miércoles, 16 de septiembre de 2009

Entendelo: ¡se terminó!

Después de una ruptura, quedarte esperando a que él vuelva puede anular tu vida. Te contamos qué hacer para aceptar el final de la relación (y superarlo).
Florencia* y Maxi cortaron hace seis semanas, pero sus amigos no notan la diferencia. “El mundo de ella todavía gira en torno a él. Se la pasa pensando qué pudo haber funcionado mal, recordando lo divino que era y, principalmente, insistiendo en que no puede vivir sin Maxi. No registra que él ya está con otra. Y no sé qué hacer para que entre en razón”, cuenta Ana, de 25 años, una amiga de ella. Hay un millón de chicas como Florencia. Son las mujeres que interpretan cada mensaje de texto de un ex, aunque sea un escueto “¿cómo estás?”, como una señal de que él quiere volver a su lado. Son las que, seis meses después de la separación, todavía guardan una de las remeras de él debajo de la almohada. Obvio: como buena amiga que sos, tratás de solidarizarte con su dolor, aunque querés rescatarla de esa situación cuanto antes. Pero ¿qué pasa si sos vos la que no puede asumir el final de una relación? Seguí leyendo y aprendé cómo lograr un happy end... aunque él no vuelva.

Por qué te quedás enganchada

Uno de los principales motivos por los que alguien se queda atado a una relación pasada es que “hay personas con muy poca capacidad de dar algo por perdido. Viven un ‘no’ a la relación como si se les estuviera diciendo ‘todo lo tuyo no sirve, no gusta y no gustará a nadie más en la vida’. Y no es así”, afirma la psicoanalista Iris Pugliese, co-directora del Centro Psicoanalítico Argentino. “Cuando uno acepta el final, el paso siguiente es hacer el duelo por aquello que se perdió”, agrega la especialista.

La búsqueda del perfeccionismo también es responsable de que no se pueda dar una relación por concluida. A menudo, se piensa: “No fui lo suficientemente buena. Pero si él me diera más tiempo podría mostrarle mi mejor parte y así aprendería a amarme”. Los perfeccionistas ven el hecho de dejar ir al otro como una señal de fracaso personal en lugar de tomárselo como lo que es: una relación que no está funcionando porque una de las partes descubrió que ya no se llevan tan bien como antes.

El factor miedo

Depender de las relaciones de pareja, las emociones o los trabajos generalmente tiene su raíz en cuestiones de inseguridad y de miedo al cambio. “Hay gente que, ante una modificación drástica de su rutina, se inquieta por demás. Frente a la posibilidad de encontrarse con la incertidumbre y no saber cómo va a seguir todo, prefiere aferrarse a una teoría. Son personas que dicen: ‘La relación tiene que funcionar’ o ‘Esta es la pareja que yo quiero’. Cualquier certeza vale, por más equivocada que esté, antes de correr el riesgo de estar abierto a construir una nueva relación con otra persona”, explica la psicoanalista Lidia Pensa.

Los dependientes también pueden ser reacios a resignar la comodidad que suponía una relación pasada, más allá de la compatibilidad emocional. Como Florencia le dijo unavez a Ana: “No solo perdí a Maxi, perdí a mi amigo, a mi amante, al hombre con elque iba al cine, a todo mi sistema de soporte”. Suena terrible, ¿no? Sin embargo, este convencimiento quizá no permita ver una verdad fundamental. “La gente no se va de relaciones amorosas y saludables. Solo se rompen las que no están funcionando en algún nivel, aun cuando una de las partes no lo reconozca de inmediato”, dice Greg Behrendt, coautor del libro ¡Si está roto no lo arregles! (de Editorial Vergara).

¿Cómo pudo pasar?

Para no quedar atada al pasado, empezá por revisar tus certezas acerca de las citasy las relaciones. Uno de los factores que generan confusión es que, en la actualidad,pasamos rápidamente de una relación a otra. Quizá conocemos a alguien un viernes, y luego de un par de encuentros ya nos sentimos totalmente involucradas con el otro. Entonces, la ruptura es vista con malos ojos, porque se tiende a pensar: “Compartí mi cuerpo y mi historia de vida con él. ¿Cómo puede hacerme esto?”. La licenciada Pensa advierte: “La intimidad no solo tiene que ver con la cercanía física, sino también con el compromiso. Por eso, no se puede plantear algo como ‘como tuvimos sexo, ahora sos mío’. Eso es una trampa”. Construir una relación es un proceso que generalmente demanda más que un par de encuentros. “Las primeras citas solo se tratan de mirar a alguien y descubrir si el otro tiene cosas que te gusten”, sintetiza Behrendt. Tenelo en cuenta.

En lugar de hacerle reclamos al otro (a su fantasma, en realidad) o al destino, mirá objetivamente la situación y dejá a un lado tus sentimientos. Tratá de ver si lo que vivieron fue una relación comprometida o, simplemente, un intento que no llegó a buen puerto. Conocer la realidad te ayuda a saber cómo debés actuar.

Lo que no tenés que perder de vista

Muchas mujeres cambian para adaptarse a los deseos de su pareja, y cuando el otrose va se sienten solas: no se tienen ni a sí mismas. “No es una buena estrategia mimetizarte con aquello que suponés que el otro espera de vos”, sintetiza Iris Pugliese. Y agrega: “Finalmente vas a descubrir que él no te eligió a vos, sino al personaje que inventaste para ser afín a él”. Llegado este punto, para no sentir (como Florencia) que perdiste mucho más que un novio, empezá a considerar que tal vez sea el momento de recuperar tus gustos y tus intereses. Los verdaderos, claro.

Cómo recuperarte

1 Buscá un momento tranquilo y preguntate por qué no podés dejarlo ir. ¿Qué estás tratando de evitar, realmente? ¿Temés quedarte sola y no ingeniártelas para pasarla bien? ¿Te avergüenza que los demás piensen que no podés retener a un hombre y hacer que una relación funcione? Después, andá un poco más a fondo y preguntate: “¿Qué es lo peor que podría pasar si acepto el final?”, “¿Cómo me sentiría?”, “¿Eso sería peor que como me siento ahora?”.

2 Examiná tus sentimientos. ¿Te sentís herida, asustada o enojada? Si no vas hasta el fondo de estos sentimientos, es difícil que puedas cambiarlos. Cuando aceptes que tu relación se terminó y que debés seguir con tu vida, lo que hoy sentís se aliviará con la distancia y el tiempo. El abogado Bill Ferguson, especialista en divorcios y autor del libro How to Divorce as Friends (Cómo divorciarse como amigos), asegura: “Cuando te permitís experimentar el dolor de perder a alguien, ese sentimiento disminuye y también se alivia tu necesidad de quedarte atada al pasado”. Y agrega: “Una vez que lo dejás ir, internamente te volvés libre. Recuperás tu sentido de estar viva y tu paz mental”.

3 Preguntate qué es lo que aun buscás en este hombre. ¿Una disculpa? ¿Una explicación? ¿Una señal de que él también está herido, al menos, un poco? Incluso si élte diera todo esto y hasta tuvieran un encuentro en la cama, entendé que él simplemente está tratando de dejarte de la mejor forma posible. Si vuelve intermitentemente puede ser porque siente nostalgia por lo que alguna vez tuvieron juntos, porque le hace sentir mejor y menos culpable o, simplemente, porque solo quiere sexo. En cualquier caso, esta situación no te va a reconfortar en el largo plazo. “Las historias amorosas crean el espejismo de que somos uno solo. Por eso, cuando el otro se descuelga con que quiere cortar, lo que pasa a un primer plano es que él no era una extensión de uno: toma decisiones de otro modo y con otros tiempos. Lo que más angustia es que se pone en primer plano algo que el amor disimula: el otro es otro”, asegura Pensa. Algo importantísimo: evitá los reproches. Por difícil que sea de entender, siempre hay un grado de responsabilidad en las dos partes cuando una relación se corta, y señalar solo la suya lo alejará aun más. Además, no digas cosas como “qué vamos a hacer con los gatos/ nuestros padres/nuestras declaraciones de amor”. Esto puede leerse como un chantaje emocional.

4 Analizá la situación. Si revisás el pasado, deberías encontrar allí algunas señales de lo que sucedió después (la separación). “Tomar nota mental de ellas podría ayudarte a reconocerlas en las futuras parejas que armes, y a tratar de cambiarlas si están relacionadas con tu comportamiento... o bien huir cuanto antes si se centran en el suyo”, afirma la periodista Sherry Amatenstein, autora del libro Love Lessons from Bad Breakups (Lecciones de amor nacidas de las malas rupturas).

5 Buscá a tus amigos. Compartir tu historia puede ayudarte a salir del círculo mental en el que estás metida, además de hacerte recuperar tu sentido del humor y tu confianza (vas a ver que a muchas amigas les pasó lo mismo y sobrevivieron, ¿okay?). Ya lo sabemos: no podés acelerar la llegada de tu bienestar, pero si tus amigas te dicenque te estás obsesionando con algo que no tiene ni retorno ni solución, quizádebas prestar atención a sus consejos.

6 Encontrá una resolución a través de un ritual sanador. Decile mentalmente a tu (ahora ex) novio: “Lamento el dolor que nos causamos”. Si lográs ver el dolor en la otra persona y no te la pasás haciendo foco en vos misma, te vas a sentir mejor más rápido y vas a poder avanzar. “Las rupturas sentimentales siempre dejan marcas en ambas partes. No hay que olvidar nunca que el otro también perdió al perderte. No es que él se olvidó de vos y salió ileso”, dice Pensa.

7 Descargate de una forma controlada. En vez de llenarles la cabeza con tu verborragia a quienes te rodean, comprate un diario y escribí en él durante 20 minutos cada día.Pensá en los buenos momentos y escribí sobre ellos, al igual que sobre los malos.Necesitás hacer un duelo por tu pasado, para que finalmente pueda irse a donde le corresponde estar: en la memoria y no en el presente. 8 Lo más importante de todo. Cuidate, alimentate bien (ni de menos ni de más), entrená y producite para verte linda. Esto va a ayudar a que reconstruyas tu confianza en vos misma. Además, vuelve más fácil la separación y la búsqueda de un nuevo amor.

8 Lo más importante de todo. Cuidate, alimentate bien (ni de menos ni de más), entrená y producite para verte linda. Esto va a ayudar a que reconstruyas tu confianza en vos misma. Además, vuelve más fácil la separación y la búsqueda de un nuevo amor.

* Para preservar la privacidad de los testimoniantes se cambiaron algunos nombres.


Fuente: cosmoonline TEXTO: GLYNIS HORNING.