jueves, 24 de junio de 2010

Un nuevo horizonte para el cancer

Cada año, el congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO, según sus siglas en inglés) genera mucha expectativa debido a que allí se presentan las terapias y los nuevos tratamientos relacionados con el cáncer y su biología. ASCO 2010 se llevó a cabo en el Mc Cormick Place de la ciudad de Chicago, entre el 3 y el 8 de junio. Reunió a más de 30 mil profesionales de la salud y el tema de este año fue “el avance cualitativo a través de la innovación”.
“Nuestra creciente comprensión de los complejos comportamientos del cáncer está siendo traducida en mejores y más certeras drogas contra una gran variedad de tumores”, declaró el Dr. Douglas W. Blaney, presidente de la 46ª reunión de ASCO, profesor de medicina y director médico del Comprehensive Cancer Center en la Universidad de Michigan. Y agregó: “Estamos desarrollando tratamientos cada vez más personalizados para todas las edades y los tipos de cáncer, aprendemos cómo usar estos tratamientos para que sean cada vez más eficaces e identificamos nuevas formas para ayudar a los pacientes a vivir más tiempo con una mejor calidad de vida”.

Este año se destacaron dos novedades relacionadas con el cáncer de ovario. Una fue la presentación del nuevo uso de una droga que resultó eficaz contra el cáncer de ovario. “Este es el primer adelanto trascendental relacionado con el cáncer de ovario desde hace quince años”, le aseguró a Para Ti el Dr. Enrique Díaz Cantón, oncólogo de FUNDALEU y del CEMIC. El de ovario es el tercer cáncer ginecológico más común, luego del de mama y de cuello de útero, pero es el más difícil de tratar ya que el 65% de los casos es detectado en forma tardía y en estadíos avanzados. Cada año afecta a 230 mil mujeres en todo el mundo, de las cuales mueren 140 mil. En Argentina, el estadío más común en el momento del diagnóstico es el III y el IV (el I es el estadío primario, y el IV el más avanzado).

Según la Asociación Argentina de Ginecología Oncológica aproximadamente 3 de cada 4 casos se diagnostica cuando ya están avanzados y el pronóstico es severo: el 80% muere en un plazo de cinco años. Por eso, entre los datos más prometedores de este congreso, se destacó el estudio sobre la nueva aplicación de una terapia biológica ya utilizada en otro tipo de tumores (colorrectal, mama, pulmón de células no pequeñas y riñón) que es eficaz para retrasar la progresión de la enfermedad. Robert Burger, investigador de Grupo Oncológico Ginecológico (GOG) llevó adelante el estudio (denominado GOG 0218) y el fármaco en cuestión es el anticuerpo monoclonal bevacizumab (cuyo nombre comercial es Avastin, fue desarrollado por el laboratorio Roche y ya se aplica en otros cánceres desde hace cinco años).

Esto puede cambiar las pautas de tratamiento ya que “es la primera vez que un agente antigiogénico consigue mejorar la supervivencia libre de progresión de esta enfermedad tan difícil de tratar”, comentó el Dr. Burger. “Esta droga inhibe la vascularización de las células tumorales (este es el proceso de angiogénesis, el cual permite el crecimiento de los tumores) en combinación con quimioterapia dada en forma recurrente y secuencial en pacientes que ya habían sido operadas en cáncer de ovario en estadíos avanzados. Lo que se vio fue que el uso del bevacizumab disminuyó la posibilidad de progresión, lo cual es altamente significativo”, explicó el Dr. Díaz Cantón.

“Es una droga muy promisoria porque ataca el mecanismo que tiene el tumor para poder crecer: la angiogénesis”, aseguró la Dra. Liliana Zamora, oncóloga clínica del Servicio de Ginecología del Hospital Italiano, quien también participó de ASCO. Y explicó: “Los tumores tienen la capacidad de producir un agente que es el Factor de Crecimiento Endotelial Vascular (VEGF), una proteína clave para que se produzca la angiogénesis, es decir, crezcan en forma desmedida los vasos sanguíneos que alimentan el tumor. El bevacizumab frena este mecanismo”.

Uno de los acontecimientos críticos necesarios para que se produzca la metástasis cancerosa es el crecimiento de una nueva red de vasos sanguíneos (angiogénesis). La metástasis es la capacidad de las células cancerosas de penetrar en los vasos sanguíneos y linfáticos, circular por el flujo sanguíneo, y luego invadir otros tejidos sanos y crecer. El VEGF es una proteína que, si bien posee muchos efectos beneficiosos para el organismo, ante la presencia de un tumor se transforma en su aliado cumpliendo un rol fundamental en la generación de nuevos vasos sanguíneos que transportan nutrientes y oxígeno para la progresión del desarrollo tumoral.

En el cáncer de ovario, los niveles elevados de hormona leuteinizante y hormona estimulante del folículo (hormonas que se activan con cada ciclo menstrual y regulan el ciclo ovulatorio), incrementan la expresión de VEGF y contribuyen a la angiogenésis de la enfermedad.

En el estudio participaron un total de 1.873 mujeres, con una edad media de 60 años, que padecían cáncer de ovario en la fase más avanzada (N. de R.: toda droga nueva se comienza a estudiar en los casos clínicos más avanzados para después llegar a los iniciales), con metástasis o carcinomatosis peritoneal. Se dividió a las pacientes en grupos: unas recibieron quimioterapia sola, y otras, combinada con bevacizumab. Estas últimas vivieron en promedio 14,1 meses sin que el cáncer creciera comparado con los 10,3 meses que tuvieron las mujeres que sólo recibieron quimio. Se concluyó que aquellas que recibieron el tratamiento combinado tuvieron una mejora del 39% en la sobrevida libre de progresión (se llama así al tiempo que transcurre sin que progrese la enfermedad). De esta manera se demostró que Avastin es la primera terapia que resulta ser beneficiosa en el cáncer de ovario.

“El tratamiento combinado con bevacizumab y doble quimioterapia con carboplatino y paclitaxel, seguido de un tratamiento de mantenimiento con bevacizumab en monoterapia, prolonga la supervivencia sin progresión en las mujeres con cáncer avanzado de ovario sin tratamiento previo, en comparación con sólo la doble quimioterapia con carboplatino y paclitaxel. El estudio GOG 0218 es el primer ensayo de fase III con un antiangiógeno para el cáncer avanzado de ovario que satisface el criterio principal de eficacia. Los resultados obtenidos ponen de manifiesto la importancia de continuar el tratamiento con bevacizumab después de haber completado el tratamiento de inducción con este fármaco y quimioterapia en este tipo de cáncer”, señala un comunicado del laboratorio Roche.

Ahora falta esperar que los organismos de control y regulación de medicamentos (la FDA –la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos–, la EMEA –Agencia Europea de Medicamentos–, y en Argentina, el ANMAT –la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica–) aprueben este nuevo uso del bevacizumab –que ya fue aprobado anteriormente para otros tipos de cáncer– para que pueda comenzar a aplicarse en pacientes. Un gran avance teniendo en cuenta que muchas de las mujeres con cáncer de ovario avanzado pueden presentar un pronóstico complicado con metástasis en otros órganos como hígado o pulmón. Hasta el momento, en estos casos la cirugía no resulta del todo efectiva y es necesario pasar a un tratamiento de quimioterapia; por eso, el Avastin –la primera terapia biológica que permite mejorar el pronóstico– resulta tan prometedor.

SCREENING ALENTADOR. La detección temprana del cáncer de ovario permite mejorar la sobrevida de la paciente, pero sólo el 20% de los casos se diagnostica en estadíos tempranos debido a que los síntomas no son claros y a veces suelen confundirse con otras enfermedades. La sintomatología más común es inflamación abdominal, dolor en la pelvis o en el abdomen, dificultad para ingerir alimentos o sensación de rápida satisfacción al comer, micción frecuente, cansancio, problemas estomacales, dolor de espalda, molestias durante las relaciones sexuales, estreñimiento y cambios en la menstruación. Por esta sintomatología difusa y confusa, y con la falta de tests diagnósticos de rutina (sólo se indica una ecografía transvaginal con tacto ginecólogico), este tipo de cáncer se confirma cuando ya ha avanzado bastante. “A veces las pacientes son muy estudiadas y, sin embargo, no se les detecta la enfermedad, por eso es muy importante escuchar a la paciente, interpretar sus síntomas y hacer un buen examen clínico”, sostiene la Dra. Zamora. Hoy las herramientas de screening para detectar cáncer de ovarios no son muy efectivas.

Sin embargo, en ASCO se presentó un test para mujeres postmenopáusicas, sin factores de riesgo, que mide los niveles de CA-125 (una proteína que se eleva en mujeres con cáncer de ovario) combinado con la edad de la paciente y analizado mediando un modelo matemático llamado Algoritmo de Riesgo de Cáncer Ovárico (ROCA, según sus siglas en inglés). “Más del 70% de los casos de cáncer de ovario son diagnosticados cuando están en estadíos avanzados, por lo que descubrir un screening confiable sería como hallar el Santo Grial”, declaró la Dra. Karen Lu, del Centro de Cáncer MD Anderson de la Universidad de Texas y autora principal del estudio que evaluó la efectividad de este test. “El algoritmo ROCA representa otro ejemplo de la medicina personalizada”, afirmó Blayney. Sin embargo se calcula que hasta el 2015 no va a poder ser utilizado como examen de rutina.

“El estudio es un paso adelante, ya que los niveles del marcador CA-125 en sangre pueden ayudar a detectar el cáncer de ovario. De ser confirmado con estudios más amplios (se está llevando a cabo en Inglaterra con 200 mil mujeres), podría ser una herramienta útil y relativamente barata para detectar esta enfermedad en sus estadíos más curables”, comentó Lu. El estudio involucró a 3.238 mujeres de entre 50 y 74 años, sin historia familiar de cáncer de ovario ni mama, y reveló una especificidad del 99,7%. Las mujeres comenzaron a hacerse el análisis de sangre cada año. Si indicaba bajo riesgo, se le volvía a hacer al año siguiente; si los niveles estaban elevados, se le repetía el examen a los tres meses; y si el riesgo resultaba más alto, se les indicaba una ecografía transvaginal y de acuerdo al resultado, se le indicaba o no una cirugía. A lo largo de los nueve años que llevó el estudio, ocho de las 3.238 mujeres fueron sometidas a la cirugía ya que se les detectó el cáncer de ovario en estadío temprano. El estudio del marcador tumoral CA-125 ya se aplica en nuestro país para los casos de mujeres con factores de riesgo (antecedentes familiares de cáncer de ovario, edad avanzada, no haber tenido hijos) y sospecha de la enfermedad.

Sin embargo, “este marcador puede elevarse debido a otras causas que no están relacionadas con cáncer de ovario, o, a veces, la paciente puede presentar la enfermedad y no tener elevado este marcador. Es frecuente que este estudio dé falsos positivos”, afirma la Dra. Zamora. Por eso es muy importante, el tacto ginecológico, la ecografía transvaginal y un buen examen clínico. Hacía 15 años que no había novedades para tratar el cáncer de ovario, una enfermedad con mal pronóstico ya que se detecta tarde. El nuevo uso de bevacizumab que demostró que extiende el tiempo de sobrevida y el nuevo screening que podría estar disponible en cinco años son, decididamente, buenas noticias que prometen, en un futuro cada vez más cercano, salvar la vida de miles de mujeres.
Textos Daniela Fajardo (enviada especial a Chicago).
fuente: para ti