miércoles, 24 de junio de 2009

La salud sexual en la adolescencia depende de los padres

Si tus hijos comienzan a tener relaciones sexuales demasiado "temprano" o mantiene relaciones de riesgo existe la posibilidad de que la familia tenga la culpa. Un estudio estadounidense reveló que la relación que los padres tienen con sus hijos puede determinar su forma de vivir la sexualidad.

Además un estudio español tiene prácticamente los mismos resultados. En él se estudió a 1.417 chicos y chicas de entre 13 y 17 años. "La comunicación y el apoyo de los padres, así como el acuerdo en temas educativos, se muestran como factores de protección asociados a los estilos de vida saludables en todas las edades estudiadas", informa la investigación publicada en Psicothema.

"Embarcarse en relaciones románticas o sexuales en la adolescencia forma parte natural del desarrollo de la adolescencia y de la transición hacia los comportamientos adultos. Pero el sexo entre estos menores acarrea también importantes repercusiones, como son los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual (ETS), cuando no se utilizan los medios adecuados de protección", explican los investigadores estadounidenses, dirigidos Rebekah Levine Coley, del Boston College.

Más de 3.200 adolescentes de 13 a 18 años participaron en otro estudio, publicado en el último Child Development, a los que se les hicieron un seguimiento de cuatro años. Todos forman parte, además, de la investigación conocida como Estudio Longitudinal de la Juventud.

Todos los años los autores llevaron a cabo cuestionarios para establecer la frecuencia de sus relaciones sexuales, la cantidad de parejas y el uso o no de anticonceptivos o preservativos. Además, también se cuestionó sobre la estructura familiar, el conocimiento de los padres sobre la vida sexual de sus hijos y sus actitudes ante ella, las actividades que realizaban con sus descendientes y el tiempo que estaban en casa.

Entre los datos del trabajo destaca que el incremento semanal de actividades en familia reduce en un 2% el comportamiento sexual de riesgo del hijo en el año siguiente. "Y por cada actividad familiar adicional se disminuye en un 9% la actividad sexual del menor", se asegura en el trabajo.

"Los ambientes familiares rutinarios en los que, por ejemplo, los hijos comparten proyectos con sus padres o se sientan todos juntos a comer a la mesa, actúan como 'protectores' frente a las relaciones sexuales de riesgo. Y al revés, los chicos que menos prácticas sexuales de riesgo tienen son los que más participan de la vida familiar", detalla Rebekah Levine.

Otro de los factores que influye en la sexualidad de los adolescentes es la estructura de sus parientes. Así, los adolescentes que viven con padrastros o madrastras o tienen una familia uniparenteral tienen más comportamientos de riesgo en comparación con los que residen con sus padres biológicos y en un ambiente familiar estable.

El estudio español también destaca que la calidad de las relaciones padres hijos está claramente asociada a los estilos de vida como la sexualidad, el consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias, hábitos alimenticios y actividad deportiva entre otros


23 de junio de 2009 (MU)