miércoles, 4 de noviembre de 2009

Dejar la cuna

Los cambios son “un tema” para cualquiera, pero sobretodo para los más chicos. Dejar la cuna para pasar a la cama es difícil, pero muy necesario para su desarrollo madurativo. Para acompañar este proceso, la Dra. Graciela Salamanco, pediatra de la División Promoción y Protección de la Salud del Hospital de Niños “Dr. Ricardo Gutiérrez”, asegura que es fundamental la planificación y el diálogo.

“Pasar a dormir en cama es una nueva experiencia que debe ser organizada para no generar en el niño miedos, rechazo o ansiedad. El cambio debe ser paulatino y vivido como un suceso muy importante. Además, hay que explicar los motivos del cambio, valorando su crecimiento y desarrollo. Decirle que dejó de ser bebé para pasar a ser un niño”, señala la pediatra.

Llegó la hora
Una de las dudas más frecuentes que tienen los padres es cuándo es el momento apropiado para comenzar con el traspaso de los chicos a la cama. La Dra. Salamanco señala que no hay un plazo determinado, pero que la mayoría lo hace entre el año y medio y los tres años de edad. “El momento de dejar la cama tiene que ver con el desarrollo físico y el crecimiento del bebé. La mamá nota que no se sienten cómodos en la cuna y la baranda les resulta demasiado baja. A nivel emocional, influye la necesidad que ellos mismos tienen de cierta independencia. Quieren tener libertad y los padres deberían prepararlos para esto”, asegura la pediatra.

Además, la especialista señala que hay que considerar el contexto en el que se lleva a cabo semejante transformación. “No debería coincidir con otros cambios como una mudanza, el nacimiento de un hermanito o el inicio del jardín”, asegura Salamanco.

Protagonista
La especialista cuenta que es altamente positivo que el niño se vaya acostumbrando de a poco a su cama, que se sienta protagonista de la decisión, que la viva con alegría. Es bueno que participe del armado de la cama, la elección de las sábanas, que juegue a dormir con sus muñecos... También es sumamente saludable que duerma la siesta por la tarde, de manera que se adecue a la cama y pueda dormir durante toda la noche.

Salamanco destaca que como para despedirse de la cuna, puede colaborar con el desarmado y que vea a dónde la guardan o quizá se la regalan.

Siguiendo con los rituales
La pediatra aconseja, para abordar mejor la situación, establecer ciertas pautas. “Deberían definir si cuando se despierta puede ir al cuarto de los padres o esperar en la suya hasta que todos se levanten, si lo acompañarán al baño durante la noche o por el contrario dejarán una luz tenue para que vaya solo, por ejemplo”, indica la pediatra.

Que los padres establezcan rutinas es esencial para que incorporen los hábitos saludables que su crecimiento requiere. “Es necesario que mantengan rituales antes de dormir como cepillarse los dientes, ponerse el pijama, leer un cuento, recibir un beso y que sólo concilien el sueño”, detalla la pediatra.

La elegida
Otra duda muy común gira entorno a qué tipo de cama es conveniente para que comience a dormir solo. “Habría que procurar que sea lo más baja posible
para que pueda subir y bajar solo. Que se le pueda colocar un protector lateral para evitar caídas y no deben quedar espacios entre el colchón y la cama, donde las manos o piernas puedan quedar atrapadas”, menciona la Dra. Salamanca, que recomienda poner una alfombra mullida junto a la cama, para amortizar una eventual caída.

A pesar de que todavía pueden caerse de la cama, tomando las precauciones pertinentes, es fundamental tomar la decisión de hacer el paso para ayudarlo a madurar.

Y en el caso –poco común– de que un chico quiera volver a la cuna, los padres no deberían volver atrás y mantenerse firmes en el cambio. Por eso es tan importante que el chico haya participado activamente de la decisión.