jueves, 13 de mayo de 2010

El secreto de El Secreto

Claves de un fenómeno mundial que sigue creciendo. Primero fue un libro, después una película y, sobre todo, fue el boca en boca el que convirtió a El Secreto de Rhonda Byrne en el último gran fenómeno editorial-espiritual. Basado en el milenario conocimiento sobre la ley de atracción, el boom se multiplicó a través de la red, en talleres y más libros que lo interpretan y analizan; además fue adoptado –y recomendado a su público– por celebrities de todo el mundo. “Atraemos lo que pensamos... Si pensás en positivo, atraerás cosas buenas....”. De eso se trata el secreto más difundido del siglo XXI.
En el stand 2021 que editorial Urano tiene en el pabellón amarillo de Feria del Libro, en la Rural, El Secreto, el libro que hizo saltar a la fama a la australiana Rhonda Byrne, es uno de los más pedidos por la gente. “Es por el título que más preguntan y el que más se llevan”, confirman en Urano. Intentando igualar el éxito de 2009, cuando El Secreto fue uno de los libros más vendidos de la Feria, la editorial lanzó 30 mil nuevos ejemplares del best seller que estaba agotado. Ahora va por su sexta reimpresión. Este año, la novedad va de la mano con una promoción: agregando $ 10 a la compra del libro (cuesta $ 110) te podés llevar El libro de la gratitud, también de Byrne. “Es cierto que el libro está más caro… pero se sigue vendiendo”, dicen en Urano, tratando de dar cuenta de un fenómeno editorial que se puede comparar con el furor que, en su momento, tuvieron los libros de Louise Hay o los de Deepak Chopra, por citar algunos de los referentes indiscutidos del género autoayuda o new age; y un boom de ventas similar al que vivieron libros como El código Da Vinci, de Dan Brown, o la saga de Harry Potter, de J. K. Rowling.

Lo interesante es que El Secreto no es un texto nuevo, en 2006 fue publicado por primera vez en Europa y los Estados Unidos, país donde vendió cerca de 4 millones de libros en menos de seis meses y lideró las listas de best sellers que confeccionan medios influyentes como el USA Today y New York Times. El documental, por su parte, fue durante mucho tiempo uno de los más vistos en Internet. Sólo en 2006 se vendieron en los Estados Unidos más de 2 millones de DVD’s. Y durante meses, se ubicó primero en la lista de películas más vendidas del sitio Amazon.com, donde miles de compradores dejaron escritas en la página altas recomendaciones sobre el producto. Desde entonces, El Secreto no ha parado de sumar adeptos y acumular éxitos por todo el mundo; y también en nuestro país, donde lleva vendidos 170.000 ejemplares desde 2007, cuando fue publicado.

LA LEY DE ATRACCION. ¿Cuál es el secreto de El Secreto? Para algunos, la clave estuvo en la estrategia publicitaria poco convencional que Byrne, hasta entonces una productora de televisión, y su equipo llevaron a cabo en sus comienzos. Este marketing viral, montado a través de Google y publicidad en blogs, permitió que el documental pudiera ser descargado por sólo U$S 34,95. Aunque no está del todo confirmado, se estima que el film logró recaudar U$S 20 millones en los primeros ocho meses, una movida que hizo de Byrne una nueva millonaria (se mudó desde su Australia natal a una mansión en California), convirtiéndola en una de las 100 personas más influyentes del mundo (revista Time, 2007). “Antes de Byrne, todo este conocimiento no tenía buena prensa. Su mérito fue recopilar con un gran marketing todo lo que mucha gente ya había escrito y hablado”, explica la experta en coaching Patricia Hashuel, autora de Cómo atraer a tu alma gemela y de La ley de atracción en la práctica. Una mirada de la película El secreto desde el coaching (Distal), un libro que ya va por su segunda edición. La publicidad, sin embargo, no alcanza para explicar la perdurabilidad de su éxito. Para algunos, la clave del éxito está en su lectura sencilla (teniendo en cuenta que se quiere transmitir un conocimiento milenario, que tiene mucho de metafísica y hasta de física cuántica) y que aporta tips prácticos.

Para Bernardo Stamateas, psicólogo, conferencista y autor de varios best sellers de libros motivacionales, el pragmatismo y la gran mezcla de géneros que el texto tiene son parte del éxito: “Hay elementos espirituales mezclados con conceptos de psicología y mucho de sentido común. Se utilizan principios universales y frases que pueden estar incluidos hasta en el Antiguo Testamento, como aquel en donde el Profeta dice que para lograr lo que uno quiere, hay que enfocarse y correr hacia la meta. Pero, para no polemizar con las religiones, se recurre al concepto de ‘Universo’”. El contexto actual es propicio. El siglo XXI aparece como terreno fértil para la concreción de sueños y metas: “El libro renueva la inquietud por elementos espirituales surgida en los ’60”, dice Roberto Bonomi, uno de los más prolíficos escritores de autoayuda de nuestro país.

El cantante Donald y la actriz Graciela Borges han asistido a sus seminarios. Finalmente, no hay que olvidar el empujón milagroso del star system: allá por 2007, la publicación fue bendecida por Oprah Winfrey (la conductora le dedicó dos programas) y Ellen DeGeneres, dos de las más grandes figuras populares de Norteamérica. Se tendió entonces un puente emocional invisible: si ellos pueden, nosotros también. Este año, cuando Nicole Kidman y su marido Keith Urban confesaron que su matrimonio estaba encaminándose gracias a la ley de atracción, no hicieron más que renovar el poder de El Secreto, un fenómeno que parece no tener fin. Sea por la transmisión de boca en boca, la casualidad, la energía o las poderosas fuerzas del universo.

EL SECRETO PEOR GUARDADO. Pamela David, actual panelista de Animales Sueltos, llegó a El Secreto por recomendación persistente de varios amigos. “Encontré un método que no sabía que existía y que yo, sin saberlo, había aplicado toda mi vida. Es que todo lo que logré en mi vida lo hice imaginando y deseando; teniendo la certeza y la seguridad de que sería así”. Desde que lo tuvo en sus manos (“El libro te llega cuando te tiene que llegar”, asegura), David trata de transmitir el mensaje, recomendándolo a otros amigos o regalándolo. Sin considerarse una seguidora fanática, ella resume: “Para mí, el secreto del libro es que refuerza algo que todos sabemos pero que nadie te lo recuerda”.

Según los especialistas en la ley de atracción, ese “algo que todos sabemos” refiere a un conocimiento milenario. “La ley de atracción fue enunciada hace cinco mil años. Hay mucha información que ha permanecido oculta por siglos y siglos”, precisa Bonomi, no sin misterio. Instructor de instructores de control mental, autor de varios libros (Bienvenido al éxito y El secreto de la lámpara mágica, entre otros), Bonomi señala entonces a un alquimista místico llamado Hermes Trismegisto, quien –antes de la época de los faraones de Egipto– sentó principios tales como “todo es mente; el universo es mental”, “nada está inmóvil, todo se mueve”; “toda causa tiene su efecto; todo sucede de acuerdo a la ley”. Trismegisto no sólo volcó sus ideas en La Tabla Esmeralda, un texto críptico, sino que de su nombre propio deriva la palabra “hermético”. “Por mucho tiempo, hubo cierto tipo de conocimiento que permaneció oculto y sellado para, más tarde, ser guardado por las escuelas de ocultismo”, cuenta Bonomi, quien el viernes 8 de mayo dictará, en Capital, un seminario llamado El secreto detrás de El Secreto. “Los apóstoles ya sabían de esta ley, que viene de antes de la Biblia. Está en el Talmud, el Corán, la Torah, en la Kabalah… ”, confirma Hashuel. Entonces El Secreto parece ser el libro de la Humanidad.

Para los seguidores de la ley de atracción, cuando Jesús dijo “El que pueda entender, que entienda” o “El que tenga ojos, que vea”, habla sin que lo diga explícitamente de la ley de atracción. El famoso cuento de La lámpara de Aladino es, para ellos, una metáfora. Lo oculto, sellado con lacre misterioso, se sabe, es comercialmente atractivo. Mucho más si se lo mezcla con otro género tan vendedor como la autoayuda. Pero, hay que decirlo: Rhonda Byrne no fue la primera en hablar de la ley de atracción. De 1907 es La ciencia de ser rico, el libro que escribió Wallace D. Wattles y que iluminó a la australiana cuando estaba en un momento de depresión; de 1937 es Piensa y crece rico, de Napoleón Hill; de 1999 es La ciencia del éxito; cómo atraer prosperidad…, de James A. Ray. La habilidad secreta de Byrne fue compilar con habilidad esas tradiciones orales, conocimientos religiosos, filosofías milenarias, citas de pensadores indiscutidos como Platón, Isaac Newton y Albert Einstein y el testimonio de actuales expertos en superación personal, como Bob Proctor y Jack Canfield, entre muchos otros.

TU PUEDES. “Si está en tu mente, está en tus manos”, se puede leer al pie del e-mail de Juan Carlos Quesada. Desde hace años, Quesada –que vive en los Estados Unidos– se dedica a dictar seminarios sobre prosperidad por toda la América hispanoparlante. Es, desde que conoció a Bob Proctor, uno de los referentes número uno a nivel mundial de la ley de atracción, entrenador de maestros y, en julio, lanzará El Cielo en la Tierra, su primer libro. “Mi pasado estuvo lleno de obstáculos, abuso físico y emocional. Sé lo que es la pobreza”, cuenta en un español que –dice– aprendió mirando televisión. Quesada consiguió temprano el éxito material y, junto con él, 30 años de problemas con el alcohol. “Su oportunidad para crear otra realidad” llegó cuando conoció a Proctor: “Me focalicé. Tomé una decisión consciente y congruente con lo que deseaba. Cuando me elevé a ese pensamiento consciente empezó a trabajar la ley. Lo primero que hice fue cortar con lo que no quería. Eso ordenó todo. Además, tuve fe. Todo es posible a pesar de la dificultad. Somos co-creadores de la realidad”.

A lo largo de la charla, Quesada insistirá: “El poder está dentro de nosotros. Cuando comprendemos que somos nosotros los que creamos nuestra realidad, paramos de culpar a nuestro pasado, a los demás, a los gobiernos de nuestra situación. Somos responsables de lo que sentimos y lo que atraemos. La ley es precisa; no falla”. En el testimonio de Quesada están encerradas las claves de la ley de atracción. Primer dato importante: la ley de atracción es tan democrática como la ley de gravedad. Está para todos; y para cualquiera que quiera o pueda hacerla funcionar. Patricia Hashuel lo explica así: “La ley de atracción es sencilla: los seres humanos somos como imanes. Atraemos lo que pensamos. Estamos todo el día atrayendo cosas, circunstancias, personas. Atraemos de acuerdo a nuestros estados de ánimo, a nuestros sentimientos. Si pensás en positivo, atraerás cosas buenas”. Para hacerlo, Hashuel dice que hay que “sintonizar una frecuencia determinada. Cuando estás sintonizado, centrado, bien con vos mismo y el mundo, atraes cosas buenas”.

Todos los libros que hablan sobre la ley de atracción marcan tres pasos: pedir, tener fe y recibir. Al Universo se le puede pedir cualquier cosa: bajar de peso, un auto, un novio, un cargo gerencial, una casa, quedarse embarazada, aumento de sueldo, superar enfermedades terminales o no llegar tarde a una cita. “El Universo trabaja de formas misteriosas. Sin embargo, la mayoría de la gente no se anima a pedir cosas porque no sabe cómo van a ocurrir. Pero uno no tiene que ocuparse del cómo sino de qué. Si pensás en el cómo, entonces lo más lógico es que no pidas nada. Creer es vivir con la certeza. Si le pedís al Universo que te solucione un problema de gordura tenés que vivir en la certeza de que el Universo te lo va a dar. Si tenés dudas, no funcionará”, asegura Hashuel. Y Quesada remarca: “Nosotros no recibimos lo que pedimos; sino que recibimos lo que creemos que ya tenemos, que es algo muy diferente. Hay que creer que se puede y que uno tiene todo lo necesario para triunfar”.

El pensamiento es, entonces, el primer paso para que el mecanismo del Universo empiece a funcionar y se materialicen todos nuestros deseos. “El pensamiento está en el cerebro, pero el cerebro es como una computadora. Y uno puede escribir allí lo que uno quiera. Si pensás que el mes que viene te vas de vacaciones a un lugar increíble, generarás emociones derivadas de lo pensado. Eso, a su vez, repercutirá en la acción: vas a tener ganas de hacerlo. Siempre hay una sucesión de eventos: pensamiento-sentimiento-resultados. Si no hacés nada, el resultado será cero”, sentencia Bonomi. He aquí otro dato a tener en cuenta: ley de atracción supone un pensamiento altamente positivo. Stamateas lo explica: “Está comprobado que todo mensaje positivo que active emociones positivas hace bien y levanta el sistema inmunológico. Cuando uno está bien con uno mismo, piensa con mucha más claridad, toma mejores decisiones y obtiene más éxito que aquel que lo hace enojado o con miedo”.

HACER FOCO Y ACTUAR. La gran cantidad y variedad de casos reales en los que, efectivamente, la ley de atracción funcionó constituye una de las claves para entender su éxito. El Secreto –bajo cualquier formato y según sus diferentes autores o transmisores– ha funcionado tanto para ilustres desconocidos como para estrellas internacionales y locales, un hecho que genera enorme empatía, un gran entusiasmo y un efecto contagio sin límites. Teté Coustarot también leyó el libro de Rhonda Byrne. Ella asegura que la ayudó a encauzar sus deseos. “Estamos rodeados de mandatos y, cuando te preguntan qué es lo que querés, uno responde con vaguedades. Me di cuenta de que había que tener en claro qué es lo que uno quiere, cuál es nuestro deseo; y, a partir de ahí, pedirlo”, cuenta la flamante ganadora del premio Martín Fierro por su labor radial. Gracias al programa periodístico que conduce, Coustarot entrevistó a Proctor el año pasado, cuando el gurú de la ley de atracción vino por primera vez a la Argentina. Ella revela: “Me enseñó a ordenarme y a vivir en el presente. Ahora, no digo ‘Quisiera tal cosa’ u ‘Ojalá tal otra’; sino ‘Tengo tal cosa’. Otra de las cosas que hago es escribir mis deseos. Al escribirlos, adquieren otra fuerza”.

La ley no falla; es precisa, repiten. “Funciona, sí; pero para todos los que la saben aplicar. A mis seminarios llega mucha gente desilusionada: han visto la película y piensan que pedir y recibir es sencillo, automático. No lo es. Hay que saber cómo hacerlo”, aclara Hashuel. Para ella, como para muchos otros especialistas en la ley de atracción, una de las falencias del libro de Byrne es mostrar como si todo fuera mágico. Lo que hace falta, sugiere Bonomi, son las herramientas prácticas para llevar a cabo los tres pasos (pedir, creer y recibir). Para él, la clave está en cambiar la forma de pensar, apuntando al subconsciente: “La mente consciente maneja el 10% de la energía mental. El resto lo maneja el subconsciente. Para tener la energía mental que necesito para lograr algo, se requiere ayuda del subconsciente, que es donde están los bloqueos. Para cambiar nuestra vida tenemos que reprogramar y lograr que toda la persona focalice hacia un mismo lugar. A través de los ejercicios que propongo en mis seminarios y en los CD’s uno aprende a lograr el propio potencial; e, incluso ir más allá: lograr lo que otros han logrado. Ir al máximo de nuestros niveles de abundancia”. Hashuel suele sugerir planes de metas. “Después de aprender a recibir, los oriento para que hagan una planificación. No recomiendo repetir el pedido al Universo todo el tiempo; sino una vez, o una vez por mes.

Pero sí aconsejo que la persona se visualice como si ya hubiera conseguido lo que quiere”. La visualización, explica Stamateas, es un recurso muy usado, en management y hasta en psicología del deporte: “La imaginación tiene un poder grande. Sencillamente porque cuando uno se concentra, se hace foco en lo que uno desea. Pero me parece que postular esa fórmula en solitario es quedarse cortos. Si bien son principios buenos, no creo sean suficientes para alcanzar metas”, opina Stamateas. “Decir que con visualizar uno tendrá dos coches, es equivocado. Cualquier principio de liderazgo que ignore el esfuerzo, el trabajo en equipo y el crecimiento diario chocará con el pensamiento mágico. Lograr un cambio es el resultado de una sumatoria de muchas cosas”, puntualiza.

EL CREDO DE LA RIQUEZA. Como un mensaje de fe. Así también es posible ver a El Secreto. “Genera la misma sensación como cuando te subís a un avión. Uno tiene fe que el piloto tiene licencia y podrá llevarte a destino. Es un mensaje de fe, ese ingrediente tan necesario para poder vivir”, asegura Stamateas. Para él, otra de las razones que explican el éxito de El Secreto y su saga es que han permitido hablar del éxito y la riqueza de forma más liberadora, en especial, en países como el nuestro. “Hablar del éxito y de la riqueza es algo común en los países angloparlantes; en países como el nuestro, atravesados por una cultura marcada con la culpa debido a la tradición judeocristiana, donde se nos inculca que tenemos que sufrir para lograr algo, este tipo de textos son liberadores: dan permiso para el éxito, la riqueza, la felicidad, el hedonismo”, reflexiona Bernardo Stamateas.

Cuando la gente quiere pedirle algo a la ley de atracción, el amor, la salud y el dinero figuran en el ranking de temas más requeridos. La riqueza es, desde ya, un gran atractivo. Mucho más si promete aparecer no bien se termine el libro. Pero sobre este tema, Juan Carlos Quesada sostiene que, sin embargo, hay una mala interpretación. “El objetivo de la vida es el mismo que el de El Secreto: elevar nuestro nivel de conciencia. La conciencia es el nivel más alto que se logra con la mente”, asegura. Y explica: “Hay gente que pide dinero y le llega el dinero. Pero con ese dinero puede comprar drogas y se muere. Podemos tener un millón de dólares pero no es la felicidad –detalla–. La abundancia y la riqueza son un derecho al nacer: cuando venimos al mundo, venimos prósperos. Pero mientras vamos creciendo, nos vamos desconectando del conocimiento. La clave para el cambio no es mirar afuera sino en el interior. El éxito no supone que tendrás un millón de dólares. Exito es vivir en el corazón, con lo que deseas. Abundancia es la realización de un ideal digno”. El Secreto “viene a despertar la conciencia individual y luego a nivel global”, asegura Quesada.

En el marco de terremotos, crisis y cambios climáticos, el 2012 aparece en el escenario como una fecha simbólica: “Mucha gente quiere cambiar a los demás sin cambiar su propia vida. Cuando uno cambia su vida, le mostrás a otra persona el camino. Le das esperanza. Somos responsables de nuestra realidad individual, pero también de nuestra realidad colectiva. Debe haber un cambio para nosotros en tanto humanidad. En tiempos de cambios tenemos que ser cuidadosos en dónde ponemos nuestra atención. Si seguimos con lo malo y con miedo, la gente perderá más que su casa: seguiremos atrayendo guerras, cáncer, escasez. Si no pensamos diferente, con mente abierta, no crearemos algo nuevo. Sólo si nos alineamos en la idea de prosperidad, estaremos creando el cielo en la tierra”.
parati