sábado, 16 de mayo de 2009

Bienvenida al club de las solteras

¿Quién dijo que una mujer necesita estar en pareja para divertirse? Seguramente, alguien con una alianza en su mano izquierda y muchas ganas de revivir sus tiempos de soltería... En el fondo, quien dice eso se muere de envidia de las infinitas posibilidades que existen para quienes todavía no dimos el sí. “Tanto las solteras como las recién separadas tienden a usar el tiempo para dedicarse a sí mismas y a satisfacer sus gustos personales”, explica la psicóloga Beatriz Goldberg, autora de Soy mujer, ¿y qué? Por eso, la próxima vez que una representante del equipo rival se despache hablando de tu soledad, en lugar de desarmarte y pensar en todo lo que ella tiene, levantá la cabeza y recordá que el mundo es: ¡todo tuyo! y, retrucale: “Antes de atarme, yo quiero divertirme un poco más”. A continuación, 25 beneficios exclusivos de las chicas Cosmo sin ataduras:

Gastar en el shopping hasta cansarte

¿Acaso existe un programa mejor que salir de compras con tus amigas? “Jamás tuve un novio que disfrutara de pasar un sábado a la tarde así”, cuenta Marina*, una nutricionista de 26 años. ¿Ya notaste que las casadas que van al shopping se la pasan en el cine o en el patio de comidas? En cambio, las chicas sin marido podemos hacer lo que se nos dé la gana: estar indecisas durante dos horas, entrar y salir de los locales, e incluso, ¡no comprar ni siquiera un par de aros!

Seguir sólo tu propia voluntad

“Estar solo también significa no tener que renunciar a nada en función de otro y seguir un proyecto individual sin necesidad de torcerlo”, afirma Goldberg. O sea: podés hacer, realmente, lo que se te cante. “Cuando no necesitás el aval o la concordancia de nadie para trazar tu propio camino, llegás a conocerte mucho mejor”, asegura la psicóloga. ¡Sos tu prioridad!

Producirte para matar

Sí: sos vos y sólo vos la que elige la ropa, los accesorios, el esmalte de uñas y el color de pelo sin preocuparte por el visto bueno de nadie. “Recién ahora que estoy soltera nuevamente puedo ponerme una mini o un escote y sentirme bien con ellos, sin que nadie me esté celando”, dice María Eugenia, una empleada administrativa de 29 años.

Comprar algo caro sin culpa

Ya que el dinero que ganás es todo tuyo, podés gastarlo como se te antoje (dentro de tus posibilidades, claro). Si querés, destrozá la mitad de tu sueldo en esos stilettos que tanto te gustan o en cualquiera de los equipos top de la temporada, y después pasate todo el mes a pan y agua, ¡pero contenta! “La independencia financiera te da un sentimiento de seguridad personal porque no tenés que negociar ni rendirle cuentas a nadie”, asegura la psicóloga Angelina Avolio.

Tener el dominio del control remoto

Es tu única oportunidad de hacer uso y abuso del aparatito, sin guerras de por medio. Es ahora o nunca: mirá tooodas las series que quieras, date el gusto de alquilarte un dramón y llorar mientras comés chocolates. “Siempre discutía con mi ex cuando íbamos a alquilar pelis. ¡Era desgastante! Ahora no preciso bancarme por quinta vez Pelotón, puedo pasarme horas mirando Sex and the City”, apunta Cristina, una arquitecta de 30 años.

Salir a cualquier hora de la noche

De repente, a las tres de la mañana te llama una amiga para que la acompañes a una fiesta. ¿Por qué no? Sólo las solteras tenemos la ventaja de poder saltar de la cama, ponernos nuestro mejor vestido y embarcarnos en una aventura como ésta sin tener que dar cuentas a nadie. “Si la fiesta resulta un bodrio, puedo reírme de la desgracia con mi amiga e idear otro plan sobre la marcha”, comenta Gisela, una productora de modas de 26 años.

Vivir sola

Implica mucho más que la libertad de andar por la casa con una máscara de pepinos en la cara sin que nadie se espante. “Aconsejo a todas mis amigas pasar por esa experiencia antes de convivir con sus parejas. Yo lo hice un año y medio antes de casarme. Era buenísimo llegar a casa a cualquier hora, invitar amigas y que pudieran quedarse a dormir”, cuenta Renata, una dentista de 28 años.

Probar diferentes tácticas de seducción

Una de las principales ventajas de atravesar una etapa freelance es poder seducir sin compromiso y coleccionar historias para contarles a tus amigas. “Además, podés practicar con diversos tipos de hombres para ver cuál va mejor con vos. Eso te dará más criterio para tus futuras elecciones”, explica Goldberg.

Descubrir lo que te gusta en la cama

Para aprender cómo tu cuerpo reacciona a los estímulos eróticos es preciso experimentar, ¿no? Dedicate a explorar todas las posibilidades, sola o acompañada. Así, cuando encuentres al hombre de tus sueños, podrás deslumbrarlo con todo lo que aprendiste.

No hacer nada

Podés pasarte todo el sábado tirada patas para arriba, pensando sólo en vos, sin culpa... “Siempre me peleaba con mi novio porque él no era capaz de entender mi necesidad de pasar un día entero sin hacer nada de nada”, cuenta Marina, una enfermera de 29 años. Lo único que necesitás para desconectarte del mundo, cuando estás soltera, es cerrar la puerta de la habitación y apagar el celular. Las amigas entienden ese tipo de aislamiento muchísimo mejor que los hombres.

Tardar horas en looquearte

Las mujeres comprometidas no pueden darse ese lujo, a no ser que estén dispuestas a bancarse la mala cara del que las espera para ir a esa cena taaan importante. Las solteras también pueden reclamar −sin censura− que no tienen nada para ponerse y, además, ¡usarlo como excusa para comprarse otro vestido!

Mimarte cuanto quieras

Sólo las solteras pueden tomarse un fin de semana entero de belleza y relax sin tener que apurarse porque tienen un compromiso de a dos. “¿Te imaginás un domingo sin correr para llegar a tiempo al almuerzo en lo de tussuegros?”, les pregunta siempre Patricia, una publicista de 32 años, a sus amigas casadas.

Aceptar todas las invitaciones

Las chicas dueñas de sí mismas no precisan suspender el asado en casa de un amigo con decenas de candidatos solteros como ellas para ir a comer pastas con los tíos de su pareja. “Estoy mucho más receptiva a los eventos que surgen, porque no estoy atada a los compromisos del otro”, cuenta Mariana, una abogada de 35 años.

Olvidarte de la cera

“Si me da fiaca depilarme, puedo dejarlo pasar un día, dos, tres...”, dice Fernanda, una profesora de inglés de 26 años.

Exhibir las conquistas amorosas

Si estás aburrida un sábado lluvioso, podés seleccionar tus mejores fotos y armar un mural con todos los bombones con los que estuviste en otros momentos. Total, hay cero peligro de provocar un escándalo en casa.

Saber que nadie te traiciona.

Pensalo: ¿Qué mujer que esté en pareja no se sintió alguna vez insegura sobre la fidelidad de su amado? Sólo una soltera puede afirmar: ”Soy de todo el mundo y todo el mundo es mío”.

Organizar un viaje de último momento

Es sábado y hay un sol radiante. Pertenecer al grupo de las afortunadas te permite armar una escapada en un abrir y cerrar de ojos. “Me levanté temprano, llamé a mis amigas, nos subimos al auto y en tres horas y media estábamos tomando sol en Pinamar”, recuerda Mariela, una veterinaria de 28 años.

Explorar mundos desconocidos

¿Qué tal recorrer caminos que todavía no transitaste? Por ejemplo, haciendo un curso que nunca antes habías pensado en tomar: italiano, danzas árabes, fotografía... “Cuando me peleé con mi novio quería ocupar mi tiempo, así que me puse a estudiar flamenco. Ahora es mi pasión”, cuenta Andrea, una empleada administrativa de 27 años. Para Avolio, “la libertad de actuar por cuenta propia posibilita que la mujer genere sus propias historias, descubra y experimente nuevos intereses”.

Dejarte piropear

“Me encanta producirme y estar linda para varios hombres en lugar de para uno solo”, asegura la diseñadora Paula, de 27 años. Además −como las compras−, los piropos son un ascensor para tu autoestima. Incluso, los que son un poco zarpados... Ah, y no te olvides de histeriquear a diestra y siniestra. Después de todo, ¿qué te lo impide?

No tenés que gustarle a tu suegra...

...ni a nadie de una familia, digamos, postiza. Las solteras estamos libres del bautismo del primito del novio o de calzarnos los tacos un domingo para ir al cumple número 80 de su tía abuela. Concentrarte en el trabajo ¿Querés quemarte las pestañas día y noche para presentarte a ese concurso que se va a ver bárbaro en tu CV? ¿Te gustaría irte a trabajar al exterior? ¿O sacarte de encima esa materia que todavía tenés colgada? ¡Adelante! Una vez más, ahora es el momento.

Ir a bailar

Porque, entre nosotras, ellos no saben nada de este tipo de programa. Es decir, la mayoría va a bailar pero no para bailar, sino para “pescar” alguna chica que le interese. Los comprometidos, en cambio, prefieren los sillones del vip. “Me encanta la marcha, pero me pone loca estar en un boliche y tener que lidiar contra los que te quieren levantar todo el tiempo. Yo sólo quiero divertirme por las mías”, se queja Alina, una public relations de 27 años.

Charlar con amigas hasta perder la noción del tiempo

Los ítems que nunca faltan: lo que se va a usar en el verano, Brad Pitt (haga lo que haga), la noche alucinante que pasaste con tu última conquista... ¿No es un placer poder pasar la tarde charlando con ellas de cualquier cosa?

Tener un millón de amigos

Aprovechá que estás en esa etapa en la que te podés cruzar con un conocido en la calle y quedarte horas chusmeando sin que nadie te tironee del brazo. Las solteras, generalmente, estamos más disponibles y abiertas a encontrar gente interesante. “Es una experiencia muy enriquecedora porque nos obliga a conocer puntos de vista y conceptos diferentes de los nuestros”, agrega la Avolio. “Así, ampliamos nuestros horizontes”. Comer de todoSí, incluso ajo y cebolla. .

* Para preservar la privacidad de los testimoniantes se cambiaron algunos nombres.
TEXTO: KARINA HOLLO Y CAROLINE D’ESSEN. COSMOPOLITAN