usarse también para otros fines.

Si se hace en forma individual, el ejercicio consiste en contraer y relajar este músculo, pensando en controlar ciertos movimientos de las paredes vaginales. Variando la presión e intensidad, en sesiones de 100 veces diarias.

Pero hoy, la "gimnasia sexual" también puede hacerse junto a la pareja. Ejercitando los mismos movimientos, tratando de prolongarlos cada vez más, para luego, agregarle intensidad en distintos ámbitos sexuales (duchas, ascensores, o cualquier otro lugar que provoque excitación). Al parecer, es ampliamente recomendable.

También pueden sumarse, para ejercitar el músculo sexual descubierto por Kegel, juguetes eróticos. Para no cansar a su pareja, la mujer puede intentar apretar un pene artificial con su vagina, forzando lo más posible para hacer trabajar el músculo.

Un consejo: no usar elementos con demasiado volumen, para evitar causar estrés vaginal o daño en los músculos de la zona.

Si se trata de alcanzar el máximo placer, ya sea en forma individual o en pareja, estos ejercicios pueden ser el inicio de nuevas sensaciones. Nunca es tarde, sólo es cuestión de innovar.

Y vamos 1, 2, 3, 4... ¡Repitan la serie!


18 de enero de 2009 (Ciudad.com)