martes, 9 de febrero de 2010

Anemia: tema de mujeres

Calambres a la hora de dormir, fatiga, cansancio, palidez extrema, dificultades para concentrarse y para recordar. Los dolores de cabeza se vuelven frecuentes y la piel, las uñas y el cabello se ven deslucidos. Cuando estamos anémicas, es decir, cuando nuestra sangre no tiene suficiente hemoglobina –una proteína dentro de los glóbulos rojos que transporta el oxígeno desde los pulmones hacia el resto del cuerpo–, tareas cotidianas como llevar a los chicos al colegio, ir a la oficina o hacer las compras pueden volverse misiones imposibles, tan difíles como empujar un elefante.

La anemia es un mal silencioso, pero presente. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud, en los países en desarrollo cerca del 50 por ciento de los niños y las mujeres en edad fértil padecen alguna variante de esta enfermedad. En la Argentina, los relevamientos de la Fundación contra la Anemia (FUNDANEMIA) arrojan un índice del 30 %.

Aunque objetivamente cualquier persona, más allá de su sexo y su edad, puede desarrollar anemia, la confluencia de algunos factores como la menstruación y los embarazos recurrentes hacen de nosotras un blanco ideal. También son más proclives al déficit de hierro las chicas que se obsesionan con las dietas y se olvidan de alimentarse de manera equilibrada, y las que pertenecen a grupos sociales vulnerables. En las mujeres mayores la anemia se asocia a otras enfermedades, especialmente a pérdidas de sangre del aparato digestivo. ¿Sus causas? “La más frecuente es la deficiencia nutricional de hierro –los médicos la llaman ‘anemia ferropénica’ y constituye el 90 por ciento de los casos–, de ácido fólico o vitamina B12, y las hemorragias también pueden ser otro disparador”, precisa la ginecóloga Cristina Alvarez, médica de planta del Departamento de Ginecología y Obstetricia del Hospital Santojanni.

Por otro lado, ciertos hábitos como el consumo generalizado de té, café y mate atentan contra la fijación de hierro, porque inhiben su absorción. “Esto explica, entre otras cosas, porqué tantas mujeres padecen anemia en un país como la Argentina, donde se calcula un consumo anual de 50 kilos de carne por persona… Lo mejor es consumir estas infusiones y los lácteos alejados de las comidas principales”, aconseja Alvarez.

Su colega, el médico hematólogo Carlos Marín, presidente de FUNDANEMIA, amplía: “El hierro está presente en las carnes, especialmente en las rojas, así como en el huevo y algunas legumbres y vegetales, sobre todo aquellos de color verde oscuro, como la acelga, la espinaca y el brócoli. El hierro de origen vegetal se absorbe mucho menos que el de las carnes, por lo que un plato de lentejas o de espinaca no reemplaza a la carne vacuna”, precisa Marín. “Por suerte también existen alimentos que facilitan la absorción de hierro, como los cítricos, los tomates y otros que contengan vitamina C y B”, recomienda. En los supermercados pueden comprarse harinas, polentas y pastas secas fortificadas y leches con hierro que ayudan a elevar el consumo y depósito de este mineral en el organismo.

La deficiencia de hierro se detecta mediante un análisis de sangre denominado “ferritina sérica”, que mide los depósitos de este mineral del organismo, además de otros estudios que miden el hierro circulante en la sangre.

fuente: revistadesusana