jueves, 23 de abril de 2009

Conciliar trabajo y familia es posible

¿Estás cansada de limitar tu vida personal para prosperar en tu trabajo? ¿Tienes que trabajar y además atender a tus hijos y esposo? No tienes que elegir entre tu hogar o la oficina, porque hay formas de conciliar ambas, sin renunciar a ninguna.

Hoy en día la mayoría de las mujeres sobrevivimos como podemos al agotador ritmo que nos impone el doble trabajo cotidiano, laboral y personal. Hacemos malabarismos para tratar de cumplir con todas las actividades y compromisos que se nos acumulan durante el horario de oficina y al regresar a casa, cada tarde de lunes a viernes.

Pero el resultado suele ser, además de un creciente estrés, que no dedicamos la suficiente cantidad y calidad de tiempo a nuestra vida privada, y a la vez tampoco rendimos en el trabajo con todo lo que se nos exige.

¿Tienes que elegir?

Sin embargo no tienes que elegir entre la empresa y tu familia. Si te dedicas únicamente al trabajo y te olvidas de tu pareja, tus hijos, tus amistades, tu tiempo libre y tus propios intereses, tendrás serios inconvenientes:

• Tu pareja. Un día de trabajo demasiado largo o estresante te crea tal estado psicológico y emocional, que como consecuencia puedes hundirte en discusiones innecesarias con tu pareja.

• Tus hijos. Los padres hipertrabajadores se pierden los momentos clave de la vida de sus hijos y se corre el riesgo de que crezcan educados por otras personas.

• Tus ambiciones personales. Dedicarte sólo al trabajo y a tu familia también tiene sus desventajas, porque truncas tus propias actividades de crecimiento personal.

• Tu autoestima. También centrar tu vida en el hogar tiene demasiados inconvenientes: no suele ser reconocido por los demás, nunca tienes vacaciones, te sientes culpable si te dedicas a otra cosa. Además estar haciendo y pensando siempre lo mismo te crea mal humor y una sensación de estar incompleta.

En cambio, conciliar adecuadamente trabajo, familia y tu propia persona tiene muchas ventajas: le das mucha mayor intensidad e interés a tu existencia, amplías tu horizonte mental, incrementas tu autoestima, permaneces más activa, mantienes tu independencia, tienes más temas de conversación familiar, presencias el crecimiento de tus hijos, contribuyes a la economía de tu hogar y dispones de dinero para tus propias necesidades.

Algunas opciones viables

Lograr la tan ansiada y saludable armonía entre tu vida personal, familiar, de pareja y tu desarrollo laboral es posible. Realiza estos cambios en tu faceta profesional, que recomiendan las mujeres que han tenido éxito en conseguir este equilibrio:

• Reduce tus horas de trabajo. Llega más temprano por las mañanas y salte más temprano por las tardes. Haz un balance y reflexiona si te convendría tener un trabajo de medio tiempo, que te permitiera pasar más tiempo de calidad junto a tu familia y haciendo tus actividades personales.

• Habla con tu jefe. Exponle la posibilidad de recorrer tu horario, laborando la misma cantidad de horas diarias; hazle ver que esto repercutirá positivamente en tu productividad y rendimiento.

• Productiva en vez de adicta al trabajo. ¿Te has acostumbrado a estar más tiempo del necesario en la oficina o te llevas trabajo a la casa, porque piensas que así reflejas dedicación y te puede favorecer para un ascenso? Pues estás muy equivocada, pues la clave para ser más productiva está en hacer más trabajo en menos tiempo, manteniendo la buena calidad de tu trabajo. Organiza tus tareas por prioridades y concéntrate para terminarlas antes.

• Trabaja desde casa. Gracias a las nuevas tecnologías, sólo necesitas internet, computadora y teléfono para trabajar en tu propio hogar. Consigue que tu empresa costee este equipo necesario y los gastos de electricidad y teléfono. Muchas empresas multinacionales aplican esta opción, porque es muy apreciada por quienes tienen hijos o familiares a quienes cuidar. Sólo evita caer en el aislamiento personal y que tu horario de trabajo no se prolongue por falta de disciplina.


23 de abril de 2009 (agencias)