miércoles, 2 de diciembre de 2009

A estar atentos: 2010 vendrá con mucha locura

Las claves de Ludovica Squirru para hacer frente al año del tigre de metal. La astróloga anticipa que será una etapa de muchos cambios y se vivirán momentos difíciles. Pero asegura que también habrá tiempo para el amor y la búsqueda de una conciencia más solidaria. Además, sus predicciones, animal por animal.

Sólo quedan en el mundo 4 mil tigres en estado salvaje y se estima que otros 30 mil permanecen en cautiverio en zoológicos y en reservas para fines comerciales y de sacrificio. El cambio climático y –fundamentalmente– la depredación humana son las causas de que el animal más aguerrido del horóscopo chino esté desapareciendo de la faz de la tierra. Estos datos volcados en el nuevo libro de Ludovica Squirru, aportan un detalle no menor: 2010 será un año del tigre, como mínimo, raro. “La extinción de los tigres es una noticia nefasta. El animal sagrado está siendo asesinado. Eso da la pauta de lo que viene –arranca Ludovica, año a año cuerpo y alma de las predicciones inspiradas en los doce signos de la astrología oriental–. 2010 será el año del tigre de metal. Se trata de un animal irracional que puede llevar a la humanidad al desastre. Por eso tenemos que hacer astrología preventiva antes de que culmine el del búfalo. Para los chinos es un ritual: sacarse las caretas, no quedarse con nada. Hay que saldar y eso depende de un trabajo interno muy profundo”, revela la astróloga, “marca registrada” de los vaticinios del horóscopo chino para estas latitudes, y destaca: “La sinergia con el signo que rige cada año es fundamental. El tigre va a ser difícil y al ser de metal tendrá un costado bélico. Es el tigre más rígido, intransigente e inflexible de todos. Los tiempos, además, no se presentan cordiales. En la humanidad en general y en la Argentina en particular. Pero no hay que alinearse con lo apocalíptico”.

Por lo que decís, sin embargo, parece que vienen tiempos difíciles... Pero fijate que el año del tigre comenzará el 14 de febrero, día de San Valentín. Eso es un aliciente porque significa que también habrá una fuerte energía afectiva, amorosa. El tigre es un signo con mucha pasión y arrebatos. Arranca y se deja arrancar la vida de un tirón. Entonces es bueno conjugar ese día festivo con el inicio de su año. De hecho, si no se tiene pareja, es una buena fecha para pedir una.

¿Es viable pedir deseos a los años que comienzan? ¡Por supuesto! Eso define lo que viene. Uno tiene que hacer meditación y pedir. La astrología depende mucho de cómo uno se posicione en la conciencia del año que empieza. No es sólo de afuera hacia adentro, sino principalmente al revés. Unicamente un trabajo fundacional e interno va a ser lo que nos ataje de lo externo y nos ayude a hacer frente a lo que venga. Eso vale para todos los signos. Si bien va a ser difícil porque estamos en un fin de ciclo inexorable anunciado por profesías y cartas, también habrá que rendirle examen al tigre, apostando con el corazón. Se trata de un signo idealista que va a ayudar a quienes dejaron cosas pendientes en su vida y ahora necesitan una revolución. Fidel Castro es tigre. La guerra de Malvinas también lo fue… El tigre tiene que ver con los cambios y también con las catástrofes.

¿Cómo deberíamos prepararnos para no caer en sus garras? Yo aconsejo que durante todo este período, hasta enero, hagamos un trabajo para estar colocados, no distraídos. A estar atentos: el tigre puede dar el zarpazo. No importa de qué signo seamos, todos nos vamos a imbuir en la naturaleza felina. 2010 va a ser un año de mucha locura, y tenemos que estar preparados.

¿Cuál sentís que es tu misión particularmente para este año? Hacer que cada vez más gente tome la astrología como un medio de prevención, no sólo de predicción. Cada vez estoy más alejada de eso. Hay que adquirir una mirada sistémica, no sólo ver qué le toca a cada uno en el horóscopo. Somos parte de una trama cósmica y el problema es que se han cortado esos cables en nuestra vida cotidiana. La globalización, la tecnología, el consumo… Nos alejamos de lo natural. Desgraciadamente, hoy tenemos que volver obligados: se están acabando los recursos. No hubo conciencia de cómo generar, graduar y repartir más equitativamente. Es una lástima. Vamos rumbo al colapso de la tecnología. Eso va a pasar el año que viene, a lo grande. Por eso debemos empezar a no depender tanto del celular, del aire acondicionado, de los aviones…

¿Y cómo creés que se puede instrumentar lo que planteás? A través de un cambio de conciencia. Es como cuando uno llega a una situación límite, toca fondo y sale otra vez. En eso, la solidaridad es fundamental. El año del tigre será adentrarnos en la ley de la selva y no debemos perder de vista al prójimo. El ser humano se ha convertido en una bestia: es la única especie que mata a sus propios ejemplares sin justificación.

¿Cuál es la clave para comprender lo que nos espera? Saber que estamos en el horno. El clima, las decisiones políticas, el petróleo. La pandemia de esta época y especialmente del año del tigre es la locura. Dengue, gripe A… Hay muchas enfermedades que se han impuesto para eliminar gente del planeta. Y la superpoblación es grave, se sabe.

En ese marco complicado, ¿cuál es el pronóstico para la Argentina? Nosotros tendremos otro destino porque habitamos al sur y lo vamos a agradecer. Pero no tenemos amor a la tierra y eso viene de lejos: nuestra historia es sangrienta. Este país está enfermo y sólo se puede curar confiando en nuestro propio caudal de conciencia y creatividad. El año del tigre es el cimbronazo de las estructuras viejas, no sólo de este país sino del mundo. La única manera de hacer algo es tener una vida espiritual. Y el trabajo debe ser en conjunto.

¿Siguen llamándote los políticos en busca de ayuda? Más que nunca. Pero para lo único que aceptaría trabajar con ellos es para constelar a la Argentina en la casita de Tucumán. De ese encuentro deberían participar los Kirchner, la gente del campo y otros grupos sociales para ver por qué hay tanto odio y así sanar de raíz lo que viene pasando con nuestro pueblo. Después, no creo en nada más: ningún partido o ideología me interesa.

¿Cuáles serán los rasgos positivos de 2010? Que el tigre va a devolvernos la esencia y a pulverizar lo que trajimos hasta acá. Es un animal irracional, rebelde, que no escucha. Si esa energía sale en un buen sentido, será muy interesante: vamos a dejar de ser ovejitas pasivas. Estos tiempos tienen gérmenes invisibles y quienes los detectan logran hacer el cambio. Habrá que barajar y dar de nuevo. Dependerá de cada persona aportar algo al ecosistema planetario. Estamos en el arca de Noé y le puede tocar a cualquiera: terremotos, maremotos, inundaciones, incendios… Ricos y pobres tenemos un mismo destino como humanidad y por eso debemos ser solidarios.

La película 2012 remueve el eterno fantasma de la llegada del fin del mundo. ¿Cuál es tu postura? Es cierto que en 2012 terminará un ciclo de 26 mil años en que la Tierra viene girando alrededor del Sol de una misma manera. Todo puede pasar y hay muchas proyecciones al respecto. Nosotros somos un planetita mínimo en la Vía Láctea. Podemos desaparecer en un segundo, en cualquier momento. Por eso debemos tener más conciencia cósmica. El ser humano, de tanto querer controlar, está siendo víctima de sus propios inventos.

¿Entonces qué podemos hacer de acá en más? El plan es poder revertir lo que estamos viviendo. Hay que desapegarse de lo material. Lo que más nos va a preocupar el año que viene es el clima y sus fenómenos. La gente va a dejar de pensar qué auto comprarse para comenzar a ver dónde refugiarse. El mundo ya cambió y el tigre le va a dar el último empujón. Lamentablemente, la gente pensó que esto iba a pasar un día lejano y se dejó estar. A partir de ahora hay que mimarse y mimar. Recuperar la autoestima. Hacer sanaciones. Conectarse con la naturaleza. Tocar el árbol, zambullirse en el río. Las ciudades son muy alienantes. Hay que escaparse, aunque sea un fin de semana. Eso viene bien para reciclar. Hay que enseñarle a los chicos ecología y a cultivar o a tejer, para que aprendan a salir adelante en el nuevo planeta que tendremos.

¿Y vamos a tener tiempo para hacer todo eso? Sí, estamos a tiempo de lograr un gran cambio. Todo en la vida se puede solucionar si uno quiere y mucho más si queremos todos juntos.

Fuente: Para Ti Textos María Eugenia