martes, 12 de mayo de 2009

¿Esclava del pasado?

El malestar por no haber cumplido alguna de tus expectativas personales puede reducir tu autoestima y paralizarte, afectar tus relaciones y trabajo, impedirte disfrutar de la vida y convertirse en un obstáculo para que obtengas placer.

Definitivamente en el pasado

Marta le fue infiel a su novio y aunque le sirvió para darse cuenta de que lo amaba, no puede perdonarse a sí misma. Luisa sufre porque se siente responsable de la ruptura de su matrimonio, pese a que ambos acordaron terminar la relación. Erika aún recuerda amargamente el día en que se quedó paralizada y fue incapaz de impedir que se accidentara su hija en la bicicleta.

Todas ellas tienen algo en común: sufren un continuo malestar por cosas que sucedieron hace mucho tiempo, pero que siguen vivas en su interior, sin terminar de asimilarlas ni dejarlas definitivamente en el pasado.

Disfruta la vida con placer

La sensación de no haber cumplido nuestras expectativas personales, transgredido normas o desobedecido valores que nos fueron inculcados en la educación familiar, social, moral o religiosa, es una experiencia dolorosa que nos crea conflictos psicológicos.

La culpa es un sentimiento útil porque nos permite corregir errores y recuperar la tranquilidad. Sin embargo, si la culpa supera cierto límite, reduce nuestra autoestima, nos amarga, nos provoca angustia y nos paraliza.

Culparte a ti misma de algo también puede afectar a mucha gente, al ser un obstáculo que no te permite disfrutar la vida ni sentir placer.

Obsesionada por repararlo todo

Los síntomas de la culpa van desde recordar constantemente haber fallado, obsesionarte por reparar el daño causado, hasta pensamientos de cómo podrías haber evitado ese error. Los remordimientos suelen estresarte y afectar tu salud física y psicológica.

Las personas con ansiedad o depresión provocadas por la culpa tienen problemas para poner atención, concentrarse y procesar la información, por esta incapacidad de despojarse de sus remordimientos y eso las hace más propensas a cometer errores.

"Sentir algo de culpa por actuar equivocadamente es bueno porque ofrece la posibilidad de hacer algo para arreglar las cosas y recuperar la tranquilidad, pero sentirse culpable por algún daño hecho a alguien y no poder arreglarlo también crea una profunda pesadumbre", asegura la psicóloga Carmen Vilaginés.

El juez interior

Cuando pasa algo malo y frustrante, hay quienes inmediatamente se culpan a sí mismos de lo que sucedió. Esto se debe a la educación rígida de la familia, escuela o medio social, cargados de normas regidas por el miedo al castigo.

La culpa crea muchas frustraciones porque tenemos una idea irreal de nuestra propia capacidad y de los demás. Según la psicóloga clínica Carmen Díaz Navarro, “las personas que tienden a culparse a sí mismas de todo son demasiado exigentes y viven pendientes del castigo que pueda caerles encima”.

Respecto a la culpa que puedas sentir por los demás, plantéate si eres responsable de las vidas ajenas, porque cada quién debe asumir sus responsabilidades. Permitir a las otras personas vivir su vida nos permite vivir la nuestra del mismo modo, con libertad y responsabilidad. Quienes viven a nuestro alrededor van a desarrollarse incluso a pesar de nosotros y sin nuestra ayuda. Uno no tiene toda la responsabilidad en lo que a otros les suceda.

Combate el sentimiento de culpa

La psicóloga clínica aconseja varias cosas:

1. Cultiva tu sentido de la realidad y acepta qué capacidades tienes tú y cuáles tienen los demás para dejar de culparte a ti misma de todo lo que sucede.

2. Toma en cuenta las observaciones de las personas que más te quieren y así determinarás la verdadera causa de los conflictos, aprenderás de tus fracasos y evitarás mejor no volver a cometer los mismos errores.

3. Identifica los errores y sus causas. Asume tu responsabilidad si te corresponde y toma medidas para evitar volver a tropezar con la misma piedra.

4. Culparte es encadenarte a lo que ocurrió en el pasado y esto te lleva a la ansiedad y depresión. Acepta tus errores sin sentirlos como un fracaso definitivo y paralizante, sino como una oportunidad de aprendizaje, de qué cosas están bien y cuáles no.


12 de mayo de 2009 (agencias)