martes, 5 de mayo de 2009

Todo sobre el parto

Para Ti Mamá presenció un nacimiento y por eso te puede contar en detalle, qué vas a sentir en cada momento y cómo vas a colaborar para que nazca tu hijo. Desde que empezás con las primeras contracciones hasta que dejás el sanatorio con tu bebé en brazos.

Asesoró: Dr. Jorge Ortega, obstetra del Hospital Universitario Austral, M.N. 54.834.

Primeras señales de que llegó la hora

“Se dice que una embarazada entró en trabajo de parto cuando tiene contracciones que generan dilatación en el cuello uterino –la parte más baja del útero–. Cuando está en término (pasó las treinta y siete semanas) y empieza a tener contracciones rítmicas que mantienen una frecuencia de dos a tres en diez minutos, que no duran más de cuarenta segundos, que se alternan con períodos de relajación, y no ceden con el reposo, se está dentro de las primeras señales de parto”, indica el Dr. Ortega, obstetra del HospitalUniversitario Austral, quien estuvo a cargo del parto que presenció el equipo de Para Ti Mamá.

El especialista agrega que estas contracciones pueden ser dolorosas, aunque no necesariamente lo son, y que cuando la dilatación supera los cuatro centímetros y las contracciones no cesan, es momento de la internación. De esta manera, aclara que la dilatación se mide con un tacto vaginal que puede ser realizado por una obstétrica (partera), por el obstetra o por la propia paciente con el adecuado entrenamiento.

Indica, además, que el trabajo de parto suele durar, en promedio, catorce horas en las madres primerizas y alrededor de ocho en aquellas que no lo son. En cuanto a la peridural, indica que para su aplicación no existe un tiempo medible en centímetros de dilatación o en cantidad de horas del trabajo de parto. Puede colocarse aún con cinco centímetros si la paciente está muy dolorida, o a la inversa, no colocársela si la paciente así lo desea.

Primera etapa: la dilatación

“Un parto tiene tres períodos. El primero es el de dilatación que consta de dos fases. Luego el de expulsión y finalmente el del alumbramiento. Aunque todas las mujeres atraviesan estas tres etapas, no siempre las distinguen”, aclara el Dr. Ortega.

En relación al período dilatante, cuenta que en la primera fase se dan las contracciones que reblandecen el cuello del útero y provocan la pérdida de tapón mucoso. Este tapón es un gel que produce el cuello del útero en las embarazadas de término y que actúa como defensa para evitar el ascenso de gérmenes cuando comienza a dilatarse. Esta fase suele durar tres o cuatro días como término medio, pero puede llegar a durar una o dos semanas. Se caracteriza porque las contracciones duran entre treinta y cuarenta y cinco segundos, no duelen tanto –a veces ni se perciben– y provocan la dilatación del cuello uterino que puede llegar hasta los tres centímetros.

“En este período lo ideal es que la mamá dilate en su casa. Ayuda que se dé un baño de inmersión en agua caliente y le hagan masajes en la zona baja de la espalda, siempre que los síntomas no sean muy intensos”, recomienda el Dr. Ortega.

La segunda fase del período dilatante suele ser más breve que la primera. El doctor explica: “Dura, en promedio, entre dos y tres horas y media. Las contracciones son más largas, intensas y frecuentes, generalmente, con un intervalo de tres a cuatro minutos entre sí y con una duración de cuarenta a sesenta segundos. El cuello del útero se dilata hasta alcanzar los diez centímetros y el tiempo de descanso entre cada contracción es más reducido”.

Segunda etapa: la expulsión

La segunda etapa es la expulsiva y se caracteriza porque aumenta la intensidad de las contracciones. El especialista precisa que se producen en intervalos de dos o tres minutos y duran entre sesenta y noventa segundos. Con la dilatación completa se siguen produciendo las contracciones y la embarazada debe pujar con la fuerza abdominal para permitir el descenso del bebé por el canal de parto. Puede pujar acostada, sentada en una cama o en un banquillo preparado para tales fines o incluso de pie.

Cuando el bebé está por salir, el obstetra se coloca un camisolín y guantes que están estériles (libre de gérmenes), e higieniza la zona con algún antiséptico. No obstante –explica el médico– la vagina siempre tiene bacterias (al igual que la piel) y si bien el bebé pasa por un canal limpio, no es necesariamente aséptico (libre de toda bacteria).

En tanto, al lado del obstetra se coloca una mesa de suturas. “La tenemos lista por la eventualidad de que al salir la cabeza del bebé se produzca algún desgarro o debiese suturarse una episiotomía. También contiene las tijeras, clamps y pinzas que se necesitan para cortar el cordón”, manifiesta el Dr. Ortega.

Con respecto al nacimiento, el especialista explica que el bebé realiza básicamente dos movimientos. Por un lado flexiona su cuello, bajando su pera hasta que toque su esternón (esto permite que los diámetros de la cabeza se reduzcan). Y, por el otro, el bebé rota sobre sí mismo. Está en un eje vertical, paralelo a su madre, de manera que coincidan los puntos de flexión del niño con las curvas del canal de parto.

En cuanto a la episiotomía, el Dr. Ortega sostiene que es el corte en el periné que se realiza para acortar la longitud del canal de parto y el tiempo del período expulsivo. Debe realizarse sólo si es necesaria, evaluando la elasticidad del periné materno en el momento de la expulsión de la cabeza del bebé.

El doctor cuenta que, en general, así nace un bebé, y que luego se lo alcanzan a la mamá para que lo tenga en su pecho, ante la atenta mirada del neonatólogo que estará evaluando su estado de salud.

Tercera etapa: el alumbramiento

Una vez que nació, disminuye la intensidad de las contracciones. “Las funciones de las contracciones del alumbramiento son tres: transfusión de sangre al recién nacido, el desprendimiento, descenso y expulsión de la placenta, e impedir una hemorragia en el lugar donde se insertaba la placenta. Se calcula que la expulsión de la placenta se produce en los diez a treinta minutos posteriores al nacimiento, a veces con la ayuda del obstetra, luego de que cortó el cordón umbilical”, manifiesta el médico y explica que una vez que la placenta está afuera, revisará el canal del parto para asegurarse de que no hayan quedado restos en el interior.

“Después del parto, la mamá pasará a su habitación. Sólo en algunos casos, si lo requiere, se le suministrará algún analgésico. Quedará internada entre 36 y 48 horas. El alta obstétrica dependerá de que tenga la adecuada cantidad de pérdidas, así como los dolores o molestias acordes, pueda deambular y auto valerse”, indica el médico y agrega que también dependerá de cómo esté el bebé.

fuente: paratimama