domingo, 15 de noviembre de 2009

Prueba oral (para vos y para él)

¿Creías que ya conocían todas las variantes posibles? En este informe especial te pasamos las poses, los trucos y las técnicas in-fa-libles para que vos y tu chico alcancen el máximo puntaje a la hora de rendir el gran examen oral.

Por suerte para nosotras (y para nuestros partenaires), el placer tiene muchas variantes... ¡y todas son muuuy hot! Entre ellas, el sexo oral ocupa uno de los primeros puestos en el ranking de preferencias de casi todas las parejas. ¿A qué se debe esta popularidad? Para el psicólogo y sexólogo Ezequiel López Peralta, “la boca en sí ya es un verdadero festín erótico, porque permite una serie de variantes que no son posibles en un coito. Por eso es tan atractivo para varones y mujeres; de hecho, a veces se escucha que el sexo oral es más excitante que la penetración”.

Además, es la manera más fácil (¡y efectiva!) de encender el deseo. Según la psicóloga y sexóloga Carolina Villalba, la clave del encanto oral reside en que “aplicados a los genitales; la boca, la lengua y los labios generan una suerte de caricia suave, que estimula sin incomodar; a diferencia de lo que, por ejemplo, puede suceder con las manuales”. Interesante, ¿no? Pero hay un dato que sólo los más entendidos conocen: la posición que elijas puede amplificar esas sensaciones y llegar a provocarte un orgasmo mucho más intenso. ¿Te animás a hacer la prueba? Es fácil: te pasamos las siete mejores estrategias para que vos y tu chico logren un máster oral. ¡A practicar!

Los avances de la pasión

¿En tu casa hay algún sofá con el respaldo alto y recto? ¿Sí? Buenísimo. Entonces, tenés el escenario perfecto para una maniobra súper hot. Echate de espaldas sobre el asiento y colocá las piernas sobre el respaldo, de modo tal que él tenga pleno acceso a tu zona V. También podés ubicar un par de almohadas debajo de tus riñones como para ganar altura y estabilidad. ¿Hecho? Pedile a tu chico que se pare frente al sofá, entre tus muslos. ¿Por qué es mejor hacerlo así? Porque eso le da la chance de mimar el entorno (incluida la cola), antes de concentrarse en el clítoris. De esta manera, creará una deliciosa expectativa y logrará que −una vez que su lengua y su boca lleguen a destino− las sensaciones sean realmente intensas. Los especialistas destacan que, dadas las características de nuestra anatomía, el avance progresivo es un requisito indispensable para el placer de cualquier chica. “Los genitales femeninos son muy sensibles. Las mucosas que los recubren hacen que un estímulo progresivo (que puede ser dado de forma oral) favorezca las sensaciones, sin llegar a producir irritación, dolor o molestias. Uno más intenso o aplicado directamente sobre el clítoris puede provocar rechazo. Y no hay que olvidarse de la lubricación, que juega un rol esencial”, explica Villalba (www.psisex.com). Una variante de esta técnica: apoyá tus piernas sobre sus hombros o acercá las rodillas a su cara, esto te hará contraer los músculos de la región y acelerará tu orgasmo.

Suma de estímulos

Como señala López Peralta (www.sexoterapiaonline.com.ar), “el varón tiene una especial preferencia por los juegos eróticos que involucran a sus genitales, siendo el sexo oral el que se lleva las palmas”. Entonces, no dejes de probar esta maniobra que tiene como escenario un sillón de dos (o más) cuerpos. ¿Cómo se hace? Tu chico tiene que permanecer de pie, con las piernas separadas, con la cadera paralela al lateral del sillón (como en el dibujo). Vos tenés que arrodillarte sobre el asiento, usando el apoyabrazos como sostén. Mientras te ocupás de su amiguito, dejá tu cola bien erguida, para que tu coequiper pueda intensificar su placer al mirarla. La idea es que él guíe los ritmos y movimientos. Como vos te quedás con las manos libres, podés acariciar sus gemelos, muslos y cola, o bien maniobrar su pene (acercándolo o alejándolo de vos) cuando eso sea necesario. Te aseguramos que sus ronroneos van a llegar al cielo si recorrés el glande (la cabecita de su miembro) con la punta de tu lengua, mientras te animás a estimular con uno o dos dedos (¡bien lubricados, please!) su compartimiento trasero.

La felina dominadora

La que sigue es una técnica sólo apta para Chicas Cosmo, muy seguras de sí mismas y de su sensualidad. ¿Por qué? Porque le da un lugar protagónico a la vagina. “Por prejuicios, no todas las mujeres se sienten cómodas con la estimulación oral. Muchas han escuchado en su infancia que los genitales femeninos son feos, sucios y que no se tocan. Entonces, a partir de eso tienen ciertas renuencias para mostrarlos y disfrutarlos con libertad”, cuenta Villalba. Claro que éste no es tu caso y, por eso, vas a incorporar de inmediato esta nueva pose. Se hace arriba del sofá, de la cama o del piso (ahí vas a tener que colocar alguna alfombrita o una manta): tu chico deberá acostarse boca arriba, de preferencia con una almohada debajo de la cabeza, asegurándose así la altura y la ubicación precisas. La idea es que vos te encarames sobre él, mirando en dirección a sus pies, para que tu vagina quede justo delante de su cara. Pedile que tire la cabeza para atrás, así vas a poder frotar tu clítoris contra su barbilla y alcanzar un estado de levitación sexual. Lo único que tenés que hacer es subir y bajar la cola a tu antojo, o adelantar o retroceder tu tronco, hasta encontrar el ángulo que más te estimule. Movete de manera felina. ¡El placer está a tus órdenes!

Como una reina

Para esta pose vas a necesitar una mesa y una banqueta alta, que te permitan tener un sitio donde acomodarte para recibir las caricias y un lugar donde apoyarte cuando surjan efecto. La idea es que tu chico se arrodille delante de vos, mientras permanecés sentada con las piernas abiertas arriba de la banqueta. Si acercás tu cola al borde del asiento y doblás un poco las rodillas, elevando los muslos, vas a facilitarle mucho las cosas. También podés ir guiándolo de manera verbal. Pero hacelo como una reina, claro. “Aclarale que tiene que seguir adelante hasta que vos le digas basta. Después, preguntale si le gusta lo que está haciendo. Cualquier gruñido o gemido que recibas como respuesta disparará más tu placer”, sugiere la psicóloga Tracey Cox, autora de Hot Sex. Después, a medida que avance el descontrol, podés calzar tus pies sobre sus hombros; con esta especie de llave Nelson vas a poder acercarlo a tu antojo, regular la energía de sus avances y guiar toda la acción... ¡sin decirle ni media palabra! Es muy, pero muy hot.

Para impactar

Antes de intentar esta técnica, te conviene precalentar un poco los músculos para no terminar hecha un pretzel humano. ¿Lista? Tu chico debe sentarse en el piso, con las piernas un poco entreabiertas, apoyando su espalda contra un sofá o la cama. Vos te ubicás cara a cara frente a él, sentada en el hueco que quedó entre sus piernas. Incliná la espalda hasta que apoye totalmente en el piso, elevá las piernas con las rodillas un poco flexionadas y ubicá tus muslos sobre sus hombros. Llegado el caso, él puede tomarte de las piernas para ayudarte a ganar altura y estabilidad. ¿Listo? Bueno, ahora usá tus manos para acariciarte las lolas o para exponer mejor tu clítoris a sus besos. Según Villalba, “en materia de sexo oral no hay posturas mejores ni peores, la que cuenta es la que sea más efectiva para vos”. Entonces, entregate plenamente a esta experiencia. Vas a querer uno y otro más...

El empleado del mes

Para esta travesura se necesita un escritorio (podés convertir la mesa del comedor en uno, agregándole carpetas y lapiceras). En el cuarto, desnudá a tu chico, pero dejale la corbata puesta: tomalo de ella y guialo hasta el escritorio. Él tiene que apoyar la cola en el borde del mueble, usando las manos para mantenerse en equilibrio, sin despegar los pies del piso. Arrodillate frente a él y hacete cargo de su tesoro. A fin de que el cuello no se te canse enseguida, pedile a él que doble un poco las rodillas para acercarse más a vos. La idea es que vos aproveches la proximidad para estimularlo con golpes con la punta de la lengua, aplicados directamente sobre el glande. Usen la fantasía para que todo parezca un arrebato erótico prohibido en el lugar de trabajo. Atormentalo con tu boca hasta que implore piedad... o alcance el clímax.

A tus plantas rendido...

En esta pose, los dos tienen que estar desnudos y parados frente a frente. Cuando él se arrodille frente a vos, abrí un poco las piernas. En cuanto el termómetro de la excitación empiece a subir, él tiene que tomarte con sus manos por los glúteos, así la estimulación resulta más intensa y directa. Aunque, recordalo, la idea es que avance de a poco. Primero debe hacerlo por los alrededores, después por los labios mayores, y así hasta llegar al epicentro del placer. Al alcanzar la entrada de la vagina, la lengua debe hacer movimientos lentos y recorrer los labios menores de abajo hacia arriba, para recién entonces rozar el clítoris. A esa altura, no es mala idea que apoyes uno de tus pies sobre un hombro de él (de paso, ampliás más su campo de visión). Según López Peralta, éste es el momento ideal para usar tus dedos (o los suyos): corré hacia atrás la piel que recubre tu clítoris y ofrecéselo. “Se trata de dar rienda suelta a la imaginación y explorar variantes utilizando diferentes recursos que nos permite la boca: besar, succionar, lamer, acariciar... Siempre buscando distintos ritmos y presiones”. El clímax, creenos, será digno de El libro Guinness de los récords.

Fuente:cosmopolitan TEXTO: DALILA MAGARIAN CON APORTES DE DELFINA ARAUJO.