miércoles, 28 de abril de 2010

Un método "cero invasivo" para reducir grasa ya se aplica en el país

En ocho sesiones de no más de 20 minutos, el I-lipo estimula las funciones naturales del cuerpo y disminuye adiposidades localizadas, que son drenadas al torrente circulatorio, donde serán usadas como fuente de energía en una sesión de actividad física, que se debe realizar inmediatamente después.

Complementado con dieta y ejercicio, este sistema -que ya se encuentra en la Argentina- elimina grasas locales por estimulación de funciones naturales de las células mediante un haz de luz láser visible.

En la evolución de la medicina estética, lo que hasta hace poco era considerado "poco invasivo" es superado por los tratamientos "cero invasivos". La búsqueda permanente por mejores resultados parece haber dado una "vuelta de tuerca" con la aparición de los procedimientos que estimulan las funciones naturales del cuerpo.

Con este concepto, una nueva y eficaz técnica para la reducción de grasa corporal llegó a la Argentina.

Este nuevo procedimiento "cero invasivo", posibilita entre otras cosas, disminuir adiposidades localizadas de manera que puede medirse con el centímetro después de cada sesión. Funciona a través de mecanismos totalmente naturales, sin secuelas, sin destrucción ni pérdida de tejidos y –por este motivo- sin efectos adversos de acuerdo a reportes de dos años de experiencia clínica en países como Canadá, Gran Bretaña, Alemania, Francia o España.

La buena noticia se denomina I-lipo y ya se usa en la Argentina. Se basa en un dispositivo de tecnología láser de diodo de baja potencia de 650 nanómetros. Este equipo emite un haz de luz roja visible de baja potencia que actúa selectivamente, a un centímetro y medio por debajo de la superficie de la piel, donde se encuentran las células del organismo encargadas de almacenar grasas, llamadas adipocitos.

El láser se aplica en sesiones de no más de 20 minutos en total -incluyendo la preparación y el ajuste- a través de cuatro pads que se sujetan al cuerpo en la zona que se desea tratar (el abdomen, los muslos o los brazos) mientras la persona está cómodamente acostada sin sentir la menor molestia. Este tratamiento localizado incluye ocho sesiones en total (dos veces por semana durante un mes) y permite tratar posteriormente otra zona después de 15 días de descanso.

Apenas una sesión de gimnasia después de cada aplicación -y desde luego adquirir este hábito, junto con el de una buena dieta- complementa este tratamiento, para el que el término "período de recuperación" pasó a ser sencillamente cosa del pasado.

Totalmente natural
"Muchos otros láseres actúan por efecto calórico, como los usados para quitar telangiectáceas (arañitas) o para depilación -explicó el doctor Ricardo Hoogstra, especialista en cirugía plástica y reparadora, docente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y director de la Clínica de Estética Facial y Corporal-. Este es nuevo y diferente, porque actúa por fotobiomodulación".

¿En qué consiste? A diferencia de otras técnicas de reducción localizada –tanto invasivas como la lipoaspiración, o menos invasivas como la ultra-cavitación–, I-lipo no elimina las células adiposas, ni las destruye, sino que activa la función natural de los orgánulos con que las propias células proveen al cuerpo de energía cuando éste la necesita. "La tendencia es dar buenos resultados siguiendo los mecanismos fisiológicos naturales del organismo, mediante estímulos externos como el laser. Al recibir la estimulación lumínica localizada, las mitocondrias del adipocito liberan una enzima llamada lipasa, y esta transforma los triglicéridos que contiene la célula, que son grasas pesadas, en ácidos grasos y glicerol", explicó Hoogstra, quien es además jefe de Cirugía Plástica del Hospital José M. Penna de la Ciudad de Buenos Aires y miembro de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica (SACPER), de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires y de la American Society of Plastic Surgeons.

Menos riesgos, más resultados
Luego de esta licuefacción, los lípidos de la célula salen de ella y son drenados al torrente circulatorio, donde serán usados como fuente de energía en la próxima sesión de actividad física. "Lo novedoso es que este procedimiento actúa sólo a nivel fisiológico, por lo que podemos lograr resultados sin producir daño, cuando otros métodos que se consideraban hasta ahora no invasivos en realidad destruyen tejidos y liberan grasas sin transformar", remarcó el profesional. Esto último podría poner en compromiso órganos vitales como los riñones o al hígado.

Otra de las desventajas de métodos anteriores al I-lipo sería que extraer adipocitos hace que cuando ingresen nuevamente grasas al organismo, no encuentren células donde alojarse y terminen rellenando el espacio intrabdominal, generando insulinorresistencia, una fuerte predisposición a la diabetes y otras complicaciones metabólicas que con I-lipo no aparecen.

Estudios histopatológicos realizados en Gran Bretaña y España mediante escaneo por microscopía muestran una significativa reducción de los adipocitos tras el tratamiento con este tipo de láseres. De 20 pacientes tratados en la región abdominal para el estudio inglés en 2008, nueve alcanzaron una reducción total de entre 4 y 6 centímetros en una sola sesión; uno alcanzó a reducir más de 12 centímetros, y el resto, entre 2,5 y 9 centímetros.

No sólo no se produce flaccidez en la zona tratada al desaparecer la adiposidad, sino que, al contrario, las células de la piel poseen una capacidad retráctil que hace que al disminuir la adiposidad subyacente, e incluso mejore la tonicidad de la zona tratada.

La importancia del ejercicio
Técnicamente, el nuevo dispositivo funciona como una herramienta capaz de seleccionar el área de donde el organismo extraerá energía la próxima vez que se desarrolle una actividad física de moderada a intensa. "Esto es muy útil, ya que hay pacientes que necesitan adelgazar alguna áreas más que otras –señala el especialista–. Para adelgazar los muslos o el abdomen era preciso que adelgazara también la cara o las manos. Ahora esta tecnología permite enviar sólo a determinadas células la información necesaria para liberar ácidos grasos".

No es, desde luego, una solución mágica: complementa, potencia y, de algún modo, dirige la acción de aquello que determina el equilibrio y el consumo de las grasas en el organismo: la dieta y la actividad física. "De hecho, el tratamiento incluye un programa de dieta previo, alto en proteínas y bajo en hidratos de carbono, para que el cuerpo consuma inmediatamente los ácidos grasos liberados por la estimulación con láser –explicó la licenciada Ana Clara Garavano, nutricionista de la Clínica de Estética Facial y Corporal–. Y por eso después de cada sesión el paciente ingresa al gimnasio, donde realizará unos 50 minutos de actividad física supervisada y específica".

"Es que el tratamiento es tan poco invasivo que al salir de la sesión el paciente podría ir a trabajar, seguir su vida normal y olvidarse del ejercicio necesario para quemar las grasas y que el tratamiento le dé el resultado que espera –remarca Hoogstra–. Es una forma de ayudarlo a comprometerse con el tratamiento y responsabilizarnos de que éste logre su mayor eficacia posible".

Por esta razón, el resultado de un electrocardiograma y un chequeo de aptitud física previos terminarían siendo prácticamente las únicas limitaciones para la aplicación de esta técnica no invasiva.

Presente y futuro
El resultado, señala la nutricionista, "siempre va a depender de cada paciente, de cuánto necesite reducir y del compromiso que ponga en el tratamiento". Hoy existen en el mundo más de 200 clínicas de tratamiento con I-lipo, donde se replica y aún mejora los resultados obtenidos en los estudios guía. En cada sesión, el láser libera unas 250 calorías, que son las que se consumen a lo largo de unos 40 minutos de ejercicio. Si se liberaran más, la sesión de gimnasia no alcanzaría para eliminar los ácidos grasos producidos.

El láser de baja potencia también produce un efecto estimulante sobre las mitocondrias de los ganglios linfáticos, lo cual a la vez favorece el drenaje de los ácidos grasos y su disponibilidad en el aparato circulatorio. Y con ello, ayuda a mejorar los resultados.

"No vi ningún otro tratamiento capaz de obtener esta reducción localizada en un mes; esto potencia enormemente el efecto de las dietas y de los efectos combinados entre dieta y ejercicio", remarca la licenciada Garavano.

Hasta ahora se han tratado pacientes hombres y mujeres, de entre 18 y 80 años de edad. "Desde hace unos quince años, la tendencia mundial se da hacia lo tecnológico con más resultados, menos costo físico y mejor recuperación; y así hemos llegado a un sistema que da resultados y que no produce daños –sintetiza el doctor Hoogstra–, con lo cual estoy seguro de que por aquí pasa el futuro de los tratamientos no invasivos". Las imágenes de los pacientes antes y después del tratamiento parecen confirmar este pronóstico.

martes, 20 de abril de 2010

Cuando el miedo no deja vivir

La conocían como el mal de fin de siglo, pero lejos de despedirse con los fuegos artificiales que marcaban el final del mileno, la ansiedad se puso cómoda y se aventuró al siglo XXI con más energía que antes. Como una pelota de nieve que se hace cada vez más grande, a fines de 2001 atacó con fuerza, asistida por los saqueos, el corralito y los escandalosos índices de desempleo. La inseguridad, los secuestros y los problemas económicos se pusieron de su lado y embistieron contra los argentinos con toda su furia. A esto se sumó que, en un mundo cada vez más globalizado y acelerado, las guerras y los atentados angustiaron hasta a los habitantes de Alaska, y la amenaza terrorista invisible preocupó, incluso, a los pobladores de comunidades rurales en la Patagonia argentina. Desesperados, desorientados, sentimos sus síntomas y corrimos en busca de ayuda. Le pusimos muchos nombres: “angustia”, “crisis de pánico”, “fobias”. Sin embargo, se agrupan bajo un común denominador conocido como trastornos de ansiedad. Les hicimos la guerra y ganamos algunas batallas, pero la ansiedad, como enfermedad, también ganó otras cuantas. Todavía nos asalta a la vuelta de cada esquina, en cada examen y cada entrevista laboral, en cada decisión difícil y cada intento frustrado. Culpa de los genes o de las circunstancias, algunos la sufren más que otros. “En la Argentina, estamos rodeados de mecanismos ansiógenos: la inseguridad, los secuestros, el corralito, los piquetes, el desempleo... Desde el 2002, las consultas psiquiátricas aumentaron en forma exponencial”, asegura el doctor Alfredo Cía, presidente de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad y coordinador de la sección de Trastornos de Ansiedad de la Asociación Psiquiátrica de América Latina.
Los transtornos de ansiedad asaltan sin razón aparente y de manera imprevista. La buena noticia es que, según parece, hay remedio, y que, con ayuda y tratamiento, se puede seguir peleando.

Una batalla ganada
Pasaron 5 años entre que Alicia Yebra sufriera su primer ataque de pánico y que su enfermedad fuera diagnosticada correctamente. En el medio, Yebra deambuló por cardiólogos, traumatólogos, ginecólogos, psicólogos y psiquiatras, sin que nadie pudiera explicarle por qué sentía lo que sentía. Los ataques empezaban con taquicardia y sudoración. Se ponía nerviosa, tenía miedo y comenzaba a hiperventilarse. Sentía que se moría. Que esa vez era la definitiva. Poco a poco fue cambiando de hábitos. Trataba de evitar situaciones o lugares que no tuvieran una salida accesible, así como aquellos en donde había sufrido una crisis. Así, dejó de ir al banco (uno de los primeros ataques le había ocurrido haciendo la cola para pagar una cuenta), dejó de tomar subtes y colectivos, y hasta le empezó a costar alejarse más de 5 cuadras de su casa. Vivió 5 años en este infierno, hasta que una tarde una entrevista por televisión le cambió la vida. El doctor Oscar Carrión, presidente de la Fundación Fobia Club, explicaba las características de un ataque de pánico y Yebra notó de inmediato que los síntomas coincidían con los suyos. Le tomó 6 meses animarse a ir a su primera reunión en el Fobia Club, y sólo 3, recuperarse totalmente. Ya no había más ataques.

Conocer al enemigo
Aunque parezca increíble, el proceso por el que pasó Yebra hasta ser diagnosticada es bastante similar al proceso que atraviesan muchos de los pacientes que sufren de ataques de pánico. Según el doctor Cía,“los pacientes tardan un promedio de 7 años hasta lograr que alguien identifique lo que les pasa. En general, llegan al consultorio después de haber visitado 10 médicos, 2 psicólogos y hasta un par de brujos”, explica Cía. “El pánico, desde el punto de vista psiquiátrico, es una vivencia de miedo o terror intenso, con sensación de descontrol, desmayo o muerte inminente, que se presenta súbitamente en individuos predispuestos”. Después de las primeras crisis de pánico, el paciente empieza a sentir lo que los especialistas denominan ‘ansiedad anticipatoria’, o ‘miedo al miedo’. “Hoy me puede agarrar”, piensa el paciente. “Al pánico lo llevás a todas partes”, cuenta el doctor Gustavo Bustamante, vicepresidente de la Fundación Fobia Club. “Va con vos al shopping, al banco, a buscar a los chicos al colegio y te acompaña hasta en tu casa”. De a poco, el paciente comienza a evitar todas las situaciones que relaciona con la aparición de los síntomas. Si sufrió los primeros ataques en un colectivo, por ejemplo, empieza a preferir un taxi. Y si los sufrió en un shopping, trata de evitar los espacios cerrados, con mucha concentración de gente. Se convierte, gradualmente, en una persona más y más dependiente. Necesita ir acompañada a todas partes y restringe su mundo a un espacio cada vez más reducido. “Algunas personas llegan a no poder salir de su casa, otras viven en una prisión imaginaria”, explica el doctor Enrique Suárez, fundador de la Fundación FOBI. A este proceso, los especialistas lo denominan ‘agorafobia’ y coinciden en que los pacientes que sufren ataques de pánico llegan, casi invariablemente, a desarrollarla en algún grado. “Se ve en 9 de cada 10 pacientes con ataques de pánico”, asegura Cía.

Estrategias para enfrentarlo
Por presentar síntomas muy parecidos a un ataque cardíaco, muchas personas comienzan por visitar a un cardiólogo después de sufrir la primera crisis de pánico. Es más, según Bustamante, “el 33 por ciento de las consultas por dolores precordiales tienen que ver con factores atribuibles a la ansiedad”. Sin embargo, antes que nada, es necesario descartar la posibilidad de una patología cardíaca. Después, una vez que se determinó esto, ¿cómo saber que se trata efectivamente de un trastorno de pánico? “Lo que hacemos es un diagnóstico multidimensional”, explica Bustamante. “Consiste en realizar estudios bioeléctricos (por ejemplo, un mapeo cerebral), estudios biológicos (cómo medir las concentraciones de ciertos neurotransmisores en el cerebro) y entrevistas clínicas y de personalidad con el paciente”.
El tratamiento comienza con la psico-educación, que tiene que ver con explicarle al paciente, y a su familia, qué es lo que le pasa y por qué le sucede. Aunque los especialistas difieren en cuanto a quién y cómo medicar, todos coinciden en que, en la mayoría de los casos, la medicación es necesaria, por lo menos durante los primeros meses o el primer año de tratamiento. Se utilizan benzodiacepinas y antidepresivos. “Investigaciones internacionales demostraron que el tratamiento farmacológico resulta efectivo en un 75 u 80 por ciento de los casos”, cuenta Cía. La medicación debe ir acompañada de una terapia con un psicólogo o psiquiatra, porque casi todos los pacientes con ataques de pánico generalmente desarrollan fobias de orden psicológico. La recuperación nunca es del ciento por ciento, en el sentido de que una vez que ocurrió un primer ataque, siempre está el riesgo de que vuelva a ocurrir. Sin embargo, según Cía, “entre el 30 y el 40 % de los pacientes no vuelve a presentar síntomas después de terminado el tratamiento”. Otro 30 %, volverá a tener síntomas residuales (sin llegar al ataque) y el resto solo tendrá recaídas.

¿A quiénes ataca?
Según la Organización Mundial de la Salud, unos 450 millones de personas padecen algún tipo de trastorno mental en algún momento de su vida. También hay cifras que evidencian que una de cada 30 personas sufre de trastornos de ansiedad. En la Argentina no existen estadísticas al respecto. Los síntomas aparecen en general entre los 25 y los 35 años, y es mucho más común en las mujeres que en los hombres (de cada 4 personas con pánico, 3 son mujeres). “En nuestra sociedad, a los 25 años una persona comienza a asumir un rol adulto, se va a vivir solo o en pareja y se independiza económicamente”, explica Cía. Este momento de cambio produce una situación de mucha tensión que podría servir como caldo de cultivo para un trastorno de ansiedad. ¿Qué factores contribuyen al desarrollo de la enfermedad? Según Cía, un 30 % dependería de factores genéticos, mientras que el resto tendría que ver con factores evolutivos (experiencias vividas en el transcurso de la vida del paciente) y factores desencadenantes (experiencias de mucho estrés durante el último año). Resulta difícil determinar a qué se debe la diferencia en el número de afectados entre mujeres y hombres. “Las mujeres son de consultar más”, asegura Suárez, quien coordina en Bahía Blanca un grupo de 120 personas, de las cuales más de 80 son mujeres. Y lo paradójico: “Una vez un paciente me dijo: Tengo que ser bien macho para admitir que tengo miedo”.

Ganar la guerra
Al igual que Yebra, ya son miles los que, en cada rincón del planeta, decidieron enfrentar a este enemigo invisible y lograron vencerlo. Cuanto más lo conocemos y más lo estudiamos, más fácil resulta hacerle frente. Mientras que hasta hace sólo una década, eran pocos los médicos en la Argentina que eran capaces de reconocer los síntomas y diagnosticar un trastorno de ansiedad, hoy la enfermedad se conoce mucho mejor, y son cada vez más los pacientes que acceden a un tratamiento efectivo y pueden volver a llevar una vida normal. Las terapias alternativas, la homeopatía, el ejercicio físico y una vida más sana pueden ayudar a sobrellevar los altísimos niveles de ansiedad a los que nos expone la vida cotidiana. Pero el secreto, probablemente, esté en buscar un poco de paz entre tanta locura, un poco de serenidad, un pequeño oasis en el que podamos volver a encontrarnos.
MIEDOS POR LOS HIJOS
“Las situaciones a las que están expuestos nuestros hijos son una de las mayores preocupaciones que nos mantienen alertas. El miedo es innato, absolutamente normal, y permite que aprendamos a protegernos sobre todo de aquello que nos es desconocido y se nos presenta como hostil. Provoca una cuota importante de ansiedad que tiene que ver con un acontecimiento que no nos ha ocurrido aún, pero percibimos cercano.
Se convierte en patología cuando coarta la actividad normal generativa. Entonces, se hace necesario adaptarse a las situaciones de inseguridad que la realidad nos muestra.
Padres y madres hoy sentimos miedo, y es bueno que esta señal de alarma se prenda, porque debemos proteger a los hijos y muchas veces tenemos la sensación de que en cuanto atraviese la puerta para salir... puede no volver. ¿Qué hacer con esta carga de preocupación, frente a hijos que merecen espacios de individuación, de búsqueda de identidad, de necesidad de medir "fuerzas" y de esa persecución de la libertad que tanto desean conquistar? Lo mejor es ponerse en marcha. Accionar todo lo que está a nuestro alcance para que las situaciones de riesgo que se encuentran dentro de nuestra esfera de alcance sean cubiertas, sin dramatismos, bien plantados, usando herramientas básicas como son la palabra y los gestos que denotan presencia, atendiendo finamente a la intuición. Entonces nos vamos a encontrar con el límite que cuida, que protege, que contiene. Y con ese termómetro que llevamos dentro, podemos aplicar un Si o un NO oportuno. Nadie como nosotros para percibir el momento adecuado. Lo importante es no seguir la corriente, y pensar en función de ese hijo, de su propio bien, de acuerdo a las variables que hacen a su ser y no a lo que los demás hacen o permiten. Sin sentirnos solos por "ser los únicos que no lo dejan". Ellos saben muy bien lo que ocurre “en el afuera”, aunque la omnipotencia propia de la edad les impida comprender hasta qué punto puedan verse comprometidos. Una vez que acordamos con él la salida, la visita, la primera vez que se dispone a ir a la librería solo, lo mejor es confiar en lo que le hemos enseñado, porque de estos recursos aprendidos en casa, hará uso en medio de una difícil situación en la que deba decidir solo. Y quedarnos tranquilos a la espera de la consigna prudente que evita el stress: un llamado puntual al llegar y/o al salir, un “ya llegué” o un beso al entrar tarde a casa. Y si podemos armar una red de interacción con otros padres, mejor.
Adriana Ceballos Orientadora Familiar – Psicóloga social, Instituto de Ciencias para la Familia – Universidad Austral
fuente: revista nueva
QUIEN ACUDIR: • Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad: visite la Web o llame al (001) 4832-8830.• Fobia Club: tiene filiales en Capital, La Plata, Mar del Plata, Jujuy, La Pampa, Córdoba, Río Cuarto y Salta. Visite la Web o llame al (011) 4804-3750. • Fundación FOBI: los grupos se reúnen en Bahía Blanca, Punta Chica, Tornquist y San Martín de los Andes. Además, se realizan encuentros online todos los sábados a las 12 h. Para participar, escriba al Dr. Enrique Suárez a



Cómo diferenciar a la ansiedad normal de la patológica

El Sistema Nervioso tiene, entre otras funciones, la de brindar respuestas de lucha, huída o parálisis ante situaciones peligrosas, pero hay casos en los que no logra desconectarse y permanece en estado de alerta permanente.


Piense en el limpiaparabrisas de un vehículo. Su función consiste en ser encendido en días de lluvia para facilitar la visión del conductor. Imagine que este conductor al vislumbrar unas nubes de tormenta, enciende el artefacto. Posteriormente comienzan a caer unas gotas, con lo cual, lo deja encendido. Sin embargo, al cabo de pocos minutos deja de llover, pero él piensa: "¿Para qué apagarlo? Puede comenzar a llover nuevamente".

¿Qué cree usted que ocurriría con el uso desmedido de este recurso técnico tan útil? Muy probablemente se deteriore y cuando el conductor efectivamente necesite de su funcionamiento, éste no pueda responder de la manera esperable. Comenzarán a desgastarse los engranajes, se rayará el vidrio, producirá ruidos molestos, etc.

De manera análoga, el cuerpo humano puede verse afectado por la Hiperactividad del Sistema Nervioso. El mismo, entre otras actividades, se ocupa de brindarnos respuestas de lucha, huída o parálisis ante situaciones peligrosas. Pero si el sistema nervioso padece de dificultades para discriminar situaciones de peligro, nunca logrará desconectarse y permanecerá en estado de alerta permanente. Cualquier estímulo banal tiene posibilidad de transformarse en un peligro potencial. Esto indica que la dificultad podría encontrarse en la decodificación de los estímulos internos (como por ejemplo las sensaciones corporales) o externos (productos del medioambiente).

Así lo explicó el doctor Gustavo Bustamante, director de la Fundación Fobia Club. Para él, "en los casos de ansiedad patológica pareciera observarse un Mecanismo de Preocupación Interna en busca de un problema externo en el cual depositarse y no a la inversa, es decir, de un problema real que dispare en consecuencia una preocupación lógica".

En muchos casos las preocupaciones de tipo patológico pueden tener un contenido específico; por ejemplo, en el Trastorno de Ansiedad Social la persona está preocupada por su desempeño y por el temor a la crítica. En el caso del Trastorno de Pánico y la Agorafobia la preocupación refiere al miedo a padecer una crisis, de alejarse de algún lugar de seguridad, o temor a quedarse solo. En el caso del Trastorno Obsesivo Compulsivo el temor suele estar asociado a pensamientos o ideas parásitas dando como resultado rituales o Compulsiones como lavados excesivos, chequeos, etc. En el Trastorno de Estrés Postraumático la preocupación se vincula al temor de vivir nuevamente una situación donde hay riesgo de vida. Finalmente en la Fobia Específica, la preocupación se asocia a la posibilidad de encuentro con el objeto o la situación fóbica (aprensión a espacios cerrados, a insectos, etc.).

"Los cuadros mencionados pertenecen al grupo de los Trastornos de Ansiedad (Clasificación Diagnóstica Manual D.S.M. IV TR) y tienen en común una reacción de ansiedad descontextualizada y desproporcionada en relación al objeto o situación temida", detalló el especialista, quien remarcó que sin embargo, "existe otro cuadro que pertenece a los Trastornos de Ansiedad denominado Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG) donde es imposible establecer un tema específico de preocupación, pues ésta es fluida, es decir, que oscila de un origen a otro".

Es el caso de una persona que puede estar preocupada por una situación académica, pero al escuchar la sirena de una ambulancia pasa a imaginar que un familiar se pudo haber enfermado o accidentado.

fuente: infobae
Si crees o necesitas ayuda, algunas pag que te pueden servir son:

http://www.fobiaclub.com/
http://www.vivirsinmiedofobi.com/

SUERTE!!!!

martes, 13 de abril de 2010

Necesito una empleada doméstica, ¿cómo la busco?

Hace cuatro años que Gilda vino de Paraguay en busca de trabajo. Tenía 24 años y no conocía a nadie: "Vine porque me dijeron que acá se ganaba mejor y que no me iban a explotar como en mi país", dice. Cada vez que puede le manda dinero a sus padres, pero no todos los meses porque tiene una hija de un año y medio. Primero fue empleada con cama en casa de una familia de Berazategui, donde trabajó durante tres años y la aceptaron como una hija. Hoy trabaja con retiro en otra casa, de Capital, y por la tarde, en un quiosco. Admite que le preocupa su futuro porque todavía no tramitó la radicación, está trabajando en negro y no cuenta ni con aportes jubilatorios ni con obra social. Es tímida; no le gusta que le hagan preguntas, y no es la única.

Argentinas o extranjeras, en general las empleadas domésticas consultadas se niegan a contar su historia por temor a decir algo que moleste a la familia que la emplea. Probablemente no sepan que son un recurso humano muy demandado, ya que la búsqueda de personal doméstico se ha vuelto un dolor de cabeza para familias en las que trabajan el hombre y la mujer, y necesitan delegar la organización de su casa y el cuidado de sus hijos. Buscan seguridad y la voluntad de aprender las tareas del hogar, si es que no las sabe, virtudes difíciles de encontrar.

Empresas especializadas
Las agencias de personal doméstico y las consultoras de recursos humanos que trabajan el segmento son el recurso al que se suele acudir cuando fracasan las posibilidades entre familiares y conocidos. En líneas generales, estas agencias les piden a las candidatas documento de identidad o residencia precaria -documento que autoriza a las extranjeras a trabajar en el país-, referencias comprobables, un número de teléfono fijo para chequear el domicilio; a veces exigen número de CUIL (o se lo tramitan) y hasta les hacen estudios psicotécnicos y socioambientales para conocer cómo y con quiénes viven.

"No es fácil reunir todos los datos ya que muchas vienen del norte del país, y si bien han trabajado allí no tienen referencias porque se vive de otro modo. Lo mismo pasa con las chicas que vienen de Paraguay", dice Gabriela Kinast, dueña de la Agencia Victoria de Villa Bosch. Ana Espósito, directora de Home Premium Service coincide con Kinast en que resulta difícil encontrar en este rubro auténtica vocación de servicio.

"Se emplean en casas porque les resulta difícil encontrar empleo de vendedoras o empleadas administrativas. Y a diferencia de las paraguayas, las argentinas valoran menos el concepto del trabajo. Creo que tiene que ver con los planes jefas y jefes; entonces piden trabajar una o dos veces a la semana", agrega Kinast. Susana Villafañe, licenciada en seguridad y directora de gestión y seguridad de Recursos Humanos de la consultora Mucamas de Argentina , dice que "las argentinas quieren trabajar pocas horas y no estar en blanco. Gracias a las extranjeras tenemos personal doméstico", comenta.

Así, ellas son las menos solicitadas, contra las peruanas, valoradas por su respetuosidad, y las paraguayas, "muy trabajadoras". El 90% de las mujeres que se postulan en la agencia Home Solutions son paraguayas.María Cristina Distéfano, psicóloga social y encargada de selección de esa agencia, explica que las paraguayas se esfuerzan por conservar el trabajo porque giran el dinero a sus familiares. El día que ya no les resulte redituable venir a la Argentina, quedaremos camino a quedarnos sin empleadas domésticas. Sucede en la Comunidad Europea, donde los inmigrantes hacen los trabajos que ellos no quieren, pero a medida que los empiezan a echar los tienen que hacer ellos."

Pros y contras
La figura de la empleada doméstica que ayuda a criar a los hijos de la familia desde que son chicos hasta que se van de la casa ya no existe. Sin embargo, según Distéfano, el argentino promedio la sigue buscando. "A lo sumo le durará un año y medio. Las chicas paraguayas, a fin de año, se van a ver a sus hijos a Paraguay. A veces no vuelven y en otras ocasiones los empleadores no las esperan. No hay una fidelidad de ambas partes.

Las empleadas con cama son más volátiles que las de retiro, y a su vez, más buscadas." Villafañe asegura que es la mejor opción para la dueña de casa y para la empleada. "Una chica que gana 1600 pesos y trabaja con retiro, a fin de mes a su sueldo lo ve dibujado y le quedan 200. Pero muchas viven con sus parejas y, lógicamente, quieren volver a su casa. El 75% de los empleadores las quiere con cama, mientras que la oferta es al revés.

"Pero contar con una empleada con retiro tiene otras ventajas. En general, no son tan jóvenes y ya han trabajado varios años, lo que las hace más confiables: tienen más referencias, un domicilio fijo en el que se sabe que se las puede ubicar y son más profesionales.

Eloísa (57 años) es una de ellas. Cuando se separó de su marido, hace 14 años, comenzó a trabajar de empleada doméstica con retiro para una única familia. Hoy limpia, cocina y cose. "Ya sabía hacer las cosas porque manejaba mi casa. Comencé trabajando con la madre y hoy sigo con las hijas", dice.

Tres aspectos básicos
Villafañe afirma que el trípode del servicio doméstico es buen trato, buena remuneración y blanqueo. Agrega que una buena remuneración para una empleada con tres o más años de experiencia, que sabe hacer su trabajo, debería estar entre 1900 y 2000 pesos. Por menos dinero, las empleadoras buscan una persona con esa experiencia, dispuesta a encargarse de las tareas de la casa y de los hijos.El salario mínino es de 1500 pesos, y eso es lo que suelen ganar, dependiendo también de los conocimientos de cocina, cursos de baby sitter y demás habilidades que tengan. "Ya sea por inestabilidad emocional, disconformidad con el salario y, en menor número por maltrato o destrato, las chicas se van", dice Villafañe. Maltrato, que depende de la naturaleza de la empleadora, o destrato, como falta de alimentación adecuada e interrupción de las horas de descanso que les corresponden -8 horas de sueño, desayuno y almuerzo- son más frecuentes de lo que se imagina.

Expectativas
Mari Marchand, de Villa Bosch, tiene desde noviembre último una empleada paraguaya con retiro que contrató por agencia. "Quiero que sea decente, porque hay quienes se llevan hasta el azúcar, el jabón en polvo, los tenedores o los repasadores", dice. Si bien reconoce que nunca le hurtaron cosas valiosas como joyas o plata, dice que a la larga se terminan convirtiendo en valiosas, además de que no está tranquila.Victoria Vidal, de Recoleta, tiene expectativas similares. "Debe ser honesta, con buen modo y cumplidora. No importa que no haga las cosas perfectas, lo importante es que tenga voluntad para aprender. No me importa si trabajó antes o no", dice.Hace un año que Vidal tiene una empleada paraguaya con cama; dice que no fue fácil encontrarla después de que Nancy se fue -otra empleada también paraguaya que trabajó para la familia por 18 años-. "Las prefiero con cama porque me resulta más que siempre haya alguien en casa, y económicamente es más o menos lo mismo. Por ejemplo, voy a hacer las compras y sé que está ella para recibir el pedido", explica.Reconoce que la única vez que le robaron fue cuando recurrió a una agencia. La empleada estuvo sólo tres horas en la casa y cuando ella salió aprovechó para robarle un bolso de ropa y dinero de sus hijas. "Llamé a la agencia y a la tarde me trajeron más cosas de las que me había dado cuenta de que me faltaban", dice.

Otros valores en juego
Agustín Parigi, sociólogo, profesor de la Universidad Austral y coordinador de Recursos Humanos de YPF, comenta que las estadísticas del Indec indican que más de la mitad de las empleadas domésticas en la Argentina trabaja menos de cuatro días a la semana, sin superar la media jornada, y sólo un 6% es empleada con cama. Atribuye esa creciente tendencia al cambio de valores."Muchos de los que buscan ayuda externa para la organización doméstica tienen un concepto del trabajo muy diferente al de sus padres. El último vagón de la generación X, con fuerte influencia de los valores de la generación Y, busca más autonomía en sus labores, un reconocimiento que va más allá del remunerativo, buen clima laboral y expectativas de progreso social a partir de su actividad. Y así como exigen eso a sus empleadores entienden las necesidades de las personas que contratan para su casa. La confianza, las formas y el trato muchas veces pesan más que el expertise de la empleada. Por otro lado, el estatus que otorga un servicio por horas, con funciones bien definidas y mayor libertad para manejar sus responsabilidades personales, difiere del que puede tener quien habita en su lugar de trabajo y convive con sus empleadores, donde los límites y las funciones de su trabajo suelen ser difusos en el día a día", explica.

Nueva regulación
El proyecto de ley que elevó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al Congreso Nacional , a principios de marzo, que modificaría la relación entre el dador de trabajo y la empleada doméstica podría significar un nuevo problema para el servicio doméstico, en lugar del principio del fin del empleo en negro. Un informe que elaboró el Instituto para el Desarrollo Argentino (Idesa) , no augura muy buenos resultados. "Hoy rige el decreto 1956 que es necesario modernizar, pero la propuesta del proyecto es mala porque propone asimilar el servicio doméstico a la misma categoría legal de un trabajador en una empresa, cuando un hogar no lo es. Determina un montón de obligaciones que ni siquiera un empresa chica tiene la capacidad económica y administrativa para cumplir", explica Jorge Colina, economista jefe de Idesa.En tanto, por más difusión que hayan tenido las campañas de blanqueo, el 87% de las empleadas domésticas sigue en negro, según la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec. Según Colina, se ha aprovechado para registrar a las empleadas que están cerca de la edad de retirarse para que puedan percibir una jubilación. El especialista cree que la nueva regulación sólo contribuirá a que esa situación se prolongue o a incrementar juicios laborales que ponen en riesgo el bienestar de una familia. "Habría que identificar los aspectos de la profesión que son necesarios que la empleada tenga, como maternidad y aseguradora de riesgo del trabajo, y obviar las formalidades con las que un hogar no va a poder cumplir, y que una empresa mediana puede porque tiene un departamento de recursos humanos que se encarga", recomienda.
fuente: la nacion Por Julia E. Raggio

martes, 6 de abril de 2010

Técnicas antiestrés: cómo preocuparse menos y disfrutar más

Este año va a ser diferente , Ahora sí me voy a ocupar más de mí , algunas de las frases más escuchadas cada inicio de año, que muchas veces quedan sólo como expresión de deseos por el ritmo de vida agitado que se vive, con el estrés como marca registrada. "El 70% de las consultas por consultorios externos en centros asistenciales públicos y privados está relacionado directa o indirectamente con el estrés -asegura el doctor Daniel López Rosetti, presidente de la Sociedad Argentina de Medicina del Estrés -. Y no sólo aumentaron las consultas espontáneas, sino también las derivaciones de otros profesionales de la salud", detalla.

Los síntomas más frecuentes: nerviosismo, pérdida de concentración, irritabilidad, dificultades para dormir, cefaleas, palpitaciones, dolores musculares, etc. "A nivel cardiovascular, el estrés desencadena una serie de respuestas destinadas a preparar al organismo para la acción, produciéndose entonces el aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, y la vasoconstricción de los vasos sanguíneos superficiales", dice la doctora Ana Salvati, prosecretaria de la Sociedad Argentina de Cardiología .

Ante este panorama, la medicina tradicional parece no alcanzar: "Hay una inercia de la medicina formal que está muy vinculada con la enfermedad: se normaliza la presión, la glucemia, el colesterol del paciente, y se lo medica para que se sobreadapte a la vida de lleva, sin ir más allá y tratar de que revea su manera de vivir la realidad y generar un cambio", dice el doctor Carlos Martínez Sagasta, director médico asistente del Hospital Británico y coordinador junto con la licenciada Cecilia Rojo Bach de los Talleres Wellness Uptodate . En ellos se encargan de la prevención primaria: la idea es poder asumir actitudes diferentes a las habituales para evitar la enfermedad. "Descubrimos las necesidades en particular y fijamos metas basadas en publicaciones científicas", cuenta Martínez Sagasta.

La forma de trabajo radica en tratar a la persona de forma holística: cuerpo-mente-espíritu. "Se comienza con la toma de conciencia a través de cuestionarios, ejercicios de visualización, técnicas gestálticas, material informativo y discusiones grupales. Así, el participante consigue estar en condiciones de establecer metas concretas y de implementar las estrategias para lograrlas", detalla Rojo Bach.

Daniel López Rosetti, comparte el abordaje desde las fortalezas y debilidades y agrega: "Los tests psicológicos cognitivos, determinar los estilos de conducta, los exámenes físicos y los tests que miden la calidad de vida aportan más información sobre cómo tratar a las personas con estrés, muchas de las cuales no saben qué hacer con su propia vida".

En el caso de los talleres, el trabajo en grupo actúa como refuerzo y acompañamiento en la consecución de las metas, y resulta importante para evidenciar problemas comunes con sus pares. "Aunque están contempladas consultas o consejos en forma particular", destaca Martínez Sagasta.

Otro camino

Por su parte, el Mindfulness o Atención Plena, técnica nacida en 1979 en el Centro Médico de la Universidad de Massachussets y presente en Argentina desde hace 10 años, sigue atrayendo seguidores. "En los últimos dos años se observó un crecimiento de más del 50% de las personas interesadas en practicarla", dice la licenciada María Noel Anchorena, y asegura que desde enero tienen lista de espera para los cursos que se inician este mes (por abril).

Esta práctica, recientemente integrada a la medicina y psicología occidentales, consiste en prestar atención de manera consciente a la experiencia del momento con interés, curiosidad y aceptación. "El estrés impide lograr objetivos personales, alcanzar las metas, porque distrae del momento presente. La práctica del Mindfulness hace que uno esté más atento a las situaciones que vive y le ayuda a regular las emociones, a autorregularse", amplía Anchorena.

El programa Mindfulness-based-stress-reduction (MBSR) consiste en un entrenamiento intensivo de reducción de estrés; los cursos son grupales, duran dos meses (1 vez por semana, 2 horas y media), y el participante se compromete a entrenar su mente diariamente.

"Cuanto más atenta al ahora y a las cosas de la vida cotidiana esté la persona, más preparada estará para modificar y generar estados de relajación y reducción de estrés; podrá recuperar el balance mente-cuerpo, que permite parar, detenerse, observar y, desde allí, dar una respuesta adecuada frente a los estímulos", agrega la especialista.

Tomar conciencia del cuerpo, de los pensamientos y las emociones, observar el cuerpo, realizar ejercicios de flexibilidad corporal (no son posturas de yoga), meditar caminando son algunas de las técnicas utilizadas en los talleres. "El entrenamiento les permite integrar el Mindfulness a su vida diaria: cuando viajan, están comiendo, con sus hijos, en una reunión... El saber lo que están haciendo y lo que les está pasando", concluye.

En cuanto a la actividad física, dada la falta de tiempo (o la imposibilidad de hacérselo) hay quienes sugieren hacer tandas de ejercicios repartidas a lo largo del día. "Sólo es aconsejable para personas que están muy ocupadas y no tienen un espacio para dedicarle más tiempo. El ideal es que trabajando mejor el manejo de los tiempos se permitan una actividad física más sostenida", afirma Martínez Sagasta. En tanto, su colega López Rosetti apunta: "Lo que no debe abandonarse nunca es la actividad física aeróbica. Nada mejor que una caminata con ritmo sostenido para combatir el estrés".

El soplo de la vida

Las técnicas de respiración para relajarse y encontrar su propio eje también están en lo alto en este sentido. Pablo Faga, publicista e instructor de El Arte de Vivir , una organización internacional sin fines de lucro cuyo líder es el hindú Sri Sri Ravi Shankar, explica: "La respiración está íntimamente ligada a las emociones. Si la persona está estresada, el ritmo es corto. Aprendiendo a respirar, se revierten esos ritmos y se equilibran el cuerpo y la mente. La mayoría de las personas experimenta una desintoxicación en los primeros días".

En la Fundación Indra Devi , a la práctica de la respiración se suma el yoga: "A través del manejo consciente de la respiración podemos liberarnos de las molestias que nos aquejan. Pero para llegar al estado de profunda relajación es indispensable preparar el cuerpo y la mente, acompañándolo de una respiración consciente y rítmica", dice David Lifar, director de la Fundación. Una manera más de desarrollar el músculo de la concentración.

Sanación interior

Las editoriales participan de este movimiento. Desde recetas caseras para vivir mejor (recurriendo a los remedios de la abuela) hasta las últimas técnicas de sanación encuentran público interesado. Uno de los últimos best-seller es el del holandés Arnaud Maitland, Vivir sin arrepentimiento , donde propone alcanzar la sanación interior valorando la vida sin ser presa del pasado. La verdadera enfermedad es creer que no hay salida es la premisa de este maestro del budismo tibetano. La ecuación es simple: si la energía circula bien a través de nuestro cuerpo, estamos sanos, felices y tenemos mayor claridad mental. Mediante la práctica de Kum Nye, un antiguo sistema de curación de origen tibetano que propone aliviar el estrés y desarrollar el equilibrio, desbloqueando y movilizando la energía, se logra el ansiado equilibrio. Un tipo de psicología positiva que propone obtener los mejores pensamientos para mejorar nuestras vidas.

Para cada cual, un camino

Cada persona es un mundo dice el dicho popular, y algo de cierto tiene, porque en general no todas las recetas son para todos. "Probablemente a algunos no les haga bien el yoga, o no les interese practicarlo. Lo fundamental es desarrollar un sano egoísmo, es decir, hacer las cosas que nos den placer: leer, pescar, ir al cine...", propone el doctor López Rosetti.

Rojo Bach coincide: "Si la persona es acelerada, le recomendamos yoga; pero si lo que necesita es descontracturarse, le sugerimos tomar clases de baile; hay otras a las que hay que enseñarles a divertirse... Para cada una existe una herramienta adecuada". Lo fundamental, encontrar la propia fórmula de la felicidad.

La nacion